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Agustina Rodríguez Saá: "Queremos que esta universidad nazca bien y se proyecte al futuro"

Por redacción
| 30 de mayo de 2016
Entusiasmo. Rodríguez Saá dijo que está muy feliz por comandar la creación de la universidad.

Ser la principal responsable de la puesta en funcionamiento de una casa de estudios terciarios de alcance regional no es una tarea de todos los días. Sin embargo, esta enorme responsabilidad no amilana a  Agustina Rodríguez Saá, la rectora organizadora de la Universidad Nacional de los Comechingones,  si no todo lo contrario.  Tras su designación, se lanzó de lleno a la elaboración del estatuto provisorio y el proyecto institucional, dos pasos administrativos esenciales que exige el Ministerio de Educación de la Nación para concretar el proyecto. El Diario de la República entrevistó a la funcionaria, quien aseguró que la institución que tendrá su sede en la Villa de Merlo será de vanguardia y atenderá las necesidades y las demandas de la región oeste del país.  Estimó que el primer ciclo lectivo comenzará en el 2018  y destacó que la idea es que los estudiantes puedan  elegir carreras de primer nivel como meteorología, paleontología y distintas ingenierías ambientales.

 


—¿Qué oferta académica tendrá la universidad?

 


—Ahora justo estamos trabajando con el equipo académico. En 2013 participamos en el estudio de factiblidad, lo hicimos con la comunidad y con la gente de la fundación Pro Universidad Nacional de Merlo. En relación a la oferta académica tenemos delineados los grandes temas, que son las ciencias ambientales y las carreras vinculadas a las culturas y el arte. Estamos concretando qué carreras implementar, porque hay algunas que están muy reguladas por el Estado y otras, como las de arte, que tienen más flexibilidad. Pensamos en las ingenierías para los temas ambientales, sobre todo ingenierías en recursos hídricos, ingeniería ambiental; y como tema fuerte, las energías renovables.  Está contemplada una Maestría en Gestión y Calidad del Agua. También carreras vinculadas con las ciencias astronómicas, lo cual es un proyecto ambicioso. La universidad tendrá carreras de grado, posgrado y alguna tecnicatura, pero principalmente serán de grado y posgrado. Nuestro fuerte serían las ingenierías en recursos hídricos, que promuevan el uso eficiente de este recurso. Un ingeniero hídrico tiene una visión global en el tema del agua. Además, estarán las artes y las culturas, el diseño, la paleontología, que es estudiar nuestra historia, sobretodo en esta zona del oeste del país es muy rico en esta materia. En nuestra oferta académica planteamos también lo vinculado a la conservación del patrimonio. Hay una encuesta que hizo la Fundación Pro Universidad que mostró que el arte y las culturas pueden ser temas prioritarios.

 


—¿Ya hay alguna estimación de cuántas carreras va a poder ofrecer?

 


—Lo estamos definiendo, pero  la idea es hacer un plan estratégico. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de ingenierías, que requieren de laboratorios, y son cuestiones que tenemos que ir viendo. Por ahora, tenemos un proyecto de dictar diez carreras.

 


—¿Cuándo se hizo el proyecto de factibilidad, se comprobó que había demanda para estas carreras?

 


—Sí. En un primer momento se vio la cantidad de alumnos que hay en toda la zona de influencia, que denominamos como la microrregión, que hace a la provincia de San Luis y a los departamentos vecinos de Córdoba, algunas ciudades de Mendoza y La Rioja. Además, hay una región más macro, que incluye a estas provincias. Analizamos la cantidad de alumnos que están terminando los últimos años y además tuvimos en cuenta una encuesta que hizo la fundación Pro Universidad de Merlo y en donde marcamos que las ciencias ambientales y el arte eran temas prioritarios.

 


—Es una oferta que tiene muchas asignaturas que se vinculan a la lucha contra el cambio climático...

 


—Lo del cambio climático es un tema paradigmático para las ciencias ambientales. Y en esa materia nos queremos meter de lleno en varios temas. Por ejemplo, en asuntos como es la gestión del agua, porque es un recurso importantísimo. En San Luis se fueron plasmando ideas para mejorar el uso del agua. La idea es buscar un uso más eficiente de ese recurso. Aspiramos a que nuestros egresados sean ciudadanos del mundo y que sepan desarrollar ítems relacionados al uso del agua en distintas regiones. Otro tema que buscaremos desarrollar será la meteorología. Estamos pensando también en la arquitectura bioclimática, el diseño y que las artes también tengan una influencia dentro del cuidado medio ambiental. Queremos que nuestros egresados tengan esa conciencia. Sabemos que lo ambiental es el futuro.

