SAN LUIS - Viernes 03 de Mayo de 2024

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Asociarse para crecer en compañía

Por redacción
| 05 de abril de 2015

A unos cuatro meses de su lanzamiento oficial, la segunda edición de Cambio Rural -el plan de desarrollo inclusivo y federal que busca promover el asociativismo entre productores e integrarlos a la cadena de valor-, ya va tomando cuerpo en San Luis y dejó en claro que, a veces, las segundas partes sí son buenas.

 

Desde el inicio del plan, en los '90, participaron 400 productores de pymes de variados rubros y sectores. Ahora van por más.


Con la participación de unos 50 productores, profesionales y técnicos de todas las escalas, la semana pasada la Agencia de Extensión del INTA San Luis, junto a la Universidad Católica de Cuyo, organizaron una jornada intensiva en la que presentaron las oportunidades y herramientas financieras de este plan y realizaron un trabajo inicial con grupos de productores interesados, que culminó en un plenario. Además, durante el encuentro presentaron la flamante Sala de Faena Móvil, un equipo que beneficiará a pequeños productores, alumnos y docentes. Fue en el Centro de Estudios para la Innovación y el Desarrollo (CEPID).

 


La apertura de la charla estuvo a cargo de Alberto Belgrano Rawson, extensionista de amplia trayectoria en esta cuestión, ya que también participó de la primera edición del plan, durante la década de los '90. Belgrano Rawson explicó que, a diferencia de su etapa inicial, esta segunda edición estará destinada a las pymes agropecuarias y familias agricultoras con posibilidades de capitalizarse o ya capitalizadas, que realicen actividades productivas agrícolas, ganaderas, forestales, pesca artesanal y frutihortícolas, y con una fuerte impronta en la ejecución de proyectos de transformación y valor agregado en origen de producción primaria, entre otras que puedan llegar a ser relevantes para determinado entorno.

 


“En un año, el programa buscará la plena incorporación de 20 mil productores a las actividades del Programa, el aumento de la productividad global de cada uno de los emprendimientos relacionados y otros objetivos como la rotación de cultivos y buenas prácticas agrícolas en el uso de agroquímicos.

 


La idea es generar más de 200 proyectos de inversión innovadores en todo el país, de agregado de valor en origen”, resumió el técnico, y agregó: “Hay una gran demanda de técnicos en el área de trabajo agrícola y ganadera. Es un desafío, para lograr nuestros objetivos vamos a tener que promocionar el programa y captar una gran cantidad de recursos humanos, a través de los colegios y asociaciones”.

 


A continuación, Belgrano Rawson profundizó en la llamada "Caja de herramientas", es decir el conjunto de instrumentos de financiación propios y principalmente mecanismos de articulación con otros programas, proyectos o instrumentos de política pública que facilitan no sólo el acceso a créditos sino también el asesoramiento y apoyo en temas comerciales o de gestión de los grupos, tales como los Aportes no reintegrables de ganadería bovina y porcina, los aportes de la Ley Ovina y Caprina, el Financiamiento del Consejo Federal de Inversiones (CFI) “Créditos para la reactivación productiva”, y los créditos del Banco Nación, entre otros.

 


En este sentido, y por parte del INTA, el plan contempla el pago de honorarios del promotor asesor, de 4 mil pesos por mes, y otro aporte para el funcionamiento del grupo de otros mil pesos. Además generará capacitaciones a los interesados y buscará ampliar el conocimiento de las mesas con el asesoramiento de especialistas.

 


Otro servicio del programa es la RED virtual de Cambio Rural, para facilitar el intercambio entre grupos y la comunicación de información de actualidad, cursos virtuales con especialistas y herramientas disponibles que brindan el MAGyP y el INTA. En paralelo, propulsará la creación de consorcios de productores zonales y se fortalecen los preexistentes. Entre otras cosas, tendrá un sistema de monitoreo de impacto entre INTA y MAGyP de las acciones del programa para identificar los resultados obtenidos por los productores y sus grupos en relación con los objetivos planteados.

 


La unión hace la fuerza

 


En su rol de moderador del encuentro, el jefe de la Unidad de Extensión y Desarrollo Territorial del INTA San Luis, Matias Centeno, señaló que, dentro del taller “Herramientas grupales para fortalecer la innovación” -una clínica orientada a solventar y consolidar los grupos-, en el que participaron una amplia gama de productores y profesionales agropecuarios, destacaron como intereses principales entre los asistentes las producciones porcinas y de granja en general, la agricultura, la fruticultura (vid y nogal, sobre todo), la ganadería de cría, y los sistemas mixtos (ganadería y agricultura), y las que aportan valor agregado, como los chacinados, entre otros.

 


“Durante este encuentro recibimos la visita de cuatro grupos de productores en vías de formación, en distintos grados de avance, y en su mayoría integrado por productores de la zona centro-oeste de la provincia, y algunos también de la zona de Quines-Candelaria”, contó Centeno, y dijo que en un caso había un grupo de sólo seis productores que se terminó de formar durante el encuentro, con la incorporación de dos personas más, ya que el mínimo necesario son ocho; y también un caso en el que un grupo consiguió un asesor. “Los cuatro grupos tienen perfiles productivos y tamaños diferentes y abarcan la producción porcina, un proyecto de jóvenes, otro de profesionales más consolidados y uno más de producción mixta”, destacó.

 


Centeno hizo hincapié en que “asociarse no es lo mismo que amucharse”, por eso hay que analizar las características de cada proyecto y fomentar la relación entre sus miembros en el tiempo. “Deberían compartir los intereses, y una metodología de trabajo”. Si bien se trata de un desafío, el jefe de la unidad señaló que en la provincia hay ejemplos exitosos, como el del grupo GAMO (Ganadería de Monte), producto del primer Cambio Rural. “Dentro de su ámbito, ellos son referentes indiscutidos en San Luis y en el país”, señaló.

 


Centeno contó que, una vez conformado el grupo y definido sus integrantes, el sistema consiste en visitas mensuales a los establecimientos de cada uno de los productores, durante las que realizan evaluaciones y resuelven inquietudes de todos los integrantes del grupo. “Además, comprende una parte más técnica, que incluye el llenado de un formulario y la confección de un análisis de matriz tipo FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades, amenazas), para lo cual, el grupo ya debe tener algunos datos para aportar al asesor. Luego, se llena el formulario y se lo presenta a través de la agencia. Este período puede abarcar hasta un máximo de 6 meses”, señaló el jefe de la unidad. Luego hay cuatro instancias de evaluación del proyecto, antes de su aprobación: local, provincial, regional y nacional.

 


Orígenes del proyecto

 


El Programa Federal de Reconversión Productiva para la Pequeña y Mediana Empresa Agropecuaria, conocido como Cambio Rural, fue creado en 1993 por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca. En la actualidad sigue en funcionamiento y trabaja junto con 1.347 grupos que nuclean a más de 13.500 pequeños y medianos emprendedores agropecuarios. Desde su inicio, el INTA tiene la responsabilidad de su coordinación operativa y ejecución presupuestaria.

 


En la provincia, actualmente hay cuatro grupos activos en Villa Mercedes, Buena Esperanza, Fraga y el departamento Belgrano, que aglutinan a unos 30 productores. En su momento recibieron la ayuda económica del Estado pero una vez cumplidos los objetivos del programa, lograron perdurar en el tiempo.

 


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