Lo que había empezado como un ilícito, finalmente concluyó con una acción correcta. Una mujer que había comprado por 600 pesos un cachorro de puma, luego se arrepintió y entregó el animal a las autoridades. Con aproximadamente tres meses de vida y tras convivir en un ámbito doméstico, el pequeño felino fue alojado en el Centro de Conservación de la Vida Silvestre de la Florida.
“Luego de los análisis físicos y de comportamiento se la ubicó en un recinto que comparte con el otro cachorro encontrado por una familia de Naschel hace un mes aproximadamente. A los dos se les está dando alimentación específica y han generado un vínculo entre sí”, explicó el jefe del Programa Biodiversidad, Jorge Heider.
Los cachorros en cautiverio fueron bautizados como Mía y Sansón.
La ministra de Medio Ambiente, Daiana Hissa, indicó que en la provincia rige la veda de caza como así también una ley que la prohíbe. También está restringida la tenencia, tráfico y comercialización de animales silvestres, que no pueden ser considerados como mascotas.
“Cada animal silvestre llevado al cautiverio, representa un individuo menos de su población y es ecológicamente inútil, ya que lo más probable es que no deje descendencia”, aseguró Hissa.
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