Para que viva en la memoria del pueblo el recuerdo de quienes en la hora de la Patria, sin distinción de clases, lo entregaron todo desde la vida al erario público y bienes personales para la concreción de la libertad americana", dice una placa amurada en el claustro del Monumento al Pueblo Puntano de la Independencia. Pero, a juzgar por el estado actual de la construcción que recuerda al Campamento del General San Martín en San Luis cuando forjó la Gesta Libertadora, nadie respeta u obedece el pedido de ese texto impreso en metal: nunca olvidar. La mugre, la bosta de palomas y el abandono son evidentes y opacan la belleza del paseo.
Inaugurado hace 24 años, el lugar es muy visitado por puntanos y turistas. Ayer miles de personas lo recorrieron, pero pocos se sentaron en los descansos que ofrece la plazoleta superior: los yuyos, las hojas y las botellas de plástico tiradas los ahuyentaron.
En el sector inferior, por el 'Claustro del Monumento' la situación no es mejor. Además de acumular estiércol de paloma, (esas aves dominan los distintos espacios) no hay un foco o luminaria que alumbre el paso interior. Y la falta de limpieza es total a tal punto que la pirámide de vidrio que cobija las urnas con las cenizas de los heroicos granaderos Januario Luna, José Gregorio Franco y Basilio Bustos, carga una capa de polvillo notorio, chorreada por unas gotas de líquido en una de sus partes.
Frente a los restos de los héroes que obedecieron las órdenes del Gran Capitán, en una de las paredes, el paso del tiempo o algún vándalo arrancó una de las placas que evocan la Gesta Libertadora y el esfuerzo que hizo el pueblo de San Luis. Nadie jamás repuso la chapa ni arregló la mampostería.
Justo en una jornada especial, no sólo por el aniversario de su inauguración, sino porque todo el continente evoca el fallecimiento del Libertador, el monumento enclavado en el preciso sitio donde él agrupó sus hombres y armas, luce mugriento, descuidado, transformado en un canto a la desidia. Porque para limpiar un lugar no hacen falta obras o grandes inversiones: sólo arremangarse y darle duro al trabajo. Sacrificarse. Eso que hacían a diario aquellos viejos patriotas puntanos a la par del enorme general.
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