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Cuenca del Morro: instalarán sensores para medir las napas

Por redacción
| 09 de noviembre de 2016
La Cuenca del Morro. con los estudios hidrogeológicos podrán evaluar la factibilidad de las próximas obras para frenar los ríos.

El gobierno provincial, junto a universidades y organismos de estudios ambientales, pondrá en marcha el proyecto "Transporte de agua, sales y sedimentos en la Cuenca del Morro: herramientas para su gestión", una tarea que tendrá  como propósito medir el nivel de las napas y el comportamiento de los afluentes de la Cuenca del Morro.

 


El Centro de Estudios Ambientales (CEA), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Instituto Nacional del Agua (INA)  y la Universidad de La Plata (UNLP), se encargarán de coordinar el proyecto que recibió una inversión de 11 millones de pesos del Ejecutivo.

 


Las tareas consisten en colocar sensores en veinticuatro puntos de la Cuenca. Para ello, utilizarán cámaras superficiales que proveerán información sobre la "dinámica del agua, lo que nos ayudará a predecir algún movimiento de ella, o la sedimentación", señaló Soledad Sallenave, técnica del Ministerio del Campo y Medio Ambiente. Una vez que obtengan los datos, el equipo de profesionales podrá crear un modelo "hidrogeológico, lo que significa que nos permite hacer un modelo de la Cuenca en sí, como una maqueta, para trabajar en la computadora", añadió.

 


La funcionaria destacó que, además, les permitirá evaluar la efectividad de las tareas que lleva adelante el Ejecutivo puntano junto a los municipios afectados por el río Nuevo, como la forestación, la canalización y los planes de manejo y conservación de suelo. "Lo que nos puede aportar es conocer qué efecto se ha logrado. Por ejemplo: saber cuánto absorben de las napas los árboles de la forestación, y poder compararlos con el panorama que existía antes de poner en marcha la plantación", señaló Sallenave.

 


Durante las próximas tres semanas, evaluarán cuáles serán los puntos de medición donde funcionarán los sensores ya que primero deben analizar cuán lejos tiene que estar el caudal, el tipo de pendiente, entre otras variantes.

 


"A lo que apuntamos es que primero se realice lo que tiene que ver con el transporte del agua y después con el sedimento, porque este último es mucho más difícil de medir. Es por eso que el proyecto está planteado con una proyección de dos años", aclaró la técnica y agregó que, una vez que finalicen con el informe, el equipamiento quedará instalado, "por un tiempo indeterminado".

 


"Creo que el proyecto nos va a  dar un margen de previsibilidad de la dinámica del río, es decir qué puede pasar o no, o cómo se mantiene el equilibrio de la Cuenca.  Por ahí, hoy, hay mucha incertidumbre sobre las magnitudes con temas cómo, si va a haber otra cárcava, qué va a pasar con las lagunas, cómo se mueve el agua abajo, los sedimentos. Nos va a aumentar el grado de certeza y eso se traduce en que las intervenciones, si son obras de grandes inversiones, tendrán mayor grado de certeza de su funcionamiento", explicó Sallenave.

 


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