El responsable de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), Juan Carlos Molina, admitió ayer que hay "un alto consumo" de estupefacientes en la Argentina, pero insistió en afirmar que sigue siendo "un país de tránsito", y destacó que el nuevo criterio sea la "reinserción" social de los enfermos.
"Nuestro país es un país de tránsito, y estamos tratando de revertir esta situación"
El funcionario kirchnerista aseguró que la problemática de las adicciones "no es sólo del Estado, sino de toda la sociedad", y advirtió que "cuando la droga se mete destruye a la familia, a los pibes, el barrio, la escuela, el trabajo y la economía".
"Hoy tenemos en Argentina y en Latinoamérica un alto consumo, nuestro país es un país de tránsito y estamos tratando de revertir esta situación", dijo en declaraciones a Radio Continental en el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas.
Molina también presentó ayer en la sede de la Sedronar la nueva línea gratuita 141 de orientación y asistencia telefónica ante problemas relacionados con el consumo abusivo de drogas, que simplifica el número anterior 0800-222-1133 y está disponible las 24 horas, los 365 días del año.
El funcionario dijo que están "haciendo un llamado a la conciencia, para que la droga no nos robe la vida", y sostuvo: "Hoy no estamos con el mensaje de 'No te drogues', sino con el de 'Cuidá tu vida'. Vale la pena vivir la vida, vale la pena tener proyectos, vale la pena soñar. Vale la pena vivir sin drogas".
Un informe del Observatorio de Políticas Sociales del Ministerio de Desarrollo Social porteño reveló que los adolescentes se inician cada vez más temprano en el consumo de drogas. El primer contacto con sustancias como la marihuana y la cocaína se da entre los 13 y 15 años.
El responsable de la Sedronar dijo que "el nuevo criterio es la reinserción" de los enfermos, y destacó el trabajo conjunto del Estado con las organizaciones sociales y religiosas, católicas y evangélicas.
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y los sacerdotes de la Pastoral de las villas porteñas, firmaron ayer un convenio para la inclusión social y laboral de las personas que están en tratamiento de recuperación por consumo de paco.
El sacerdote Lorenzo "Toto" de Vedia, párroco de Virgen de los Milagros de Caacupé, coincidió con las autoridades en que "la inclusión es el principal camino para la recuperación" y recordó que "el adicto no es un bicho al que hay que cambiarlo como persona, sino que es un ser humano que está excluido, y hay que ayudarlo con un trabajo de acompañamiento en donde participe el Estado, es fundamental".
El trabajo conjunto entre el Gobierno y los curas villeros comenzó en 2010, cuando el actual Papa era arzobispo de Buenos Aires, en las villas 21-24 de Barracas, 31 de Retiro y 1-11-14 de la zona porteña del Bajo Flores, para después replicarse en otros asentamientos y barrios carenciados del área metropolitana de Buenos Aires.
En el día internacional, el Sedronar también realizó ayer acciones de concientización y prevención de las adicciones.
Entre ellas, la Casa Rosada, el Congreso y otros edificios públicos cambiaron su iluminación habitual a una de color verde, para simbolizar "la apuesta a la vida y la esperanza".
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