Entronizaron a la Virgen Puntana en Desaguadero

La Virgen Puntana no hizo milagros y tampoco se le apareció a una pareja de paisanos que iba con su hija a la iglesia. Según la artista plástica Viveka Rosa, el proyecto surgió de la necesidad de los católicos de San Luis, de contar con una imagen cristiana que los represente y otra de las motivaciones fue en relación a las misioneras que perdieron su vida en la tragedia de Zanjitas. Está ubicada, desde ayer, entre las ventanillas del peaje de entrada y salida a la Provincia, en Desaguadero. Ayer mientras llovía, la Virgen Puntana fue entronizada junto a cuatro figuras más que forman una familia y un venado.
La imagen llegó acompañada por una caravana de autos, la gente conmovida hasta las lágrimas, corrió a su encuentro. Juntos llegaron hasta la gruta en la que fue entronizada, mientras el grupo “Voces de Cuyén”, interpretaban la canción “Virgen Puntana”, escrita y compuesta por Saúl Bustos.
La lluvia fue interpretada por los católicos como una bendición de Dios porque a pesar de que mojó todo, no borró ninguna sonrisa.
Los anfitriones de la entronización fueron el delegado organizador, José Ramón Frade y el padre Sergio, que estaban tan emocionados como el obispo Pedro Daniel Martínez y el padre Daniel Pérez. También participaron los ministros Eduardo D'Onofrio de Justicia Gobierno y Culto, y Marcelo Sosa, de Educación.

“La virgencita se vistió de mujer puntana, nosotros los sanluiseños no contábamos con una imagen puntana. Hace un año, consultamos con monseñor, Pedro Daniel Martínez y él nos dijo que sí en todo; después hablamos con José Ramón Frade, (el intendente de Desaguadero) y nos pusimos a trabajar todos juntos”, explicó la artista plástica.
Viveka Rosa aseguró que las imágenes representan una familia de San Luis que hipotéticamente caminaban con la intención de ir a misa un domingo.
“En su canastita llevan chauchas de algarrobo, piquillín, caldén y retamo; y en medio del campo se les apareció la virgen, ¿por qué no le puede ocurrir eso a algún puntano? Entonces el matrimonio se arrodilló admirando la belleza de la madre y la niña, en un acto de dulzura e inocencia extrajo de la canasta un racimo de esos frutos y se lo alcanzó a la virgen con esa inocencia y atrevimiento”, describió la escena que recreó Rosa, en la que en uno de los laterales incluyó la figura de un venado que representa a San Luis.
Otro de los detalles incluye cactus en canteros de piedra, que en un futuro alejarán a quienes se acerquen a tocar las imágenes, pero además significan, para la autora, un camino al cielo, espinoso y duro, rodeado de piedras.
“Cuando ocurrió el accidente de Zanjitas se me quebró el corazón. Entonces dibujé en una pequeña hoja lo que percibí con mis ojos de mujer terrenal y le di otra visión, la de la fe, la de la esperanza y la eternidad. Nuestra virgen dejó de estar de pie y se arrodilló en las vías del tren para abrazar  y proteger a sus hijas, esos ocho angelitos simbolizado como pajaritos, dos calandrias y seis pititorras”, dijo.
Ahora quienes ingresen a San Luis o dejen la provincia, por Desaguadero, tendrán la bendición de la Virgen Puntana.