Genética Hereford en ambiente ideal

El sol, inclemente en la mañana de San Francisco, no hizo más que resaltar la hermosa pigmentación marrón oscuro que mostraban los toros Polled Hereford que esperaban en los corrales, listos para cambiar de dueño al mejor postor. Tanto estos machos puros registrados como las vaquillonas con garantía de preñez y las registradas para entorar fueron las grandes figuras del Cuarto Remate Anual de Estancia Las Marías, donde la cabaña Los Alfredos ofreció lo mejor de su crianza de la raza Hereford y alcanzó precios que, a juicio de su propietario Alfredo Vila, y también del rematador Roberto Mondino, “superaron las expectativas”.

La oferta consistió en 50 toros Polled Hereford puros registrados y 350 vaquillonas con garantía de preñez y para entorar. El postre fueron los caballos criollos.

Desde temprano comenzó a llenarse el predio que el criador mendocino tiene en la entrada de San Francisco del Monte de Oro, a un par de kilómetros de la ruta 146. Los bomberos voluntarios locales estaban felices, porque su bono contribución de $100 tuvo buena aceptación, por lo que hicieron una buena caja para comprar herramientas y mantener sus móviles en esta época en la que preocupan los incendios.

Ya en la visita a los corrales, entre bebidas heladas y una tentadora picada, los rostros de los cabañeros demostraban que se estaba ante una hacienda de primer nivel. La oferta consistió en 50 toros Polled Hereford puros registrados y 350 vaquillonas Polled Hereford puras registradas con garantía de preñez y para entorar. Para el final, como la frutilla del postre, iban a salir a la pista caballos criollos, toda una novedad en los remates de la firma Alfredo Mondino, pero eran parte del haras Matute Ayacucho, también propiedad de Vila, y le pusieron un tinte distinto al cierre con su belleza y la variedad de pelajes.

Estuvieron, entre otros compradores, algunos con inversiones muy importantes, Gabriel Romero (Don Benjamín), Héctor Leiva (Huinca Renancó), Tatín Ferraro, Daisy Antunovich (Villa Valeria), Agroganadera Dutto, representantes del Ministerio del Campo, Ignacio Roca (Villa Mercedes), Walter Soto (Mendoza), Elena Becher (Villa Mercedes), Eloy Guerrero (establecimiento Don Eloy), Giraudo Hermanos (Villa Valeria), Daniel Lusich (El Estribo, Villa Mercedes), Juan José Saboretti (Huinca Renancó), Kinsario (Villa Dolores), Juan Donato (Quines), el doctor Morán de la Vega (Quines), Laura Ventura (Villa Dolores), Forrajeras Avanzadas, Zamba S.A. (Villa Huidobro), Francisco Lombardo (Unión), Julio Berro (Quines) y enviados del Establecimiento Los Caldenes (Buenos Aires).

El cabañero fue un excelente anfitrión. Junto con toda su familia atendieron a los invitados en la carpa donde se sirvió el primer bocado gastronómico, mientras los productores anotaban los números de registro y de Caravana de los animales para luego ofertar con seguridad. La revista con el orden de ventas fue el fiel ayudante de todos los interesados en comprar. En un costado del predio, un stand con dos bellas promotoras promocionó el aceite de oliva que Vila produce desde hace cinco años bajo el nombre comercial de "Beatrice".

Los precios alcanzados dejaron en claro el buen momento de la ganadería para reproducción. Los toros alcanzaron un promedio de 27 mil pesos, con un máximo de $42 mil que alcanzaron los dos que compusieron el primer lote. Dos hijos de Roble nacidos en octubre de 2012, con una circunferencia escrotal de 39 y 41 que terminaron en manos de uno de los compradores fuertes del remate, el empresario Gabriel Romero, de la cabaña “Don Benjamín”. El hombre se anotó en varias tenidas importantes y engrosó su hacienda con un total de tres reproductores, dos lotes completos de vaquillonas con garantía de preñez, más algunos ejemplares sueltos que tenía bien apuntados y cuatro caballos criollos puros de pedigrí.

