Una caravana de montañistas ascendió el cerro de El Morro

“Realmente este trekking en El Morro, fue una impresionante demostración de trabajo en equipo, de esfuerzo colectivo, de emociones compartidas, de solidaridad, de organización de compromiso, de disciplina y de responsabilidad".

170 montañistas de San Luis, Mercedes, y Córdoba, llegaron a la estancia de Don Vílchez para el ascenso.

Y agregó; "Inti Anti trabaja en difundir las actividades al aire libre, porque no tenemos la menor duda que mejora la calidad de vida de las personas.”

Así se expresaba Gabriel Guillar, titular de la entidad anfitriona y de reconocida experiencia en este tipo de ascensiones cuando finalizó la exitosa caminata al cerro El Morro que contó con una concurrencia masiva para este tipo de ascensiones calculada de unas 170 personas de Villa Mercedes, San Luis y Córdoba.

Todo había comenzado a las 6:30 del domingo cuando la larga y fría noche del invierno sanluiseño no había terminado aún. A esa hora comenzaban a llegar inquietas y alegres personas a la zona del Puente Favaloro, algunos recién llegados preguntaban: "¿Aquí se juntan los de Inti Anti?", primerizos, pero con tanto entusiasmo y expectativas como los que ya son veteranos en las ya tradicionales caminatas intiantianas.

El Trekking programado para ese día fue al volcán de El Morro. Luego de las inscripciones de rigor para llevar un registro de la entidad y para cualquier eventualidad que se presente, con la luz del sol ya asomando, con un cielo entre anaranjado y rojizo en el que se dibujaban perfectas las siluetas de las sierras sanluiseñas, partió la caravana de unos 40 autos.

Después de recorrer unos 80 kilómetros, pasaron por La Toma donde un manto blanco cubría el suelo, el invierno se hacía notar, y la capital del mármol Ónix no era la excepción.

Luego de una hora y media de un ameno viaje, atravesaron zonas y paisajes combinados de llanos y sierras, llegando a la localidad de La Esquina donde se reunieron con los intiantianos mercedinos y varios que habían llegado de Córdoba, allí los esperaban otros 30 autos. 

Después de recorrer unos ocho kilómetros por un camino de tierra, la imponente caravana de-sembarcó con su multitudinaria marcha de la alegría, en el casco de estancia de don Vílchez, que por tercera vez los recibió afectuosamente.

Abrazos, sonrisas y demostraciones de afecto fue la constante de ese encuentro previo al inicio del trekking.

Una vez que prepararon las mochilas, juntaron los elementos que cada participante llevó para la choripaneada que se realizaría para el regreso, recogieron las donaciones de ropa y alimentos que serán entregados en lugares carentes y comedores barriales y luego de la charla de rigor del presidente del club, empezaron a mover el multitudinario equipo de 170 personas.

El recorrido de ida hasta uno de los varios picos que tiene El Morro, fue tranquilo. A paso sereno para acompañar a los que participaban por primera vez y que se sumaban a las actividades de Inti Anti.

La larga fila humana que se dibujaba sobre la ladera de la sierra parecía imitar las pircas de la zona, tan características de los paisajes serranos de San Luis.

Charlas, fotos y sobre todo mucho compañerismo fueron los ingredientes del ascenso. Una vez que se hizo cumbre, dispusieron almorzar al reparo de la sierra, ya que un suave, pero fresco viento soplaba con cierta fuerza.

Un paisaje imponente se apreciaba desde la cumbre, todo el valle, como también el cráter del volcán, con las distintas figuras geométricas que dibujan los sembrados del lugar y a lo lejos, las azuladas sierras de los cordones montañosos del Comechingones y de las sierras centrales. Un paisaje digno de ver e inolvidable, no sólo para los que subían por primera vez, sino que todos estaban sorprendidos por la belleza del lugar.

Una parte del grupo, producto del cansancio, emprendió el regreso al casco de la estancia, y el resto de los integrantes, siguió la segunda caminata programada; al cráter del volcán que es una planicie con mucha vegetación y pocas ondulaciones, esta parte del ascenso estuvo calculada en una dos horas más.

Los caminantes disfrutaron de la calidez del sol ya que el viento allí se sentía suave, los intiantianos continuaron caminando complacientes inmersos en ese tan particular paisaje que ofrece esa zona.

Al finalizar la caminata, todos juntos en la casa del amigo Vílchez. Los esperaba Livio Guillar, papá del presidente del club, y el encargado del campo, quienes amable y generosamente tenían ya lista la choripaneada, que todos los participantes disfrutaron del momento mientras tomaban las últimas fotos,  haciendo la elongación de rigor  y comentando la experiencia particular de cada uno en ese día.

Luego de saludos, agradecimientos y promesas de volver a encontrarse en la próxima caminata del Inti, llegó el momento de la despedida y de a poco, en distintos grupos, los intiantianos cansados pero contentos fueron partiendo a sus hogares.

Felices, algunos de haber conocido tan particular paisaje sanluiseño, otros de volver a caminar ese suelo.

La comisión del club, se mostró satisfecha por la multitudinaria convocatoria y por haber cumplido el objetivo de reencontrar a las personas con la naturaleza, promoviendo realizar actividad física y al aire libre siempre en un marco de solidaridad y camaradería.