SAN LUIS - Jueves 02 de Mayo de 2024

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Ernesto Grillo, un dirigente todo terreno

Por redacción
| 04 de septiembre de 2015
2015."Tuve la suerte de conocer grandes dirigentes y grandes pilotos, entre ellos a Rosendo Hernández y a Nery Varona, dos monstruos del deporte motor".

El dirigente es una persona que ejerce una función o cargo directivo en una asociación, organismo, empresa o en un sindicato. El concepto de dirigente, suele asociarse a la persona que está a cargo de manejar o gobernar un determinado emprendimiento.

 


Puede decirse que un dirigente es la cabeza o el líder de un proyecto, teniendo a personas que lo siguen o que respetan sus decisiones al reconocerlo como tal.

 


Éste podría ser el caso de Ernesto Grillo, un ex dirigente deportivo todo terreno, quien tuvo sus comienzos en su cuna. Su padre homónimo era un reconocido comerciante en el rubro de los muebles de San Luis que en los años '60, fue dirigente del Club Guay Curú, junto a su compadre y amigo Isaac Estrugo, de Deportivo Pringles, del Círculo Social Democrático y del Moto Club San Luis. Por eso no es descabellado aseverar que su hijo Ernesto, de 68 años, de chico quiso ser dirigente.

 


Hoy, está casado con Mercedes Susana Pereyra (62), con quien tuvo una hija; Monserrat María Azul,  de 31. Es uno de esos “viejos” dirigentes que vivieron épocas doradas del deportes motor. Recuerda a su padre con orgullo cuando a bordo de una AJS 500 centímetros cúbicos lo llevaba sentado en el tanque, a su hermano Hugo en el medio y a su madre en el asiento trasero.  “Tuvo que vender la moto para pagar los albañiles que hacían su casa en la esquina de Maipú y Ejército de los Andes”, aclara.

 


“En 1967, armamos una peña automovilística, para comprar un auto que corriera Nery Varona, estaba integrada por 'Etin' Tula Durán, Luis Egidio Parnisari, Félix Vega, David Ganon, el doctor Leyes, Jacobo Estrugo, Carrión, don Santiano, 'Toto' Cangiano, Oscar 'El Gringo' Ferrari, Rosendo Hernández y yo. Compramos un  Renault Gordini que debutó en el autódromo General San Martín y en la segunda prueba que se corrió en Mendoza, ganó”, rememora.

 


“Era en los años '70 ‑continúa‑, cuando comenzó a funcionar una comisión de apoyo a Nery Varona que había sido subcampeón argentino de motociclismo, los viejos dirigentes vieron que el piloto tenía grandes condiciones y era necesario catapultarlo a nivel internacional. Esa comisión estaba integrada por Rosendo Hernández, Milo Franzini, Miguel Berardi, “Cacho” Randazzo y los Grillo, padre e hijo”, admite.

 


El objetivo era recaudar fondos para poder viajar. Rosendo consiguió los pasajes a Cuba aprovechando su gran amistad que tenía con el ministro de Deportes de la Nación. Acá en San Luis hacíamos rifas, comidas y buscábamos sponsor. No hubiera sido posible sin el aporte del Gobierno de San Luis, encabezado por Elías Adre y del intendente José Rafael 'Lucho' Dopazo. Ellos nos dieron el espaldarazo final”, agradece.

 


Varona, Vignetti y Guillermo Kisling viajaron a Cuba en 1974 y corrieron en la Plaza de la Revolución. El puntano fue el mejor piloto extranjero y eso terminó de consolidarlo, viajó a Misano, Italia, donde adquirió una Harley Davidson con la que corrió en Barcelona y alcanzó un memorable segundo puesto.

 


A su regreso a San Luis, Varona sufrió un grave accidente de tránsito y se truncó su carrera. “Si Nery no hubiera pasado por lo que pasó, otra hubiera sido la historia”, se lamenta.

 


Ernesto dice que cuenta esta historia porque allí comenzó su carrera como dirigente. Era protesorero de esa comisión y siguió ocupando cargos que en los papeles eran menores, pero en la práctica eran de suma importancia y empezó a correr en moto. “Lo hice hasta 1977. En ese lapso logré un campeonato, un subcampeonato del Centro-Cuyo de la República Argentina, y además fui ganador del Desafío de los Valientes. También corrí con una Gilera 200 centímetros cúbicos aprovechando que Nery Varona era el representante de esa marca en San Luis, ganando en San Juan y con buenas participaciones en el circuito de Estancia Chica, La Plata, y otra en Buenos Aires. Éramos como setenta pilotos y yo siempre estaba entre los diez mejores. Fue una linda etapa de mi vida deportiva”, sostiene con orgullo.

