SAN LUIS - Sabado 18 de Mayo de 2024

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Naiara Awada: “Toda mi vida está unida a San Luis”

Detrás de la provocadora y la desbocada, se esconde una joven de 23 años sensible, que quiere dejar el alma en cada actuación y planea ser madre en algún momento, pero no por ahora. La actriz enfrenta su año de mayor exposición sin problemas en responder la pregunta que se hace todo el mundo: ¿es o se hace?

Por redacción
| 10 de julio de 2017

Tal vez el mayor desafío de Naiara Awada en “Bailando por un sueño” no sea agradar a Marcelo Polino, Pampita o Moria Casán. Ni siquiera –más allá del entusiasmo que le dio saber que ayudará a un merendero de la provincia y de la alegría con la que se propuso colaborar- el objetivo central de su participación en el ciclo más visto de la televisión argentina sea concretar el sueño por el que baila y entrena todos los días. El plan definitivo de Naiara en la televisión es convencer que en la vida real es tan colgada como se muestra en la pantalla, que no juega a hacerse la distraída, sino que es distraída en la vida real.

 

Más adelante hablará sobre eso.

 

Un jueves a la tres y media de la tarde, Naiara fue a comer con su mejor amigo, el director de cine villamercedino Nicolás Teté (autor de las fotos que ilustran esta nota) a un restaurante de Palermo. Y ante quienes la saludaron se mostró tal cual es: simpática, dispersa, colgada y sí... algo distraída.

 

Cuando fue a firmar el contrato para convertirse en una de las participantes del ciclo que conduce Marcelo Tinelli se enteró de que la solidaridad de sus coreografías estaría dirigida a San Luis y pensó que era un chiste, que no podía haber tanta coincidencia. En la provincia filmó dos de sus películas –la primera a los 15 años- y se forjó como una notable actriz dramática. Sin exagerar y a la espera de que explote definitivamente, una de las mejores de su generación.

 

“La primera vez que fui a San Luis estuve un mes en Merlo filmando mi primer protagónico. Fueron como unas vacaciones porque fui con mi mamá, la pasé muy bien y disfruté del hermoso clima que tiene”, dijo la chica que consideró esa experiencia gada y el sueño puntano de la joven en “Showmatch” con alguna gestión del Presidente ante la producción del ciclo. Se basan en que el merendero “Estrellitas de Belén” fue visitado por Macri en su única visita a la provincia como primer mandatario y que prometió algún tipo de ayuda. Naiara dice no saber nada al respecto.

 

“Lo único en que pienso es en bailar bien y ayudar a la gente de San Luis, una provincia a la que amo, respeto y a la que siento que estoy unida en un todo”, sostuvo.

 

Hay una tercera película en la carrera de Awada que también está relacionada con la provincia. En “El encuentro de Guayaquil”, un filme financiado por San Luis Cine con la actuación de Pablo Echarri, la joven hace de Remedios de Escalada, pero todas sus escenas fueron rodadas en Buenos Aires.

 

Las ideas políticas de Naiara son difíciles de definir, una característica que puede ser también un signo de los tiempos y una pintura generacional. Un día se levanta y tuitea ferozmente contra la gestión macrista. Una semana más tarde amenaza medio en broma a todo aquél que se atreva a criticar a su tía Juliana. “¿No pensaste en desinstalar el Twitter de tu teléfono?”, le preguntó Marcelo Tinelli la segunda vez que la participante bailó en el programa.

 

 Por momentos pareciera que lo más importante para la chica es la provocación. Con ese espíritu se paró y le dijo de frente “sos medio gato” a una aspirante a estrella que empezó dando el clima por TyC Sports siempre con ropa apretada y llegó a “Showmatch”. Con esa rebeldía juró que si estuviera frente a Oscar Martínez “le escupiría en la cara” por sacarle la mujer a su padre y por bajarla de varios proyectos cinematográficos. Con esa misma desinhibición –a pocas semanas de estar en el concurso- confesó enamoramientos de Federico Bal y Tyago Griffo, el hijo de Gladys, “La bomba tucumana”.

 

Detrás de ese personaje en el que Naira se siente cómoda, hay una joven sensible, que lloró en  la primera gala del concurso cuando recordó a su padre y que dice que le encantaría que en alguna de sus presentaciones en “Showmatch” estén acompañándola los chicos del merendero  del barrio Eva Perón. “Le voy a pedir a la producción que los traigan –prometió- pero ya sé que me van a decir que es muy caro. De todas formas, ya voy a ver si un día de estos me compro un pasaje y voy a conocerlos”.

 

No parece ser un dato menor el hecho de que Naiara sea acompañada en el concurso por el bailarín paraguayo Jorge Moliniers, uno de los más queridos en la productora y siempre dispuesto a divertir las previas en las idas y vueltas con Tinelli. Eso puede ser un apoyo para que Awada evada por un buen tiempo la eliminación.

 

La otra opción de permanencia es que finalmente la actriz logre imponer su personalidad y el  público compre su actitud y su pose, un punto que fue muy criticado en el inasible mundo de las redes sociales tras el primer ritmo. Casualmente, tras esa participación, Awada dijo que le hackearon su cuenta de Twitter por lo que no la abrió por una semana. “Además no tengo tiempo: le tengo que dedicar horas a mi familia, mis amigos, dormir, ir a terapia y ensayar”, enumeró.

 

Naiara no tiene miedo de que el personaje que está mostrando en el programa se devore a la actriz en ciernes que es. “Creo que mi participación va a ser un trampolín, sólo tengo que saber capitalizarlo”. Y es entonces cuando debió admitir que algo de forzada, algo de extrema, está su personalidad cuando se para frente al conductor.

 

“De alguna manera, todos los participantes del programa hacen sus personajes. Yo soy así como ven cuando estoy en la televisión, cuando estoy en casa, con mis amigos trato de bajar un cambio. Pero últimamente estoy manejando niveles de ansiedad muy altos. No paro un segundo y me cuesta estar tranquila, pero lo bueno de la tele es que te empieza a conocer mucha más gente”, aseguró la joven que, como parte del otro costado laboral estrenará dos películas el año que viene.

 

Una es la esperada “27, el club de los malditos”, un experimento trash llevado a la gran pantalla con protagónicos de Diego Capusoto, Yayo Guiridi, El Polaco, Sofía Gala y Daniel Araoz y donde interpretará a Amy Winhouse. La otra es “Corralón”, donde compartirá cartel con Luciano Cáceres, Carlos Portaluppi y Brenda Gandini.

 

Con esas producciones, Awada podrá demostrar su costado dramático, el tipo de papeles que prefiere encarar cuando hace cine y que estudia durante tardes enteras frente al televisor prendido en Europa Europa. “Lo que quiero –dijo- es poner el alma cada vez que me pongo a actuar”.

 

Por portación de apellido, mucho se ha hablado de su padre desde que comenzó su carrera pero no tanto de su madre, Melanie Alfie, una coreógrafa muy reconocida en el ambiente de la que –aseguró Naiara- no heredó tanto de su talento.

 

La actriz señaló que su madre le transmitió la pasión, pero nunca estudió la técnica del baile, por eso le cuesta tanto armar una coreografía.

 

A los 23 años, Naiara no proyecta tener hijos todavía, aunque dice que su “instinto maternal” la empujará en algún momento a buscarlos. Mientras tanto, prefiere seguir viviendo en el barrio de Palermo, donde nació y se crió. Y donde viven sus amigos.

 


Por Miguel Garro

 

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