Los dueños del boliche aseguraron que la chica trans no fue golpeada

Los dueños de Black Line, Juan Tobares y Wang Hong, hicieron su descargo y contaron a El Diario de la República su versión de los hechos sobre la denuncia presentada por Juliana Valenzuela, una chica transexual, quien dijo que recibió por su condición una paliza por parte del personal de seguridad y del propietario del local, ubicado sobre ruta 147. Aseguraron que la joven no fue golpeada y que una mujer policía la sacó del lugar por desnudarse sin oponer resistencia. Dijeron que no presentarán cargos en contra de ella, pero le piden que diga la verdad.

“Cerca de las cinco de la mañana a la señorita transexual se la retira porque se había desnudado dentro del boliche, al lado de la cabina del DJ. Se subió a una especie de escenario  elevado del resto del lugar, entonces todos podían verla. No tenía nada puesto en la parte de arriba y empezó a desprenderse el pantalón. En ese momento, se percata el personal de seguridad de la situación e inmediatamente apagan la luz”, contó Tobares y agregó: “Llamaron al personal de seguridad femenino que estaba en la puerta, porque contamos con presencia policial además de la seguridad privada, y es quien fue a sacarla. Afirmaron que el local cuenta con ocho personas de seguridad interna y seis efectivos policiales.

Valenzuela, de 24 años denunció que dos hombres de la seguridad privada y el dueño del boliche la agredieron. Dijo que la insultaron y se refirieron a ella como un hombre. Como consecuencia de la golpiza, señaló que quedó con hematomas en el cuello y mamas, además de sufrir palpitaciones. También remarcó que sufrió una crisis nerviosa.

Tobares aseguró que hay testigos que vieron que fue acompañada hasta la puerta de salida sin que ella opusiera resistencia. “De hecho, a las amigas con las que andaba, se les comunica que se la sacó del lugar y le explicamos por qué. Incluso, admitieron que estuvo fuera de lugar”, dijo.

“Quiero aclarar no fue expulsada por su condición sexual, sino por su comportamiento. No aceptamos que nadie se desnude, sin importar el género”, sostuvo y aseveró que manifestó que desde que inauguraron el boliche, los transexuales  asisten y nunca tuvieron problemas con ellos.

Señaló que después del incidente Valenzuela quedó alterada y empezó a insultar. "Fue porque la sacamos y reclamó por una campera que había extraviado", afirmó. La semana anterior  Juliana dijo que había dejado la prenda en el guardarropa pero que después no la pudieron encontrar.

“Entendemos que se enojó y alteró porque la sacamos del lugar, pero nos molesta que denunciara falsamente algo que nunca sucedió. Tenemos pruebas porque fueron testigos del hecho el personal de seguridad, sonido, iluminación y los clientes del boliche”, remarcó el propietario de Black Line.

 En cuanto a la denuncia realizada por la joven trans,  Tobares dijo que aún  no lo llamaron para declarar. “La abogada está tratando el caso, y lo último que nos dijeron es que Juliana tenía que hacer una ampliación de la denuncia”, indicó.

Tobares dijo que trataron de comunicarse con Gema Rosales, coordinadora provincial de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA) en San Luis, pero no quiso atenderlos.