 


Su carrera como dirigente se fue dando sola. Tenía 36 años, y los viejos dirigentes le fueron cediendo terreno. "Después de ocupar varios cargos me nombran presidente en 1984. Me entregó el club Milo Franzini y estuve durante tres presidencias. Me fui dando cuenta que ellos me habían ido formando como dirigente”, expresa y cuenta una anécdota: "En 1985, el motociclismo sanluiseño tenía en ‘El Flaco’ Enrique Villegas un buen piloto, había que apoyar sus condiciones pero nos faltaba una buena moto. En Córdoba había una, el dueño era Oscar Rinaudo y la corría Dante 'El Negro' Benegas, que había fallecido en un accidente de tránsito. Hicimos lo de siempre, buscamos apoyo en los amigos y juntamos la plata, fuimos y la compramos. Era una moto bárbara. Villegas ganó su primera carrera en Buenos Aires y fue subcampeón argentino”.

 


En 1988 fue parte del armado de un proyecto relacionado con el ciclismo sanluiseño. "Una comisión integrada junto a Carlitos García -mi socio y amigo-, Hugo Zangrandi, Ignacio Urteaga, Oreste ‘El Manco’ Ortiz y Daniel Fernández, apoyamos dos ciclistas, Juan Carlos Barrera y Daniel Herrera, para que participarán en los Juegos Panamericanos de Ecuador, hasta los mandamos a Mar del Plata para que, bajo la dirección técnica de Merlo, los ciclistas, fueran adquiriendo experiencia. Nos fue muy bien porque los chicos trajeron las primeras medallas a San Luis”, saca pecho.

 


Sin embargo, su pasión por las motos seguían guiando su vida. “Durante esos tres años, se cumplieron todos los objetivos, se hicieron los campeonatos en todas las categorías que se corrían en San Juan, Mendoza y San Luis, en materia de obras, los boxes y la cantina. Y comenzamos a trabajar con una institución afín a la nuestra: el Automóvil Club San Luis”.

 


Asevera que como presidente puso empeño en unir  y hacer una institución fuerte, modelo y que fuera el ejemplo para otras. A tal punto que la gente del automovilismo lo eligió presidente en 1990, 1996 y en 2010. "En esos períodos se hicieron grandes cosas, estaba rodeado de dirigentes muy buenos y capaces, honestos y trabajadores, marcamos la diferencia en relación a otras. Fuimos  pioneros e innovadores de las largadas de los rally. Cada vez que se largaba un auto, éste era acompañado de fuegos artificiales, eso nunca se había visto en la Argentina".

 


Otra de las innovaciones que impuso fue con los primes nocturnos. "El primero lo hicimos en el circuito viejo de Potrero de los Funes, al otro día, la etapa inicial fue sobre asfalto".

 


"Como era todo nuevo, nos preguntaban por qué y nosotros contestábamos que en Europa ya se hacían, eran pruebas especiales".

 


"También debo recordar que en 1979, San Luis fue el lugar donde se hizo el primer rally nacional después de la separación del Automóvil Club Argentino y  la Confederación Argentina de Automovilismo Deportivo (CADAC) es decir, San Luis dio el primer paso en varias cosas que hoy, son repetidas en todo el país”, repite los méritos de su gestión.

 


Con su amigo Carlos García  abrieron  en 1980 las puertas de un negocio netamente dedicado a las motos, que fue bautizado como ‘Todo Moto’ y está ubicado en la calle Colón al 800. "Alternábamos nuestra profesión de comerciantes con la pasión por las motos, trabajamos juntos catorce años. Un día vino y me dijo: 'Compadre tengo la posibilidad de incorporarme a una empresa familiar y me quiero ir a trabajar con ellos'. Me quedó una amistad entrañable e inigualable". "Nos gustaba salir de noche ‘éramos nocheros’ y pasábamos largas horas con amigos. A Carlos le gustaba cantar y recitar, conocía al poeta Antonio Esteban Agüero y siempre lo veíamos en 'Capolonio', un bar de la calle San Martín frente a la plaza, tomaba ginebra y mi amigo lo imitaba", recuerda esos encuentros .

 


Ahora García está radicado en la Villa de Merlo y administra un emprendimiento familiar.

 


"De vez en cuando nos vemos. Hoy sin alejarme del ruido de las motos y de los autos me siento muy bien, creo que hice lo que tenía que hacer en el deporte y como dirigente”,  dice a modo de balance de su vida.

 


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