Admiten que hay más reclamos eléctricos por la caída de rayos

La corriente de El Niño además de provocar un récord de caída de agua este verano en la provincia vino con variadas tormentas eléctricas que ya generaron múltiples problemas en las viviendas que fueron afectadas por caídas de rayos. Tal es así que Walter Ortega, responsable de Asuntos Regulatorios de Edesal, indicó que desde diciembre  “el número de reclamos por falta de servicio se incrementó prácticamente al doble de la cantidad que ocurre en el resto del año. De ese incremento, más del 70% se originó en causas atribuibles a fenómenos meteorológicos y de ese universo, la mitad correspondieron a descargas atmosféricas que es lo que vulgarmente llamamos caída de rayos”.
Ortega detalló que la zona serrana que incluye a La Punta, Suyuque, Villa de la Quebrada, Nogolí, El Trapiche, Estancia Grande, Merlo, Carpintería y Papagayos, “la incidencia de los reclamos derivados de las descargas eléctricas es aún mayor debido a la frecuencia e intensidad de la caída de rayos”. Y destacó que “la zona de las Sierras de San Luis es uno de los lugares de la Argentina donde más caen por metro cuadrado. Digamos que es una zona propensa a recibir este tipo de fenómeno atmosférico. En general esos rayos caen en el campo y en la parte alta de la sierra, pero este año en particular hubo mucha caída en zonas urbanas y pobladas”. 
El ingeniero explicó que “los efectos que provocan los rayos son importantes porque al dejar una línea entera sin servicio, por actuación de las protecciones, esto implica que varios clientes se quedan sin luz simultáneamente. Entonces el tiempo de reposición que se necesita es mayor porque se deben recorrer las líneas afectadas que sólo pueden ser reparadas cuando las condiciones climáticas mejoran”. Y confirmó que este verano “varias líneas de alta tensión se han visto afectadas y también notamos que lo han sufrido las instalaciones de particulares y las viviendas de los usuarios”.  
El meteorólogo Walter Maza sumó otros datos para comprender el fenómeno que hoy tiene sorprendidos a los sanluiseños: “Desde el centro del país hacia el norte es el ámbito de mayor actividad de las tormentas eléctricas y los datos que revelan los mapas de frecuencia de rayos permiten establecer que el número de días con estas tormentas para San Luis es de 50 al año y para Villa Reynolds de 66, durante el período 1971-1980.  Y según las curvas de nivel isoceráunico, en la provincia se producen en promedio entre 20 a 30 rayos por kilómetro cuadrado cada año”. Maza coincidió en que estas tormentas “ahora están favorecidas por la corriente de El Niño y se generan en mayor cantidad, pero este tipo de fenómenos de rayos, truenos y relámpagos, según las estadísticas, son habituales durante el verano en San Luis”. 
También aclaró que lo normal es que la descarga eléctrica se provoque en las zonas altas porque “es donde se instalan los pararrayos, aunque todo depende de donde vaya transitando la tormenta. No es que antes caían más en los campos y ahora lo hacen en las ciudades. Lo que sucede es que en las zonas rurales no los veíamos porque no había información al respecto. En cambio ahora con el uso de imágenes satelitales se puede confirmar que están distribuidas en la misma proporción entre las ciudades y el ambiente rural”.  
Si bien insistió en que este tipo de tormentas son habituales en temporada estival, aclaró que  “no siempre que se forman estas nubes de desarrollo vertical quiere decir que habrá descarga eléctrica”. El docente de la Universidad de La Punta señaló que la forma  de prevenirse de los rayos es que en las zonas urbanas se instalen antenas que los atraigan. “Esto genera una seguridad en un radio de entre 5 y 10 kilómetros, dependiendo de cómo esté construido el sistema. Si la tormenta nos sorprende adentro de un auto, lo mejor es quedarse allí. Si estamos en casa no hay que salir afuera y mantenerse alejado de las ventanas. Pero si estamos en el exterior hay que evitar ponerse debajo de un árbol porque el rayo busca interactuar con los elementos de mayor altura”. Y recordó que las antenas metálicas, cualquiera sea su función, son propensas a recibirlos.