Usuarios se quejan por la demora de la línea K de Transpuntano

Los vecinos  que viven en los  barrios Néstor Kirchner y  500 Viviendas se quejan por el tiempo de espera de la línea K. Según el testimonio de los usuarios, de lunes a viernes la demora es de unos cuarenta minutos. Si bien en horas pico la frecuencia  es menor, ésta no alcanza para satisfacer la demanda de los chicos que van o salen del colegio. Además, reclamaron por la limpieza de las unidades.
“En la empresa dicen que pasan cada veinte o veinticinco minutos, son mentiras. Los que tienen el tiempo contado, para entrar al trabajo, están obligados a salir mucho antes”, señaló José, quien utiliza habitualmente la K y vive en el 500 Viviendas.
En la parada sobre plaza Independencia, el usuario explicó que los fines de semana es imposible contar con el servicio. “Sábado y domingo ni hablar, directamente no lo tomo, porque tarda una barbaridad”, dijo.
La opción para algunos pasajeros es buscar un medio de transporte alternativo. José a veces los toma un taxi  si la demora es excesiva, y desde el centro hasta su vivienda paga alrededor de veinticinco pesos por cada viaje.
Si bien en horas pico los colectivos transitan con diferencia de veinte minutos aproximadamente, la capacidad de los ómnibus que pasan por los barrios del sur no alcanza y no dejan abordar a los niños que van o salen de la escuela. Esto sucede tanto por la mañana temprano como al mediodía. Nidia contó: “Andan pésimamente. Mi hijo tiene que salir una hora antes para llegar a tiempo, o si no después de las 12:30 se queda parado esperando al siguiente”.
Según José entre las 7 y las 8 la situación es la misma y diez o quince chicos se quedan sin subir. También opinó que en esos momentos del día “la empresa tendría que reforzarse”. Esto no es un conflicto propio de una sola línea, también la D y la F dejan a sus usuarios, en el caso de esta última lo comprobó El Diario, en Mitre, casi Ayacucho, a las 12:25, cuando cinco personas quedaron sin subir.
Otro inconveniente que afecta a los usuarios son los ataques con piedras de los que son objeto los colectivos. Nidia recordó que en varias oportunidades gente que vive en los barrios rompió los vidrios de un coche. La K fue puesta en marcha casi exclusivamente para el suroeste de la ciudad.
Carina, quien iba de su hogar hasta el centro junto a sus hijas, dijo que además de las grandes demoras, el normal funcionamiento del transporte es afectado por la falta de limpieza en el interior de las unidades y la imprevisibilidad de sus horarios, “no tienen tiempos fijos para pasar”.
En 25 de Mayo, Lucas comentó que, además de los tres barrios linderos a la ruta N° 3, los vecinos cercanos a la Ascasubi también viajan en la K.
Encontrar las paradas céntricas indicadas para abordarla es difícil, la mayoría no está bien señalizada, como sucede a lo largo de Chacabuco y en Mitre pese a que es la más nueva de la ciudad y lleva cinco meses en las calles puntanas.