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Moreira Aldana: el optimista del gol "Verde"

Por redacción
| 27 de octubre de 2016
Goleador feliz. El delantero paraguayo posa con el diario que refleja sus dos goles en Paraná. Foto: Marina Balbo.

Roberto Moreira Aldana es sinónimo de goles para Estudiantes. Se convirtió en el referente de un equipo que pasó por la alegría al conseguir dos ascensos. Luego ratificó una regularidad en la B Nacional y también sufrió con la crisis institucional de la que está saliendo el club "Albiverde". 

 


El delantero se sobrepuso a todo. Cosecha 49 tantos desde que arribó a Estudiantes en 2012. La cuenta: 9 en el Argentino B, 15 en el Argentino A, 22 en la B Nacional, y tres en la Copa Argentina. En el actual certamen 2016/17 lleva 5 goles anotados. El delantero charló con El Diario.  

 



—¿Estás disfrutando este momento personal en el equipo?

 


—Estoy muy contento y muy cómodo en el club desde mi llegada en 2012. Tuve dos ascensos con el equipo, el más importante al Nacional B. La gente me hace sentir feliz en Estudiantes. En estos años pasaron más cosas lindas que tristes. Compartir momentos inolvidables con los compañeros de ahora y con los otros que ya no están, son recuerdos que siempre voy a tener sí en algún momento tengo que irme de Estudiantes.

 



—¿Llevás la cuenta personal de tus goles?

 


—Sí, uno por uno. Son 49 goles. Después del partido en Paraná, venía haciendo la cuenta en mi cabeza y esa es la cifra. Pero más allá de los goles, rescato que nos está yendo bien como equipo y al club en lo institucional.

 



—Hace unos días Sebastián Rambert le dijo al Diario que “vos (Roberto Moreira Aldana) y Leonel Felice son los delanteros más importantes y fuertes de la categoría. ¿Qué pensás sobre ese comentario?  

 


—Si uno trabaja bien y se siente cómodo dentro el equipo, se cree importante. Es una alegría que el entrenador (Rambert) destaque nuestro trabajo con Felice. Nos complementamos muy bien dentro de la cancha. Cuando al equipo le va bien, en lo personal las cosas se hacen más fáciles, y eso es mérito del trabajo en equipo.

 



—Fueron muy contundentes e inteligentes frente a Atlético Paraná.

 


—Sí, fue fundamental arrancar bien en el primer tiempo como lo logramos. Lo hicimos así en varios partidos, salvo con Villa Dálmine que arrancamos dormidos. Los primeros minutos (frente a Atlético Paraná) jugamos bien, y cuando tuvimos un jugador menos (por la expulsión de Jonathan Mazzola) pudimos jugar muy bien. Hay que saber cerrar los resultados en esta categoría. Hay equipos que te hacen un gol y después no lo podés empatar. Tenemos que ser un equipo duro, defender la ventaja, y sí se puede, liquidar el partido como lo hicimos el sábado.

 



—La idea de juego de Rambert es ambiciosa. ¿Eso te motiva?

 


—En la semana hay que entender lo que pide el entrenador, y más allá de lo que uno quiera hacer. Si el equipo está bien, en lo personal puedo tener más fresca y abierta la cabeza para resolver jugadas claves.

 



—Siempre se dice en el fútbol que “hay más momentos malos que buenos”, ¿Coincidís?

 


—Disfruto mucho este presente pero también no hay que confiarse y sostenerlo. Se pasan muchas situaciones en el camino que no se ven, pero a mí me tocó llegar a la Argentina a los 16 años, pelearla en Córdoba. Construí una familia hermosa con mi esposa y tuve dos hijos. Uno sabe lo que ha pasado, y el sacrificio que he vivido. Mi postura es seguir creciendo en lo personal y en lo futbolístico.

 



—¿Cómo viviste y sufriste la crisis institucional, con el equipo instalado en Lobos? 

 


—Fue una sensación rara, que un club de donde no pertenece juegue en Lobos. Estábamos mal, y en lo personal estaba incómodo. Sabía que el equipo iba a volver a San Luis, y ahora con el apoyo del Gobierno esperemos que se vayan solucionando los problemas.

 



—En lo deportivo han mostrado fortaleza…

 


—Nosotros tenemos que pensar en lo futbolístico pero no dejamos de lado lo que sufrimos. Nos ha fortalecido mucho estar lejos de la familia. En Lobos nos sentimos desprotegidos, sin respuestas, pero rescato que el esfuerzo de todo el grupo fue vital para salir adelante. 

 



—¿La familia y la fe es todo para vos?

 


—Sí, soy creyente y familiero. Mi esposa, Marisa, vive en Córdoba, con Jeremías de 5 años y Valentina de 11 meses. Son mi motivación permanente. Cuando pasó lo de jugar en Lobos, prefirieron quedarse, pero siempre están. Toda mi familia es cristiana y siempre de Dios. Por eso cada vez que convierto lo tengo presente. 

 



—¿Cuál es tu próximo sueño?

 


—Tengo dos sueños. Mi mayor sueño es jugar en la Selección de Paraguay, y el segundo llegar a Primera.

 


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