Sufrimiento, preocupación y dolor: los puntanos en el recital del “Indio”

“Ya no tengo más ganas de tocar”, lanzó el cantante Carlos “Indio” Solari tras una nueva interrupción en el accidentado recital en “La Colmena” de Olavarría. No lo disfrutó, y así lo sintieron los puntanos que viajaron unos 800 kilómetros para revivir su amor ricotero. Lo que debía ser alegría se convirtió en una hora y media de sufrimiento, preocupación y dolor. Según fuentes oficiales hay dos muertos.

Santiago Maldonado: “No supimos de los muertos hasta que salimos”

Santiago Maldonado, de 20 años, fue con un grupo de siete personas en uno de los colectivos que partieron de San Luis.

“Había 15 torres de sonido. Estábamos en el medio del predio, entre las torres 11, 12 y 15. No supimos nada de los muertos hasta que salimos”, comentó.

“La salida fue un desastre, muy mal organizado. No había nadie de seguridad. Una sola salida para ese mar de gente. Al entrar había tres calles para llegar; a la salida estaba liberada una sola. Una de las chicas que iba con nosotros se descompensó y por suerte pudimos sacarla de la 'montonera'. Muchas chicas se desmayaron”, explicó.

El show fue un sufrimiento: “El Indio paró todo al tercer tema y pidió que sacaran a los que estaban desmayados. Frenó varias veces el recital porque veía que se estaban matando adelante”.

A Solari le disgustó lo sucedido: “Cuando vio que el clima se puso muy áspero, dijo que no tenía ganas de seguir tocando, pero tocó unos diez temas y cerró. Menos mal que siguió porque la gente adelante estaba muy loca”.

“Tardamos dos horas para llegar al colectivo; cuando salimos nadie indicaba por dónde había que salir. No sé por dónde salimos: tuvimos que esperar hasta las 6 para poder movernos. A eso de las 8 llegamos a la ruta”, concluyó.

Marité Marolla: “Quería que termine rápido”

Fueron once recitales de su personaje favorito, pero considera que este será el último. Para Marité Marolla fue sufrimiento, perdió a su hijo de 22 años en pleno recital, cerca de las 21 del sábado, y lo encontró a las 8 en la Terminal de micros de Olavarría.

“La cantidad de gente que había era terrible y la organización fue desastrosa”, es lo primero que dijo la mujer, que recién a las 18 estaba a punto de salir de la terminal hacia San Luis. “Acá dicen que hay 11 muertos y dos de ellos son menores. Pero los medios nacionales no lo informan”, acusó indignada. El recital fue caótico, se cortaron 230 mil tickets pero el predio albergó a 300 mil.

“Mi hijo se fue a poguear adelante y yo me quedé tranquila, atrás. Al tercer tema el Indio frenó el recital y prendieron las luces, pidió que levanten a la gente que estaba tirada en el suelo. Después increpó a los agentes de Defensa Civil porqué no sacaban a la gente del medio”.

Para ingresar, el sitio era pequeño, todos pasaron “comprimidos”, algo que se repitió a la salida con la novedad que todas las puertas estaban valladas y con cadenas.

“Busqué a mi hijo por todos lados hasta que nos informaron que a las personas perdidas las enviaban a la terminal. Ahí lo encontré. Lloré media hora cuando lo vi, a pesar de la queja de él. Me preocupé por el contexto en el que se dio, era una ciudad que no conoce”, recordó el trago amargo. Encima, la policía no puedo darle ninguna respuesta ante su paradero. “Creo que no esperaban esto”, se sinceró.

“Este es mi último recital, estoy totalmente defraudada por la falta de organización. Son muchos los culpables, el lugar no era el adecuado, los chicos estaban cebados. Si hacés un show para mucha gente, debés poner vallados. Había gente colgada de las columnas”, manifestó.

Marolla dijo que ya no disfruta más y que no le parece divertido este tipo de recitales. “Quería que termine rápido”, aseguró y que una hora y media fueron eternas.

Lucas Mirábile: “Es hermoso que vaya tanta gente pero es difícil controlarlo”

A las 18 recién pudo estar tranquilo, cuando llegó a San Luis junto a tres amigos con los que compartieron el viaje en auto. “Desde que llegamos a Olavarría se notaba que no iba a ser un recital normal. Entramos al predio cerca de las 20 y ya estaba hasta las manos, era el peor momento en afluencia de gente. Nos colocamos de la mitad de La Colmena hacia adelante. No estábamos cerca de la zona donde se armó el lío pero se notaba. Quisimos ir adelante pero no nos dejaron y nos quedamos en ese lugar”, comentó sobre la ubicación que consiguieron.

Mirábile va a todos los shows y por eso alertó de que habían cosas fuera de lugar, poco comunes: “Siempre la gente que se cae, se levanta. Pero que pidan que las levanten no es normal. Cada 15 minutos pedían eso. No entendíamos nada. Me pareció anormal que le dejen el micrófono abierto durante todo el reci, se lo notaba re caliente. Se escuchaba la respuesta de la gente de Defensa Civil que le decía que no podían hacer nada”.

El joven de 29 años explicó que salir del predio fue “raro” y que “la emoción de los temas” no la pudo disfrutar “porque no sabía que iba a suceder”. Aseguró que el cantante amenazó con parar varias veces.

“Siempre termina con Ji Ji Ji y esta vez cambió el repertorio”, comentó sobre el show, que fue atípico a la propuesta del ex Redondo. “A la salida las puertas estaban cerradas, no puede ser que lo cierren así. Es muy grande. Luego de dos horas, recién pudimos salir”, dijo sobre el trauma del final. Y como no quien no quiere la cosa, se realizó una pregunta: “¿Cómo puede ser que haya tantos errores seguidos?”.

A pesar del caos, aseguró que volvería de nuevo. “Me preocupa, pero iría”, confirmó. Cree que para ir a un espectáculo de esa naturaleza, en la que hay una marea imposible de personas, “uno tiene que estar dispuesto a pasarla bien” y saber lo que puede ocurrir.

“Es hermoso que vaya tanta gente pero es difícil controlarlo. Para mi, después de esto, no habrá otro show”, concluyó con la voz gastada.

Florencia Baccello: “Nadie me cortó la entrada, no había seguridad”

“El Indio estaba muy enojado, no quería saber nada. Cantaba pero veía cómo caía la gente”, dijo la periodista de este medio, que estuvo ubicada casi al frente del cantante, cerca de las primera torre. “El ambiente estaba muy alterado”, argumentó. Cerca de las 18 llegó a la ciudad capital en un colectivo contratado.

“No había policías, nadie que nos cuidara. Entré con la entrada pero la tengo sin cortar. Pasé entre medio de dos personas que estaban en la taquilla y no me lo cortaron, ni me detuvieron”, dijo.

Baccello describió el panorama que se encontró a la salida: “Había mucha gente que se desmayó cuando todo terminó, fue lo peor de la noche. Me puse mal porque, como admiradora, no se merece esto, tenía que haber más organización. Este puede ser el ultimo recital. Le puso onda pero no lo disfrutó, te dabas cuenta”. Entre los fanáticos habían quienes por primera vez fueron a una misa ricotera y otros que se dedicaron a robar.

En abril del 2000 ocurrieron los mismos incidentes en dos shows en River. No es un dato más, los puntanos que fueron compararon este y aquel. “Me dio la sensación que recortó la lista, un montón”, dijo la joven. Aseguró que seguiría yendo a los recitales pero amigas suyas ya no quieren saber nada. “Vi muchos chicos tirados en las calles, borrachos”, graficó sobre un ambiente que dolió en el país.