Un diálogo fructífero y muy prometedor

El presidente Mauricio Macri recibió al sector privado nucleado en la Mesa de las Carnes, que reúne a 25 entidades de los sectores: vacuno, aviar, porcino y ovino y que incluye a frigoríficos, productores, comercializadores y trabajadores.

Macri fue acompañado por el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, quien a su vez fue secundado por las máximas autoridades de esa cartera, entre los que se destacaron el secretario de Agricultura, Ricardo Negri, y el subsecretario de Control Comercial Agropecuario, Marcelo Rossi, más Rodrigo Troncoso, subsecretario de Ganadería, quien tuvo la responsabilidad de conducir la reunión y se mostró también crítico con algunos organismos públicos por la falta de avance en temas puntuales. Además estuvo el ministro de Trabajo, Jorge Triacca.

El control de la evasión comercial y sanitaria fue uno de los temas del encuentro. De la dependencia que maneja Rossi se esperan importantes medidas a partir del arranque de marzo. La importancia del tema es tal que también estuvieron los más altos referentes de la AFIP.

Tras el encuentro, Fernando Canosa, uno de los técnicos que coordina la Mesa de las Carnes, dijo: “Es la primera vez en la historia que las cadenas de las cuatro carnes, con todos sus eslabones representados, son escuchados por el presidente y sus funcionarios. Fue una reunión tremendamente provechosa. Se habló de resolver los problemas que genera la informalidad impositiva, laboral y sanitaria; también de reintegros y del crecimiento de las exportaciones, de cómo reducir costos y conflictos laborales y de cómo lograr herramientas financieras que aceleren las inversiones”. Se acordó que habrá encuentros en forma periódica. De acuerdo a lo que indicaron los que participaron, la intención del Gobierno es que se monitoreen estos temas en forma mensual. “El presidente así lo instruyó a sus funcionarios, a quienes les dijo que el tiempo corre para todos”, indicó Canosa.

Otro que habló tras la reunión con el presidente Macri, fue Roberto Domenech, el titular del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas. El empresario dijo que “todo fue positivo, el presidente estuvo muy atento a lo que se le planteó, comprende los problemas e instruyó al ministro Buryaile que se debe continuar con las reuniones, y también pidió que establezca nuevas fechas”.

Domenech agregó que la intención fue la de informar a las autoridades respecto de la expectativa de incremento de la producción de carnes para este año, a la que “hay que encontrarle una salida en los mercados mundiales. También es necesario combatir la informalidad en el comercio de hacienda, mejorar la productividad y las herramientas financieras para favorecer inversiones”.

En el sector privado hay preocupación respecto del crecimiento de la producción, esperado para este año y que, aún cuando se logre sostener un consumo doméstico total de 120 kilos por habitante y por año, habría volumen de producción suficiente como para exportar el 80% más que en 2016.

Los privados vienen destacando que para evitar que el mercado local termine con más oferta de lo recomendable,  se requieren medidas que le devuelvan la competitividad al sector exportador. Con el propósito de seguir trabajando en tal sentido, el gobierno nacional decidió aumentar 1,8% los reintegros a las exportaciones de cortes bovinos, que llegan a 5,8% . Para el sector avícola el incremento fue de 1%, lo que significa que los reintegros llegan ahora a 5% (ver página 12). La medida era reclamada por los frigoríficos, que consideraron insuficiente el primer anuncio sobre reintegros.

Según la Mesa de las Carnes, este año la producción tendría un salto importante. Sus cálculos indican que este año se producirían 5,9 millones de toneladas (sumando a todas las carnes), lo que significaría un nuevo récord histórico. La producción vacuna crecería por la retención de los últimos dos años, que se traduce en una mayor oferta de terneros, novillitos y novillos. También se incrementaría la producción avícola, que busca reducir las pérdidas aumentando la productividad.

Los empresarios sostienen que si se garantiza un volumen de 5,1 millones de toneladas para el mercado local, el consumo promedio de carnes sería de 120 kilos por habitante y por año, pero para eso al mismo tiempo debería darse un incremento en los embarques de carne vacuna y de pollos al exterior. Canosa explicó que “la oferta por especie se estima que será de 2,73 millones de toneladas de carne vacuna; 2,4 millones de toneladas de carne aviar, 730 mil toneladas de carne de cerdos y otras 55 mil de carne ovina”. El crecimiento productivo permitiría garantizar un importante abastecimiento interno total (120 kilos) pero al mismo tiempo obligaría a incrementar las exportaciones en un 80%. Caso contrario la venta doméstica sería mucho mayor y eso implicará un perjuicio inevitable en los precios y en la rentabilidad de todas las cadenas, especialmente de los productores.

Los reintegros a las exportaciones buscan evitar esa situación y a su vez que la solución no llegue por medio de la devaluación, que en el contexto actual traería más complicaciones que respuestas por el lado de la inflación. Un ejemplo de eso se observó en las últimas dos devaluaciones (enero de 2014 y diciembre de 2015).

Durante el encuentro el titular del Senasa, Jorge Dillon, se comprometió a poner en marcha en pocos días el nuevo sistema de trazabilidad bovina. El esquema, según trascendió, estaría en marcha para el 1º de febrero. Es una de las medidas esperadas teniendo en cuenta que se viene la zafra de terneros y que se espera que este año crezca la producción de novillos y el engorde con destino a la exportación.

La simplificación del sistema de trazabilidad consistiría en que el criador va a tener que caravanear los animales, pero debería identificarlos individualmente. No tendrá que hacer el invernador, a menos que decida que esa hacienda tendrá su destino en la Unión Europea.

Con respecto al control comercial, se espera por la implementación de medidas como las cajas negras y monitores de seguimiento de la faena, cambios en el RUCA, la venta de cortes por cuartos y no por medias reses y la instrumentación de un sistema de pagos a cuenta (de IVA y percepciones de ganancias), que busca 'limpiar' al comercio de los operadores irregulares y también identificar a los comercializadores reales, que en muchos casos por cuestiones fiscales utilizan las matrículas de los frigoríficos. Esos operadores (matarifes) son indispensables en el comercio para el consumo interno, ya que al aporte de su capital dinamiza la compra de hacienda y la colocación de carne en las góndolas. Esas matrículas además ya no se renovarán, sino que serán permanentes.

En cuanto a la cuestión laboral, se acordó que los dos sindicatos de la carne tendrán un único convenio colectivo de trabajo antes de que se negocie la paritaria. Ésto era reclamado por el sector industrial, que el año pasado tuvo que negociar diferentes paritarias con distintos parámetros, lo que derivó en variados conflictos laborales con las consecuentes parálisis en las faenas.

El año arranca bien para el sector ganadero. Hay expectativa de que las medidas encaucen el rumbo de la cadena de ganados y carnes. Al menos se observa que la intención de las autoridades es recorrer el camino del crecimiento. Ojalá las decisiones sean las acertadas, se tomen en tiempo y forma y el resto de la economía acompañe para que se produzca el verdadero despegue que todos esperamos.