Tío Rico, el servidor

Las 200 vaquillonas preñadas, algunas con garantía de 36 meses y otras de 24, a las cuales les estaban permitido hacer tacto antes de cerrar la operación, cotizaron a un promedio de 14 mil pesos, aunque un animal alcanzó los 32 mil pesos y otros llegaron a 20 mil. El servicio de las vaquillonas, en su gran mayoría, estuvo a cargo de Tío Rico durante junio y julio y la fecha probable de parto oscilará entre marzo y abril del año que viene. Finalmente las vaquillonas para entorar salieron a un promedio de $10.250, con un precio máximo de $12 mil que pagó la cabaña Los Caldenes por un ejemplar único.

El comentario generalizado giraba sobre el buen estado de la hacienda, la excelente genética que utiliza Los Alfredos y el entorno en el cual se criaron los animales, en un campo rodeado de sierras, que hace que si puede desarrollarse en ese ambiente agreste luego esté apto para adaptarse a cualquier tipo de suelo y de clima. Por eso es tan buscada la hacienda del norte de San Luis, más allá de que la estancia Las Marías cuida además la calidad y tiene una imagen de seriedad muy arraigada en el mercado.

“Esta es hacienda con ropa de trabajo, con ella se puede crecer en cualquier rodeo”, arengaba desde el micrófono Roberto Mondino, con toda su experiencia en subastas. También recordó que era el cuarto remate de estancia Las Marías “y nunca hubo un reclamo posterior a las ventas”. Otro que aportó el mismo punto de vista sobre las bondades de los campos de San Francisco fue el veterinario Marcelo Orlando, quien trabaja junto con Vila desde los comienzos, 15 años atrás. “Esta es una hacienda rústica, que se adapta a todas las condiciones. Acá los animales caminan sobre las piedras, trepan laderas para comer. Si le agregamos que la genética inicial fue aportada por cabaña Las Lilas y después le agregamos la nuestra, no hay dudas sobre la calidad”, explicó.

Él vive en Villa Mercedes y viaja constantemente al norte, donde está instalado el otro veterinario del equipo, Guillermo Underwood, quien llegó hace tres años desde La Pampa y se radicó con toda su familia. “Es una gran experiencia trabajar con esta calidad de Hereford”, agregó el profesional luego de una extensa jornada que dejó muchos rostros felices.

Otra perlita que ayudó a empinar los precios y a hacer que el remate tuviera ritmo y pugna por los animales fue la extendida forma de pago. Había 90 días libres de plazo más otros 90 con apenas el 3% de interés. Aquellos que decidían pagar con cheques diferidos o cualquier tarjeta de crédito tenían un 10% de descuento. Y como si fuera poco, el flete era gratis a cualquier punto del país hasta 15 días después de finalizado el remate. Para agregarle otro condimento, Vila decidió regalar a cada comprador de vaquillonas para entorar una porción de semen de Francisco, su toro campeón de Palermo, lo que despertó aplausos durante el remate.

“No espero más, ¿no?”, “No te quedés con las ganas…”, fueron las frases que dominaron la subasta que tan bien manejó el hijo de don Alfredo Mondino. “Vamos muchachos, 180 días para pagar con un 40% de inflación que hay en el país, ¿dónde van a encontrar algo así?”, preguntaba, micrófono en mano, cuando veía alguna duda en las tribunas. Que realmente fueron pocas, porque los lotes salían con precios base bastante altos y enseguida subía la temperatura de las ofertas. Los toros arrancaron en los 20 mil pesos, las vaquillonas en la mitad de ese valor y las que eran para entorar, en $8.000. Allí otra vez surgió la chispa del rematador: “A este país le faltan madres”. Todo dicho.