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Juan Gregorio Vivas, el primer médico cirujano de San Luis

Por redacción
| 08 de junio de 2015
Homenaje. En Juana Koslay el hospital público lleva su nombre en su honor.

Juan Gregorio Vivas llegó a San Luis en 1936. El 2 de abril de ese año, se había recibido de médico cirujano. Nacido el 31 de mayo de 1908, en Las Palmitas, Catamarca, pero en el límite con Santiago del Estero, lo hizo acompañado de su amigo y con quien había hecho toda la carrera de medicina en Córdoba: Roberto Cacace.

 


Y fue de casualidad, porque primero tuvo la idea de radicarse en San Juan y también en La Pampa. Pero a instancia de su amigo, decidió probar un año en tierras puntanas y se quedó para siempre.

 


El joven catamarqueño había cursado los dos primeros años de la primaria en su pueblo natal, después siguió estudiando en Frías, Santiago del Estero. Mientras que el bachillerato lo hizo en la escuela normal de varones de San Fernando del Valle de Catamarca.

 


Era audaz, intrépido y buen estudiante, así se fue ganando a sus compañeros de estudios y armaron la Federación Provincial de Estudiantes y una revista. “Nos reuníamos una vez por mes pero más que nada era para juntarnos a bailar con las chicas de la Escuela Normal de Mujeres”, se lo escuchaba decir.

 


Vivas estaba muy lejos de imaginar que en su vida como profesional de la medicina y político, después ocuparía cargos tan importantes como diputado provincial, gobernador de San Luis y senador nacional posteriormente, por corrientes políticas distintas.

 


Sin olvidar que es unos de los socios fundadores del Sanatorio Rivadavia, del Círculo Médico de la ciudad de San Luis, del Boxing Club de San Luis y de la Asociación de Bomberos Voluntarios de Juana Koslay. Juan Gregorio Vivas, tenía otro nombre, Ángel, pero no le gustaba porque solía decir: “Yo no soy ningún ángel”, y quedaba con esa apreciación sobre su primer nombre.

 


Por aquellos años, la ciudad de San Luis no tenía médico cirujano, la sola presencia del nuevo profesional traía esperanzas de que ocuparía un lugar de relevancia en la medicina local. A mediados de la década del '30, San Luis “exportaba” cirujanos, sus médicos no hacían servicios nocturnos y tampoco domicilios.

 


Joven, soltero y con ganas de ocupar un lugar en medio de una sociedad cerrada como la puntana, instaló su primer consultorio sobre la actual avenida Illia (ex avenida Quintana), propiedad que le servía de domicilio particular. Por la avenida atendía por turno y por la noche, por una puerta que daba a la calle Lavalle recibía a personas que llegaban con enfermedades graves o contagiosas. Vivas venía de Córdoba y allá había trabajado con un prestigioso cirujano, Eduardo Longo, y también con los hermanos Enrique  y Ricardo Finochietto, destacados médicos que aportaron enormes progresos quirúrgicos, con técnicas y modificaciones sustanciales de procedimiento, dice la historia.

 


Rápidamente fue ganando espacios y fue uno de los primeros directores que tuvo el hospital público que era dirigido por la Sociedad de Beneficencia. Al poco tiempo se hizo nombrar profesor de la materia Higiene y Puericultura (Anatomía) de las escuelas "Paula Domínguez de Bazán" y de la mixta "Juan Pascual Pringles". Contrajo matrimonio con Edith Corina Ojeda Esley el 30 de diciembre de 1942, ella había sido su alumna durante varios años en la Normal de Niñas.

 


Ese año junto a los médicos Juan Agustín Luco, Juan Di Genaro, Roberto Cacace y José Merlín, fundaron el Sanatorio Rivadavia, actualmente uno de los centros de salud privados más grande de la ciudad.

