Horacio Benegas, el señor de la chacarera

Más que como folclorista, Horacio Banegas se define como un hacedor de música nativa. La explicación es que el folclore debe analizarse con el tiempo recorrido, acaso 100 años después de producido. En ese punto, como el santiagueño lleva 50 años en carrera, deberá pasar otro medio siglo para que quienes vivan en ese momento escuchen las canciones con ese rótulo.
Por lo pronto, quienes viven este tiempo y esta provincia, tendrán la posibilidad de escucharlo en vivo hoy, en los festejos por un nuevo aniversario de la peña El Tono, en Merlo.

—Estuvo en el Festival del Sol en Merlo hace unos años ¿Qué recuerda?
—Era la primera vez y me pareció un festival diferente, con una propuesta artística variada y con un público muy respetuoso, que escucha al artista. 

—De los festivales de los que actuó en todo el país ¿hay uno al que le guarde más afecto?
—Los que conservan la mística, el sentido para el que han sido creados. Algunos se convierten en festivales muy comerciales y se desvirtúan. El de Merlo tiene una característica muy diferente; el de la tradición en Añatuya tiene la misma mística a pesar de los 40 y pico de años. En Santiago tenemos el de La Salamanca.

—¿La televisación ayuda?
—Por un lado desvirtúa porque crea cuestiones que no tienen nada que ver con lo artístico. Hay pujas entre representantes, mánagers y compañías que imponen una negociación. En los festivales que no son televisados no pasa.

—¿Cómo elige, entonces, los festivales a los que va?
—Antes de arreglar la cuestión económica, que está muy lejos de lo que cobran los artistas top, trato que los organizadores sepan que mi misión no es ganar dinero, sino mostrar una propuesta. Si hay un horario coherente para mi presentación, voy; si no, no.

—¿Por eso volvió a Cosquín?
—Hubo muchos manoseos en ese festival en años anteriores. No creo que sea justo que tenga que disputar un espacio con artistas que tienen un consenso masivo. No me parece leal tampoco pelear un lugar con alguien que recién empieza. De todos modos, donde voy me siento respetado y entienden que me interesa mostrar lo que siento como música. Después, si a la gente le gusta, es algo que escapa al análisis teórico. Al público no se le puede exigir. El arte y la música son mostrar, no demostrar.

—¿Qué sabe de "El Tono", la peña merlina donde tocará?
—Estoy muy feliz porque es un lugar muy simbólico, muy querido por los artistas. Los comentarios que tienen son todos positivos.

—¿Por qué dice que lo que hace no es folclore?
—Porque mi música es muy nueva. Lo que hacemos hoy será folclore dentro de 100 años. Además, hoy tengo una banda que suena eléctrica, y si me remito a la palabra folclore, no estaría respetando algunas premisas. Lo que hacemos son nuestras impresiones, de lo que está pasando en Santiago del Estero hoy.

—¿Qué le aportan sus hijos a la banda? 
—Renovación. Yo vengo de los '60 cuando el bombo y la guitarra no se enchufaban. He decidido manifestarme con dos generaciones.

—¿Y cómo va en ese camino?
—Hay muchos músicos nuevos que tiene otra preparación, más académica. Yo soy autodidacta porque en mi casa comíamos salteado y no había posibilidades de mandarme a estudiar. Todo lo aprendí mirando. El problema de los académicos es que como estudiaron mucha música clásica toman al folclore como algo que está fuera de su formación, chabacano incluso. Eso es algo que se debería rever.

—¿Cómo ve al folclore cuyano?
—Es la materia pendiente de todos los festivales y de la música a nivel nacional. Mendoza, San Juan y San Luis tienen excelentes guitarristas, y es una pena que no tengan un espacio importante. Ojalá en algún momento hagan un movimiento como hizo Salta en los 60 y llegue en masa a Buenos Aires para empezar a mostrar su arte en todos lados.

Horacio Banegas en el aniversario de la peña El Tono
Día: hoy
Hora: 21:00
Lugar: Club social y deportivo San Martín
Entrada: 100 pesos