 


—¿Cómo marcha la elaboración del estatuto provisorio y el proyecto educativo institucional?

 


—Soy rectora organizadora desde el 15 de abril. Las dos obligaciones legales que tenemos es  hacer el estatuto provisorio y el proyecto educativo institucional. Esos dos documentos hay que presentarlos en el Ministerio de Educación. Ambos son evaluados y a través de ellos autorizan la puesta en marcha de la universidad. En el proyecto educativo planteamos la institución que queremos, las carreras y sus materias. Es todo un proceso, de idas y vueltas constantes. Pero está todo en marcha. Actualmente, estamos convocando al equipo de trabajo. Hacen falta muchos técnicos y expertos en temas de acreditación. El proyecto educativo institucional lo evalúa la Coneau y lo aprueba el Ministerio de Educación de la Nación.

 


—¿Ya empezaron a hablar para convocar a los docentes?

 


—El armado académico va primero, eso es lo básico. Luego trabajamos en las carreras, con sus respectivas asignaturas. Por supuesto que hay que plantear un primer cuerpo docente para que sea aprobado. Luego está la labor jurídica, que es armar el estatuto. Y al mismo tiempo surgen otras actividades administrativas,  como la búsqueda de la sede.

 


—¿Tienen  un lugar elegido para la sede de la nueva casa de estudios?

 


—El Gobierno de la Provincia nos acompaña y estamos viendo los lugares posibles para la sede. Nos encontramos en plena búsqueda. Primero tendremos una sala de reuniones, de trabajo, un lugar pequeño por ahora. Pero a futuro hay que pensar en un campus universitario, en donde  buscaremos opciones en la propia Villa de Merlo.

 


—¿Cómo se complementará la Universidad de los Comechingones con la sede que la UNSL tiene en Merlo?

 


—La Universidad Nacional de San Luis (UNSL) ya tiene una licenciatura en Turismo, y el compromiso, cuando se hizo el estudio de factibilidad, era no superponernos. Nosotros manejamos cuestiones vinculadas con la cultura y las artes visuales que pueden complementar y servir al turismo, como un gestor de políticas culturales.  Además, el cuidado del medio ambiente va a tener un impacto en el turismo. Buscamos que nuestra oferta educativa sea diferente y la idea es complementarnos con el resto de las universidades que posee la provincia.  Tendremos temas ambientales que nosotros sostendremos como carreras de grado, cuando en las otras hay tecnicaturas. Esto ya lo hemos hablado con los rectores y la gente del Ministerio de Educación de la Nación.

 


—¿Cuándo prevén empezar con las actividades académicas ?

 


—Para nosotros, 2016 y 2017 serán seguro años de planificación. Es un  período con un trabajo de mucha ida y vuelta con el Ministerio de Educación para que nos apruebe la puesta en marcha. Pero Dios quiera, como anhelo, que en el 2018 podamos iniciar la actividad académica. En 2017 empezaremos con actividades como seminarios y congresos. En cuanto se nos autorice la puesta en marcha, queremos rápido comenzar a trabajar, sobre todo para generar un clima con la gente, para que la comunidad se involucre. Es muy importante que los chicos que están en el secundario ya vayan teniendo en cuenta la universidad. Nos gustaría que las mujeres se animen a estudiar las ingenierías. Existe toda una reglamentación a cumplir para el dictado de determinadas carreras, pero estamos buscando las forma de que la Matemática y la Física sean más amigables con los estudiantes, para que no se asusten con estas materias. El objetivo es que nuestros egresados tengan un pensamiento crítico, que salgan formados con mucha calidad. Que puedan tanto trabajar y ejercer su profesión y que la universidad sea un puente entre su carrera y sus primeros trabajos. También aspiramos que la universidad brinde un lugar a que los que quieran dedicarse a la investigación, con ámbitos y líneas de investigación. Buscamos que la casa de estudios tenga un compromiso con la comunidad y que realice investigación aplicada, que resuelvan problemas concretos. Las carreras de ingeniería implican laboratorios y nosotros queremos presentar una idea completa. Este año nos abocaremos a cumplir todas las normas exigidas. Durante el resto del año presentaremos todo y esperaremos la aprobación. Eso también nos llevará 2017, por eso proyectamos un inicio lectivo para 2018. Es un ida y vuelta todo el tema de los trámites, el proyecto y las aprobaciones. Pero estamos muy entusiasmados.

 


—¿En el diseño del proyecto institucional trabajan con gente de San Luis o cuentan también con  asesoramiento de profesionales de otras provincias?

