Lo detuvieron por robo, se fugó y lo recapturaron

Para el juez Leandro Estrada quedó probado que Lucas Francisco Sarrotti y su cómplice intentaron robarse la moto de un estudiante universitario hace diez días, en el barrio La Rioja de Villa Mercedes. Y a pesar de no haber logrado su cometido podría haberles valido la libertad -de hecho al segundo sospechoso se la otorgaron-, Sarrotti fue encarcelado por considerárselo un peligro para la sociedad, por su tendencia delictiva y por temor a que intente evadir a la Justicia. Algo que efectivamente hizo, doce horas después de ser detenido, cuando se zafó de las esposas que tenía puestas, pateó la puerta del patrullero que lo trasladaba al hospital y se escabulló por viviendas ajenas en la zona del ferrocarril. Lo recapturaron dos días después.

A Sarrotti, de 21 años, ya le habían dictado prisión preventiva por robos ocurridos en 2014, 2015 y 2016 según consta en su planilla de antecedentes.

El hecho que lo llevó nuevamente a la cárcel ocurrió la madrugada del 13 de octubre y tuvo como víctima a un estudiante de apellido Garro, que dejó estacionada su moto Honda Titán en la puerta del departamento de un compañero de facultad, casi en la esquina de Chacabuco y Pueyrredón.

Afortunadamente para él, el joven se enteró del robo cuando la Policía ya había recuperado su vehículo, minutos después de que Sarrotti y Ricardo Nicolás Garro destruyeran el candado que tenía en la rueda y lo trasladaran unos 30 metros para tratar de romper la traba que tenía en el manubrio.

Alguien había visto a dos encapuchados tratando de darle arranque a la Honda y llamó al 911. Cuando un patrullero del Comando Radioeléctrico acudió a la esquina indicada, los ladrones aún estaban en pleno labor.

De entre sus ropas les secuestraron comprimidos de un medicamento no identificado, un cuchillo, una llave, un objeto punzante tipo chuza y el candado roto que hacía instantes estaba colocado en la rueda delantera de la moto. A pesar de esas pruebas, ese mismo día al mediodía, cuando fueron indagados por Estrada, los dos declararon, con varias inconsistencias en sus versiones, que otras personas habían querido robarse la moto y que, cuando ellos se acercaron a ver, la Policía los sorprendió y culpó por el hecho.

Fuga y recaptura

El martes pasado, el oficial principal Diego Busto, jefe de la Comisaría 9ª, que llevó adelante la investigación, le elevó al juez un informe con los detalles de la fuga de Sarrotti.

Según quedó registrado en las actas del caso, el viernes a las 2:40, cuando los detuvieron, los sospechosos estaban notablemente bajo el efecto de alguna droga, probablemente las pastillas que les hallaron en la requisa.

Más tarde esa misma mañana, antes de ser conducidos al juzgado, ambos se trenzaron en una pelea con cuatro detenidos con los que compartían celda. Por ello, luego de comparecer ante Estrada, un policía los esposó y subió al móvil 1-824 para llevarlos hasta el hospital de día del barrio Eva Perón, pero Sarrotti se zafó la mano del juego de esposas que lo ataba a su cómplice, pateó la puerta de patrullero y corrió por las vías del tren cuando el vehículo circulaba por calle Nelson al norte, cerca de las 16. En el informe, Busto refirió que “ambos detenidos todavía estaban bajo los efectos de alguna sustancia tóxica”, por el grado de alteración que tenían.

El prófugo fue recapturado el domingo 15 pasadas las diez de la noche, en la esquina de Rivadavia y General Paunero, luego de que saliera del barrio La Ribera junto a un cómplice que lo trasladaba en moto.

El sábado, Estrada procesó a ambos detenidos por “robo calificado de un vehículo dejado en la vía pública en grado de tentativa”, un delito excarcelable, por lo que ordenó la inmediata libertad de Garro, que tiene 24 años.

Pero el destino de Sarrotti fue distinto, ya que el magistrado consideró que sus antecedentes y conducta “muestran claramente un permanente accionar delictivo” que permiten “formar criterio acerca de la personalidad del encartado”, quien demuestra una clara tendencia a delinquir y “una conducta peligrosa”.