Los acusados de matar al anciano en Las Lagunas no declararon

Dos jóvenes intentaron robarle a un matrimonio de ancianos y no pudieron. Pero cometieron un delito peor: asesinaron al hombre de un tiro en la ingle y un culatazo en la cabeza. Así se resume la acusación que la juez Penal de Concarán hizo contra Edgar Oscar Torres, de 24 años, y Franco Ezequiel Moreno, de 18, los dos detenidos por el homicidio de Pablo Hipólito Ávila, asesinado en Las Lagunas, Departamento San Martín, la madrugada del sábado 8 de marzo.
“Los imputé por el delito de robo agravado por el uso de armas, en despoblado y en banda, en grado de tentativa y homicidio criminis causa”, explicó ayer la juez Patricia Besso. Ese homicidio es agravado porque es el que se comete “para preparar, facilitar, consumar u ocultar o para asegurar sus resultados o procurar la impunidad o por no haber logrado el fin propuesto al intentar otro delito”, establece el inciso 7 del artículo 80 del Código Penal.
Los delincuentes que mataron a Ávila lo hicieron porque les estorbaba en su intento de robarle o porque quisieron asegurarse que no fuera a identificarlos luego, según la reconstrucción que han hecho los policías de la comisaría de San Martín a partir del testimonio de la viuda del anciano, Alcira Ramona Velázquez, y las pruebas recolectadas en la casa.
Edgar “Tito” Torres y Moreno se abstuvieron de declarar. El defensor oficial de los tribunales de Concarán, José Luis Guiñazú, los asistió en la audiencia y le pidió a la juez que, en vez de resolver dentro de 48 horas si los procesa y los manda a la cárcel, le diera una prórroga de ocho días para buscar pruebas.
Hasta que Besso decida, volvieron a la alcaldía de la Unidad Regional 3 de Policía, en Concarán. Allí, Torres recibió la visita de sus padres. Pero a Franco Moreno no lo visitó nadie, confió el subjefe de la Comisaría de Concarán, oficial principal Heraldo Clavero.
Tendría que ver con el hecho de que Franco no es de Tilisarao, donde reside y donde lo arrestaron el miércoles, sino de Mendoza.
“Tito” nació en Tilisarao. También lo apresaron el miércoles pasado, en la casilla que habita con su familia, construida por el ferrocarril hace décadas. La casa paterna empezó a vaciarse el día siguiente al homicidio en Las Lagunas. Edgard y sus tres hermanos, Walter Alexis, de 21 años, Wilson Yael, de 23, y Jairo Iván, de 27, fueron detenidos como sospechosos.
Horas después, “Tito” fue liberado, aunque quedó en la mira de los investigadores. Y sus tres hermanos quedaron detenidos, pero no por el crimen, sino por un asalto cometido cinco horas antes, en la estancia “La Ramada”. Allí robaron las tres escopetas y el rifle usados después para atacar a Ávila.