Veterinarios aseguran que la Intendencia de San Luis los perjudica

En las veterinarias de San Luis aseguran  que Zoonosis  realiza  operaciones y cirugías estéticas gratuitas a mascotas cuyos dueños no son personas de bajos recursos. Señalan que esto representa  una competencia desleal y que las consultas en las clínicas privadas bajaron notablemente. Los profesionales aseguran que por la baja rentabilidad cuatro locales cerrarán sus puertas. El director del centro de salud animal, Raúl Martínez, negó las acusaciones y sostuvo que sólo hacen esterilizaciones.

Al menos 30 veterinarios autoconvocados, aseguraron que tienen pruebas de que el Municipio de San Luis está realizando operaciones de tumores de mama, traumatológicas, cesáreas, cirugías estéticas como corte de orejas y colas y hasta quimioterapia. 

“La situación en la que estamos la venimos arrastrando hace 8 años atrás. La labor del veterinario se empezó a venir abajo, tenemos muy pocas consultas y ya estamos en un momento crítico. No tenemos ingresos y así no podemos pagar a los empleados ni tener los impuestos al día.  Atribuyó la caída en las consultas al hecho de que ellos actúan como un hospital gratuito. La única opción que nos queda es cerrar”, contó Eduardo Ruartes, quien maneja hace 10 años un  clínica en la esquina de Bolívar e Yrigoyen. Pero no es el único que atraviesa una  situación dificil. Aseguró que otros tres colegas padecen una coyuntura similar. Se estima que en la ciudad hay alrededor de 25 clínicas veterinarias.

Los profesionales, que  cobran una consulta básica  a $150,   dicen que no están en contra del trabajo de Zoonosis. “Tiene que existir, pero bien utilizado. Debe ser para el perro vagabundo, desamparado o para ayudar a asociaciones protectoras. Su función es prevenir las enfermedades que puede transmitir el animal a una persona. Pero no las están erradicando o controlando, lo único que hacen  en este aspecto es un control preventivo antirrábico”, aseguró Walter Guzmán, dueño de veterinaria Patas.

Puntualizaron que lo que hace la Municipalidad es clientelismo. “En la práctica diaria vemos que nos demoran el trabajo. El primer día, el perro se enferma, al segundo lo llevan a Zoonosis y como no mejora al tercer día lo traen a la veterinaria. Así recibimos un animal muy deteriorado. Y esto es porque ellos no cuentan con las herramientas necesarias para las intervenciones que hacen. Por ejemplo, cuando una mascota tiene un cuadro de gastroenteritis y pasó tres días sin medicación o no fue la adecuada, y los tenemos que tratar, no podemos resolver el problema”, aseveró Guzmán.

“En todo el país existen las direcciones de  Zoonosis. Los municipios las tienen para el control del animal vagabundo. Pero convive la parte privada con la estatal”, puntualizó Ruartes.

Además de tener pocas consultas, los especialistas afirman que deben pagar impuestos demasiado elevados. “La gente nos puede culpar y decir que sólo nos interesa cobrar. Pero las veterinarias tienen una carga impositiva mensual y tenemos que afrontar esos gastos. Hay un impuesto municipal de residuos patológicos que tiene un canon fijo de 1.000 pesos semestrales. Es injusto porque pagamos  lo mismo nosotros que, por ejemplo, el sanatorio Rivadavia, que produce muchos más desechos.  Y si no lo abonás, te clausuran el local”, dijo Guzmán.

Los veterinarios aseguran que plantearon sus inconvenientes  tanto a la gestión municipal anterior como a la actual,  pero en ambos casos  sin obtener respuesta. “Pedimos que nos convoquen y que nos escuchen. No queremos confrontación, pero sí una solución a través de un diálogo para que la gente salga beneficiada. Lo que necesitamos es que ellos hagan su trabajo y nosotros en el nuestro”, sostuvo Gustavo Iannizzotto, dueño de una veterinaria ubicada en calle Bolívar.

Laura Fiocchetti  tiene su veterinaria en Juana Koslay pero también trabaja en una clínica de la ciudad. Señaló que muchas personas se acercan a hacer una ecografía del animal con una derivación de Zoonosis. “Obviamente se generó antes una consulta y necesitan conocer el diagnóstico. En ese caso, tienen que derivarlo a un privado,  pero no lo hacen. Tenemos pruebas  de eso”, dijo.

“En Río Cuarto, cuando empezó el hospital escuela de la universidad, la situación fue similar, pero ellos lo solucionaron rápido. La persona que quiere atención gratuita debe ir a la Municipalidad,  en donde lo entrevista una asistente social, quien constata que es alguien de escasos recursos que no puede pagar las prácticas. En ese caso, le dan un carnet blanco para identificarlo. El resto, tiene que pagar la consulta.  Acá debería ser igual, ayudar a las personas que no pueden, los demás deben ir a una clínica privada”, dijo Fiocchetti.