 


Su hijo Enrique recuerda a su padre como un conservador de primera línea, que pretendía echar raíces en San Luis y como amaba el boxeo, no tardó en entablar amistad con gente ligada a ese deporte, con la cual fundaron el Boxing Club San Luis.

 


"Me acuerdo que en una oportunidad había una velada boxística en el club Pringles, y un día antes, los organizadores vienen a hablar con mi padre por un boxeador, ‘El Rana' Suárez, que además de boxeador era lustrador de zapatos en la plaza Pringles. —¿Doctor, nos puede dar una mano con Suárez? —Sí, como no, dijo mi padre, ¿qué remedios necesitan? —¡No doctor, remedios no, necesitamos que lo saque de la comisaría, está preso por borracho!", cuenta y añade: “Y allá fue mi padre para hablar con el comisario de turno para que no arruinara la noche de boxeo. Todos lo querían, era muy humilde y solidario con los que más necesitaban”.

 


"Por ese motivo le envió una carta al vicepresidente de la Nación Ramón Antonio Castillo que era de la misma corriente política de mi padre (Partido Demócrata Nacional) y su profesor en la escuela secundaria de Catamarca. En la misiva le pedía ocupar las vacantes que se habían producido en las escuelas "Paula Domínguez de Bazán" y "Juan Pascual Pringles". Obviamente a la vuelta de correo, el doctor Vivas tenía los nombramientos en sus manos", señala Enrique Vivas Ojeda.

 


Según su hijo, Juan Gregorio tuvo mucho que ver con la creación de la Universidad Nacional de San Luis. "Él como gobernador y Genaro Leme como decano de la Universidad Nacional de Cuyo, se reunieron y trabajaron con el ministro de Educación de la Nación, doctor Gustavo Malek, para que el sueño fuera una realidad”.

 


"Tuvo dos cargos políticos, el primero fue en 1958 cuando se presentó como candidato a diputado provincial por el PDL (Partido Demócrata Liberal) del Departamento La Capital, integró la lista en quinto lugar, la encabezaban Horacio de la Mota, Guillermo Belgrano Rawson, Roberto Cacace, Roberto Páez Montero y mi padre. Pero por primera y única vez, en San Luis se aplicó la Ley de Tachas y en consecuencia Páez Montero y Juan Gregorio Vivas, fueron diputados. Las elecciones las ganó Julio Alberto 'El Pibe' Domeniconi de la UCRI (Unión Cívica Radical Intransigente) que gobernó la provincia del 1º de mayo de 1958 hasta que lo derrocó un golpe militar el 22 de abril de 1962", precisa.

 


Enrique cuenta que en 1970 Roberto Marcelo Levingston, presidente de la Nación, invita a su padre a que se sume a su proyecto y lo nombra gobernador de San Luis, cargo que ocupó dos años. "Levingston, quería devolver de alguna manera las atenciones que mi padre había tenido en San Luis, cuando Levingston era teniente primero, había atendido a su madre y a su esposa y conocía de la importancia que el médico tenía en la sociedad puntana", explica.

 


Para ese entonces, el PDL se había fracturado y nació el MPP, (Movimiento Popular Provincial). En 1973, es convocado por Guillermo Belgrano Rawson y Edmundo Tello Cornejo para que integrara la lista a senadores nacionales y llegara a la Cámara alta junto a Oraldo Britos y César Franco.

 


La muerte lo sorprendió a los 96 años, en su casona de Juana Koslay. Debido a un derrame cerebral estaba al cuidado de enfermeras especializadas y su médico de cabecera, el doctor Jorge Chada. Su hijo Enrique dice que cuando cumplió 95 años, su padre levantó su copa y dijo: "Si hubiera sabido que iba a vivir tanto, me hubiera cuidado más". El gobernador de la provincia Alberto Rodríguez Saá mediante el decreto 3833-ML y RI2004, adhirió al duelo, y destacó sus cualidades humanas otorgándole el título de Ciudadano Ilustre.

 


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