Dejaron todo y se subieron a un motorhome para recorrer el país

María y Javier emprendieron un viaje como ningún otro: tomaron una camioneta Ford Transit junto con una casa rodante y el 23 de agosto del 2015 salieron desde Córdoba en busca de sentir y vivir la magia del mundo. Asumieron el desafío de  recorrerlo, caminarlo, transpirarlo, y que la sorpresa y el asombro se vuelvan costumbre. Salieron con miedo, sí, pero con la certeza de que lo que estaba por venir iba a ser mucho mejor.

Si querés seguir los próximos pasos de la pareja de aventureros, lo podés hacer a través de su fanpage de Facebook La Ruta del Presente.

María Arellano tiene 33 años y es puntana; hija de Martha y Jorge, tiene 4 hermanos. Terminó de estudiar en el tradicional Instituto Santo Tomás de Aquino. Javier Porte Laborde, de 35, es cordobés. Tuvieron su primer contacto por Facebook: empezaron a chatear, después de un tiempo avanzaron un poco más y se intercambiaron sus números de teléfono. Sumaron llamadas y videos por Skype. Hasta que María decidió viajar a la ciudad de Córdoba para conocerlo y fue así como tomaron la decisión de empezar a construir una relación a distancia.

"Entre los dos empezamos a planificar el viaje sin fecha de vuelta", cuenta María. "No sabíamos adónde y tampoco nos convencía la idea de tomarnos vacaciones a un destino y volver". Javier, a modo de chiste, le dijo: "Equipemos la camioneta y viajemos de manera indefinida". Para su sorpresa, María le contestó que sí.

Ella decidió abandonar su trabajo para terminar de estudiar  y recibirse de licenciada en comunicación social. Él trabajaba en el área de recursos humanos de una empresa y renunció un poco antes de viajar. Querían dejar todo acomodado, salir sin ninguna preocupación y nada que los atara. Cerraron el departamento, saldaron deudas, vendieron algunos bienes, regalaron otros y por supuesto, guardaron todas sus cosas.

Finalmente el 23 de agosto del 2015 comenzaron a transitar lo que tanto habían anhelado: salieron a la ruta sin tiempo ni destinos marcados. Toda una aventura. Era la primera vez que iban a convivir y lo hacían en una casa rodante, las 24 horas.

"No nos costó en lo más mínimo. Somos muy compañeros y es algo que hay que tener en cuenta a la hora de viajar, porque hasta lo más insignificante es de a dos", dice María.

La primera etapa decidieron hacerla por el sur. Javier explica: "Elegimos el sur argentino porque sabíamos que si nos gustaba ser nómades e íbamos hacia el norte, quizá pasaría mucho tiempo para conocerlo".

Ésa fue su primera  prueba piloto para aprender y decidir adónde querían ir. Pero tenían en claro  que Argentina estaba primero, y después otros países. "No nos podemos ir de nuestro país sin conocerlo", agrega la joven puntana.

La elección de los lugares que querían visitar no siguió ningún patrón. "No lo programamos, siempre decimos que tenemos el boceto de un mapa que se completa en tiempo presente".

En seis meses recorrieron Río Negro, Chubut, Santa Cruz, cruzaron a Tierra del Fuego, hasta Ushuaia. Y después de haber estado lo suficiente (o como dice María: "Cada lugar te recibe y te despide al mismo tiempo"), decidieron emprender la vuelta.

Regresaron a Córdoba con la idea de cambiar de vehículo, conseguir algo más compacto, que tuviera más fuerza y estabilidad para encarar otros caminos más arriesgados.

En abril de 2016, para su sorpresa, en Buenos Aires los estaba esperando un motorhome de los '60. La compraron sin pensar más. "Estaba equipada, pero le faltaba amor", dice Javier, quien fue el encargado de ponerla a punto. La bautizaron "Pimentón", según María porque tiene un motor fuerte, difícil de romper. 

El 4 de setiembre del año pasado retomaron el viaje. Se pusieron como objetivo conocer las Cataratas del Iguazú. Antes pasaron por San Luis a saludar amigos y familiares.

En esta segunda etapa transitaron por Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes y Misiones. El 22 de mayo del 2017 finalmente llegaron a cumplir lo que habían planificado: conocer una de las siete maravillas modernas del mundo, "Las Cataratas".

Actualmente están en El Dorado, Misiones, y han recorrido 19.400 kilómetros. "Queremos pasar el invierno en la provincia, ya que tiene clima tropical. Luego decidiremos por dónde seguir"  contó María.

Para costear su aventura se dedican a la venta de postales de su viaje: las ofrecen por Facebook o email. También venden artesanías: atrapasueños, pulseras y velas. Javier cuenta que "en algunos casos surgen trabajos temporales, como colaborar en una cocina, preparar niños de primaria o ser niñera temporal". Así llevan el día a día, con incertidumbre pero convencidos de que lo que eligieron los hace felices.

También los acompaña su fiel compañera de viaje, su perra Karuta, una integrante que se sumó casualmente. Cada vez que visitaban una plaza, un amigo canino les daba la bienvenida. Así es que decidieron tener un "platito viajero" para darles agua y alimento a los animales que se les acercaran. "El perro que nos elija, que nos siga y decida subirse a la casa rodante, ése es el que va a viajar con nosotros", decidieron.

Javier recuerda que la noche del 1º de enero de este año, en una plaza bonaerense, pasó una labradora a la que llamaron para alimentarla. Sorprendentemente pegó el salto al motorhome y se escondió en la habitación. "Nos pareció curioso, nunca otro había intentado subir".

Al día siguiente empezaron la búsqueda de sus dueños a través de las redes sociales y la radio. "Ella nos seguía siempre. Pasaron tres días y nadie la reclamó, entonces decidimos comprar collar, correa y sumarla a la familia. Karuta nos cambió la vida, es muy alegre y compañera".

"Siempre decimos que ella pidió un deseo para este 2017 y fue conseguir una familia que la cuidara y la quisiera. El primer día del año supo muy bien cómo hacerlo realidad".

A casi dos años de haber emprendido el viaje, Javier y María no son los mismos. Algunos interrogantes ya encontraron respuesta. Enfrentaron miles de obstáculos, pero decidieron seguir con su sueño y no rendirse frente a la adversidad. "Muchos viajeros hablan de la magia en el camino, cuentan que la gente es muy bondadosa y servicial. Podemos afirmar esto: es tal cual, y al mismo tiempo increíble", dice María.

Ambos recomiendan su estilo de vida, aunque con reservas. "El viajar es una decisión muy personal. Como dice la viajera Aniko Villalba: 'La vida de viaje no es perfecta, es la ideal para mí'. No incentivamos a que todos se lancen a la ruta porque es un estilo de vida que te tiene que gustar. Incentivamos a las personas a que hagan aquello que más los cautive, sea lo que sea, que se atrevan a soltar el ancla para ganar tiempo".