Si algo aprendieron los vecinos del barrio San Martín Anexo en estos años fue a vivir resignados. Porque el terreno de 200 metros de longitud (ocupa dos manzanas) ubicado en calle Malvinas entre el 2400 y el 2500 sigue abandonado, invadido por malezas y en varios sectores se transformó en basural. Además, las viviendas de esas dos cuadras muestran el mismo frente: todas enrejadas. Una clara señal de la inseguridad que sufren a causa de ese predio que es usado como escondite por los maleantes.
Alejandra vive con su madre en calle Malvinas al 2500 hace 14 años, justo en frente del terreno en cuestión. “Una vez por mes vienen a cortar los yuyos y barrer en la parte donde está la placita con los juegos, pero al resto hace por lo menos un año que no lo limpian”, recordó. Y aclaró que, “si bien los recolectores pasan todas las noches, el problema es que muchos vecinos dejan las bolsas en la vereda del frente, entonces a veces no se las llevan. Eso provoca que otros vean que hay basura y aprovechan para tirar escombros o ramas de las podas”.
Todos los vecinos consultados coincidieron en señalar que el terreno pertenece en tres cuartas partes a Vialidad Nacional, hasta una línea de árboles que separa un cuarto de manzana que hoy es propiedad de la provincia, y donde hace un año se inauguró una plazoleta con hamacas y subibajas, además de cuatro mesas con sillones de hormigón.
“Siempre pasa lo mismo, la Municipalidad no lo limpia porque dice que es de Vialidad y así pasan los años y las malezas no paran de crecer. Antes, por lo menos una vez al año, venían con las máquinas y camiones y se llevaban todo, pero en lo que va de éste no vinieron ni a cumplir con eso”, señaló Alejandra.
Juan es uno de los primeros en tener su casa en ese barrio y comentó que llegó “en 1982, cuando esto era unas barrancas. Hace unos diez años tuvimos otro problema porque vino gente que no tenía casa a instalarse en ese baldío y al poco tiempo la Policía se los llevó. Después dijeron que iban a construir viviendas y así quedó desde entonces, abandonado”. El hombre es operario en una fábrica y su domicilio está al 2500 de la ex calle Cáceres y confesó que “la basura a ese predio la tiran desde camionetas que vienen de otros barrios. Siempre llamamos a la Municipalidad para venga a limpiarlo, pero hace como un año que no se los ve”.
Los vecinos dicen que otro problema que generan los yuyales y el abandono de ese predio es que por las noches se juntan muchachos, algunos menores, a tomar alcohol e incluso a drogarse. “La mayoría viene del barrio 1º de Mayo. Y es amenazante verlos ahí, escondidos. Porque a veces tenemos que cruzar hacia la autovía y es peligroso porque te insultan o hacen sus necesidades sin ningún pudor”, señaló Corina, una docente jubilada que vive en el barrio desde 1970.
“Cuando los muchachos juegan al fútbol en la canchita también hay que estar atentos porque gritan, insultan, tiran la pelota a cualquier lado. Antes, en verano, podíamos estar en el frente de nuestras casas tomando un mate entre los vecinos, en cambio ahora vivimos encerrados porque no es grato ver ese espectáculo”, se quejó la mujer que sufrió el robo de las ruedas de un carro que estaciona en la vereda.
Corina explicó que hace 4 años levantaron un montículo de tierra de poco más de dos metros de altura detrás de uno de los arcos, "nunca lo retiraron y es el lugar elegido por los muchachos para juntarse a tomar. Una vez lo removieron y así quedó. Ahora se llenó de yuyos y si uno se esconde detrás nadie lo ve, a pesar de que tenemos alumbrado en nuestra calle y también en la Autovía. Aunque no sé por qué esas luces no siempre están encendidas”, comentó.
Francisco se quejó porque “de ese baldío me entraron ratas y hasta un matuasto maté una vez (reptil pequeño que vive en los árboles). Desde que llegó este nuevo intendente nunca vinieron a limpiarlo. Para mí deberían cerrarlo porque es una mugre y a nosotros no nos sirve para nada”.


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