 


—La mayoría de los profesionales con los que trabajamos son puntanos, pero también hay gente de afuera que nos asiste, sobre todo por el tema de la acreditación. Depende de  la carrera hay distintos perfiles de profesionales que están colaborando. Pero participa mucha gente en el estudio de factibilidad, como Mirtha Verbeke de Canta, una mujer con mucha experiencia en lo educativo y con una trayectoria inmensa  en la que incluso fue ministra de Educación de la Provincia (también fue intendente de la capital provincial). Además, hay ingenieros que nos ayudan en el armado de esas carreras. Es un equipo que se va armando de a poco. Lo bueno es que hay una respuesta impresionante de la gente de la zona y cuando compartí reuniones, los noté con muchas ganas, muy abiertos y con gran predisposición. Es algo que nos pone muy contentos, sentimos que la universidad tendrá mucho apoyo.

 


—¿Cómo es la relación con el gobierno nacional?

 


—Es muy buena. Antes de asumir tuve una primera reunión con funcionarios nacionales y luego de mi designación, sostuve otra reunión formal. Ambos encuentros fueron muy positivos, lo mismo ocurrió en la Subsecretaría de Políticas Universitarias, en donde  nos reunimos para ver el proyecto educativo institucional. También con la gente de administración quedó una relación muy fluida. En todo el Ministerio de Educación de la Nación nos abrieron las puertas, encontramos mucha colaboración, la misma que reciben el resto de las universidades. Además nos invitaron a participar de la reunión con el resto de los rectores y el Presidente de la Nación por cuestiones presupuestarias. La Universidad de los Comechingones está en una etapa de iniciación, caminando hacia la puesta en marcha. Ya hay una asignación presupuestaria para iniciar.

 


—¿Hubo un retraso en la creación de la universidad por cuestiones políticas?

 


—Me parece que las demoras tienen que ver con los tiempos normales. Si hubo algún retraso por cuestiones políticas, lo desconozco. Puede que algunas universidades se concretaron más rápido que otras, pero gracias a Dios la nuestra existe. Ya está en plena marcha, es una realidad.

 


—¿Cómo cree que será el impacto de la universidad en la región?

 


—La universidad será un polo de crecimiento para Merlo. Una universidad nacional tiene un impacto impresionante y será muy positivo no sólo en lo económico, sino en lo social. Es un aporte que hacemos al país, para Argentina. Somos una universidad nacional y esperamos a chicos de todas las provincias. Lo que tiene como impronta, lo que pensamos es darle un enfoque relacionado a las cuestiones más vinculadas al oeste del país. Un ingeniero en recursos hídricos egresado de la Universidad Nacional de los Comechingones, sin dudas, tendrá más experiencia en el manejo de recursos que uno de la Universidad Nacional del Litoral, donde la problemática del agua es distinta, donde se inundan como en Santa Fe. Igualmente, nuestros egresados tendrán competencia para trabajar en cualquier lugar.

 


—¿Qué representa para usted conducir este proyecto, que ha sido un anhelo de Adolfo Rodríguez Saá y de  muchos dirigentes puntanos?

 


—Es una responsabilidad enorme y un desafío, en lo personal y profesional, muy grande. Pero estoy muy contenta porque pudimos trabajar con gente de la comunidad, de la zona en el 2013. Somos parte del proyecto. Veíamos el entusiasmo de la gente, como de don Julio Falco (ex intendente de Merlo), él movilizando a la gente y poniendo en marcha la Fundación Pro Universidad de los Comechingones junto a personas  muy entusiastas que nunca bajaron los brazos. Hoy, el resto de la fundación sigue comprometida. Ellos promocionaron muchísimo nuestra universidad, ellos se encargaron de difundir y de apoyar el proyecto. Por ahí, a veces, bajaban las expectativas, pero mantuvieron a flote las esperanzas.  Fue un trabajo de muchos años. Sé que hay muchas expectativas pero pedimos paciencia porque queremos armar un trabajo con mucha seriedad y porque buscamos darle mucha calidad a la formación. Preferimos comenzar gradualmente, dar pasos seguros y firmes.

 


—¿Insume mucho tiempo estar abocada  a esta tarea?

