“La máquina estaba programada para que la utilice sólo mi hija”

Esta máquina no le sirve a cualquier persona porque estaba programada para que la utilice sólo mi hija  por su talla y su peso.  Para usarla hay que registrarse en la empresa Baxter, que provee las bolsas. Ellos ya saben que fue robada”, contó María José Lozano, de 27 años, sobre la cicladora para realizar diálisis peritoneal con la que trataba a su hija de cuatro años, Sofía, y que fue robada el viernes pasado en el barrio 500 Viviendas Sur de San Luis. La mamá busca desesperada el aparato, porque es el único medio que en este momento garantiza la salud de la menor. 

"Les pido que se pongan en el lugar de mi hija, porque no va a llegar bien al trasplante”.

Sofía sufre de insuficiencia renal crónica y hace dos semanas se le sumó un cuadro de peritonitis. Por eso, le realizan un tratamiento ambulatorio diario en una clínica privada de la ciudad de San Luis, donde le deben colocar remedios por las venas.
A la nena, en noviembre del año pasado, le colocaron un catéter en el abdomen porque le faltaba el aire y subía de peso. Un mes después empezó el tratamiento con diálisis. “Era el único medio que la mantenía bien al menos hasta que llegue al trasplante”, contó Lozano con dolor. “A la nena le quitaron la vida robándole eso”, sostuvo su tía abuela, Teresa.
La madre está preocupada porque la máquina se la había prestado el Sanatorio Allende de Córdoba hasta que la nena pudiera ser trasplantada. Los últimos estudios iban a ser realizados en marzo y abril. Después iba a ingresar en la lista de espera del Incucai para recibir un nuevo riñón.
“La nena era dializada durante la noche y la mañana, ocho horas por día de lunes a domingo. La máquina hacía la función de los riñones, que no funcionan”, dijo la madre, cuyo marido es afiliado a Swiss Medical. La mutual reconoce gran parte del tratamiento, sobre todo los remedios y la diálisis 
Todos los meses María José debe viajar con Sofía a Córdoba para hacerle chequeos, aunque en el último mes debió ir cada 10 días ya que “a la nena la tienen que revisar por un mínimo resfrío”. Ahora los cuidados son en una clínica de San Luis. “La tengo que llevar todos los días cada cuatro horas al sanatorio para realizarle la diálisis. Los cambios son manuales así que  con los catéteres que tiene en la panza, deben ser manipulados cuatro veces más por día. Eso incrementa las posibilidades de una infección”, declaró.
La máquina robada vale cerca de 90 mil dólares. Para el Sanatorio Allende es fundamental ese aparato, ya que es difícil conseguirlo en el país por las trabas a la importación. El aparato no puede revenderse.
El mismo día del robo a las 20 María José fue al sanatorio Rivadavia para curar a su hija, un tratamiento que a veces se demora más de lo esperado porque el organismo puede reaccionar de manera  diferente. Luego de ir a la casa de su madre, ubicada en el barrio Lucas Rodríguez, recibió un llamado cerca de las 22:30 de un vecino del barrio 500 viviendas.   
“Me decían que habían  entrado en la casa. Cuando llego me aseguran unos testigos que los ladrones recién se iban. Era una camioneta blanca Ford F100, con barras laterales de color negro, y acompañada por dos o tres motos. Había  seis hombres y una mujer con un nene en brazos”, comentó Lozano de acuerdo a la versión de los vecinos.
“Veo la puerta destrozada, como que le hicieron palanca con un fierro y reventaron la cerradura. Entré directo a la pieza donde estaba la cicladora. Fue mi primera intuición. Estaba en una mesita al lado de la cama. Miré por todos lados y todo estaba normal, no había nada revuelto y no se llevaron otra cosa. Fueron directamente a sacarme la máquina”, explicó.
A pesar del mal trago, María José sabe que cuenta con apoyo: “En un sanatorio de Córdoba me pidieron varios medicamentos para acompañar al control diario de la diálisis, que son costosos, y no los podía comprar. El Gobierno de San Luis intercedió y en una semana, me enviaron todo lo que necesitaba. Les estoy eternamente agradecida a Claudio Poggi y al ministro de Salud. No tengo palabras”. La mamá de Sofía sabe que conseguir una máquina es difícil, y sostuvo “que sería un milagro si apareciera una”.
“Les pido que se pongan en el lugar de mi hija, porque sin esa cicladora no va a llegar bien al trasplante. El robo atrasó su cuidado y crecimiento. Si alguien tiene algún dato que llame a la Policía. No hace falta que deje su identidad, aunque sea anónimo. Un dato ya es un paso para encontrar este aparato”, solicitó.
La denuncia fue asentada en la Comisaría Nº 23, la mujer aseguró que los efectivos de la Policía de la Provincia ya la buscan en todo San Luis.
Por ahora, María José no pierde la esperanza que aparezca el aparato.