Zona sur: barrios que conviven entre la mugre

Un escenario que se repite en toda la ciudad. Al parecer, las quejas no son suficientes para que la Municipalidad de San Luis comience a poner orden en las calles.

El Diario de la República volvió a recorrer algunos barrios de la zona sur y el panorama es cada vez peor: basurales a cielo abierto, focos infecciosos, pastizales que tapan los juegos para niños, escombros que obstruyen las veredas y fluidos cloacales.

A este contexto de abandono, se le suma que el Ministerio de Salud de la Nación emitió una alerta por dengue y en cada espacio se advierte un riesgo para los ciudadanos. En ese sentido, las redes sociales se convirtieron en el cable directo para los reclamos que la Comuna no recibe a través del teléfono. “Señor intendente, no se olvide del barrio 109 Viviendas, en la zona sur. Los vecinos están tomando las calles como basurero, hay un tramo de calle que ustedes rompieron para arreglar la pérdida de agua y nunca vinieron a repararla. El peligro de que alguien en moto o bicicleta pueda sufrir una desgracia es altísimo”, señaló Sergio Frías en una publicación.

En el barrio El Lince, precisamente atrás de un supermercado, hay un canasto repleto de desechos hace varios días. La gente de los alrededores denuncia que el recolector pasa muy pocas veces a la semana y por eso la basura se junta en las esquinas. “Es un desastre, impresentable cómo tenemos que vivir. El descampado está tapado en yuyos, en cada esquina o en un espacio del campo, hay mugre junta porque no pasa el recolector o en realidad pasa cada tanto”, contó Marisol Rodríguez, una vecina de la zona.

Por otro lado, a metros de la Legislatura, hay una esquina que se convirtió en uno de los basurales a cielo abierto. Nilda Molina, otra vecina, criticó las condiciones. “Ojalá los políticos que están ahora puedan recorrer los barrios y vean cómo vivimos. Acá tenés de todo”, dijo mientras señalaba el montículo de basura.

Por último, la Escuela Nº 24 “Pancha Hernández” es víctima del total abandono. Desde las afueras se aprecia la cancha tapada por los yuyos. Una postal que duele.

Redacción/MGE