 


—Sí, tengo una dedicación exclusiva. Pero tenemos un equipo muy fuerte que me ayuda y me apoya. Sin un equipo, esto no se puede hacer. Hay mucho compromiso, hay mucho cariño. Los que estamos trabajando sabemos que atravesamos por una etapa fundacional que nos llena de alegría y de orgullo. Queremos generar lo mejor, que la universidad nazca  bien y se proyecte hacia el futuro. Pretendemos una casa de estudios súper moderna, del siglo XXI. Estudiamos cómo incorporar las nuevas tecnologías. Buscamos contar con una currícula básica. Las ingenierías son un gran desafío y al implementarlas queremos ver cómo se comprometen los chicos. Estamos mirando cómo la universidad tiende puentes hacia el secundario y cómo hacemos para que el alumno, al llegar, no se encuentre con algo traumático, que no sea un choque. Estudiamos mecanismos para que se sientan bien desde el principio.

 


—¿Para la creación de la casa de estudios tomaron ejemplos de instituciones de otras provincias y países?

 


—Así es. Si bien depende de la carrera, hemos estudiado universidades de Australia, Europa, Chile, Estados Unidos y por supuesto también de Argentina. Observamos su forma de trabajo. Tenemos reuniones con mucha gente que colabora con nosotros de nuestro país, algo que es gratificante. También nos sentimos muy respaldados en el ámbito local. Por ejemplo porque ya tuvimos encuentros con el Gobernador de la Provincia, quien me recibió con el resto de su gabinete. También con la ministra de Ciencia y Tecnología, Alicia Bañuelos. Además trabajamos en conjunto con los rectores de las universidades nacionales de San Luis y Villa Mercedes. A nivel nacional tenemos reuniones periódicas en la Secretaría de Políticas Universitarias donde nos atienden muy bien. Queremos que nuestra casa tenga vínculos con ONG, gobiernos, empresas, para que nuestros egresados puedan tener estos vínculos, que son necesarios, a la hora de su egreso.

 


—El proyecto tuvo una muy buena recepción en Merlo, ¿Cómo lo recibieron en las provincias cercanas?

 


—Muy bien. La promoción y difusión de nuestra universidad es algo que tenemos planificado realizar. Pero antes me reuniré con intendentes de la zona. En el próximo cuatrimestre tenemos pensado salir a promocionar la universidad y  dar a conocer los proyectos. Desde la Secretaría de Políticas Universitarias nos marcaban este tema y la idea es armar una agenda de reuniones donde visitaremos Traslasierra, Cuyo y el sur de La Rioja.  Armaremos una agenda de reuniones para recorrer las localidades en la zona de influencia de la universidad. Pero no sólo desde el punto de vista institucional, sino también hacia las escuelas,  para que los chicos vayan conociendo nuestras ofertas educativas. Para nosotros, 2017 será muy fuerte en ese tema, queremos llegar a distintos lugares y darnos a conocer, difundir nuestra universidad.

 


—La provincia creció mucho. Sin embargo, los departamentos Belgrano y San Martín no acompañaron este proceso al mismo ritmo, e incluso muchos jóvenes emigran  para buscar un mejor futuro. ¿La Universidad de los Comechingones servirá para ampliar las oportunidades?

 


—Totalmente. Perseguimos como objetivo que esta universidad sea una oportunidad para todos. Queremos que sea muy accesible. Pero no es sólo nuestro caso. Pienso que San Luis se abre a todo un mundo de oportunidades en lo educativo. Por eso trabajar en conjunto es muy bueno porque la comunidad sanluiseña no sólo contará con la Universidad de los Comechingones, también la de San Luis y Villa Mercedes. Queremos trabajar y comprometer a las escuelas secundarias con la universidad y recibir a los chicos. Soñamos con que sean egresados comprometidos y puedan aportarle a la provincia y a las entidades en las que se formen. La provincia tendrá una oferta educativa muy fuerte. La Universidad Nacional de San Luis está muy consolidada, con gran prestigio en carreras como Psicología, Física, Química, Bioquímica, Farmacia. La de Villa Mercedes apuesta fuerte a la carrera de Medicina, que será un cambio buenísimo para la provincia. Y nosotros, con este enfoque en lo ambiental, el arte y las culturas, sumaremos lo nuestro. Hay una diversificación de ofertas que es un impacto positivo para la sociedad desde lo económico y social. Es un gran avance.

 


—¿Cómo imagina a la Universidad Nacional de los Comechingones de acá a veinte años?

 


—Me la imagino súper moderna, con un campus universitario modelo, que le sirva a las  carreras como lugar de experimentación y apertura. La imagino con muchos jóvenes, con alegría, con mucho futuro. Por eso es importante el compromiso de la comunidad y creo que la gente de la región nos acompaña. La sociedad tiene una apertura hacia lo que viene y eso es realmente muy bueno.

 


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