Villa Mercedes tendrá la semana próxima el primer cinerario parroquial de la provincia. Junto a la parroquia Nuestra Señora de La Merced, la diócesis habilitará cinco fosas destinadas como lugar de descanso para las personas que hayan sido cremadas. Tendrá capacidad para albergar a más de quince mil difuntos y será gratuito y para siempre.
Muchas personas en vida dejan en claro su deseo de no ser sepultadas, sino de convertirse en cenizas al momento de fallecer o, en algunos casos, los familiares son los que toman esa decisión. Esta semana el Vaticano anunció la prohibición para los católicos de esparcir las cenizas de los difuntos en cualquier lugar o tenerlas en los domicilios, y desde el próximo miércoles la parroquia matriz de la ciudad contará con un lugar especial para el descanso de quienes hayan sido cremados.
“Responde a la costumbre que está creciendo cada vez más de solicitar la cremación de los restos humanos de familiares, que muchas veces se hacen por razones de espacio, de costos o por no disponer de lugares de sepultura a perpetuidad como existían antes. Muchos, por ignorancia eligen tirar las cenizas en un río o en la montaña y por eso la Iglesia crea estos espacios en tierra santa, en terrenos de la iglesia para depositar las cenizas”, explicó Ignacio Daminato, el vicario episcopal de la ciudad y el sur de la provincia.
El cinerario contará con cinco fosas (cada una permitirá al menos tres mil difuntos cremados) y estarán ubicadas en la flamante plazoleta de la Virgen, junto al templo, en el lateral que da hacia calle España. La construcción está en su etapa final, y será inaugurado el próximo 2 de noviembre, Día de los Difuntos, luego de la misa de las 20.
“Existen cinerarios que son una fosa común donde se depositan las cenizas, y columbarios que son como casilleros donde se dejan las urnas. Nuestro cinerario será diferente, aquí no se mezclarán las cenizas, sino que se depositarán en bolsas especiales adornadas y envueltas en terciopelo y estarán identificadas con el nombre del fallecido o con un número de registro en una etiqueta imborrable; se las depositará en un mismo lugar pero serán identificables”, explicó el sacerdote.
El padre Daminato explicó que por ser el primero de la provincia, tuvieron que elaborar todo un sistema de registro y actas que regulen su funcionamiento. Los familiares que deseen dejar allí los restos de los fallecidos deberán presentar copias autenticadas del certificado de defunción y el permiso de cremación otorgado por el Registro Civil, entre otros requisitos.
“Serán a perpetuidad, una vez que se coloquen allí no se los podrá sacar. El compromiso de la parroquia es que siempre rezaremos en la Santa Misa por las almas de esos restos que allí sean sepultados. Es bueno aclarar que no tiene costo, la gente podrá colaborar cuando lo desee a voluntad para el mantenimiento o para cubrir el costo que demandó la construcción, pero es gratuito y para siempre”, señaló el vicario episcopal.
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