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Un mercedino contento con su debut en el Dakar

Ramiro Corvalán abandonó en el Rally Dakar junto al tucumano Ricardo Neme por una quebradura en la décima vértebra.

Por Mariano Aostri
| 26 de enero de 2018
La lesión se originó en la etapa 2 (pisco- pisco), cuando Neme cayó sobre una hoya en la dunas. Iban 10 kilómetros de especial. Fotos: Héctor Portela/Neme Racing.

A pesar de la frustración que significó el abandono debido a la fractura de la décima vértebra, y el dolor que la misma acarrea, Ramiro Corvalán (36) se muestra feliz igual por haber podido cumplir su sueño de debutar en el Rally Dakar 2018, la carrera más dura del mundo, en binomio con el tucumano Ricardo Neme. “Fue una experiencia increíble, es para lo que uno inconscientemente se prepara. Lo disfruté muchísimo”, cuenta el mercedino al Suple DxT.

 

Si bien la decisión de dejar la competencia se tomó en Salta, en la Etapa 10, la lesión se originó en la Etapa 2, Pisco- Pisco (Perú), especial de 267 km sobre dunas que lo marcó de entrada, en el kilómetro 10. “Había una hoya en la duna y Neme se come el salto, caímos con mucha velocidad y frenó a cero, ahí fue el golpe. Después hicimos como 4 mil kilómetros más, yo con la espalda dañada creyendo que era un dolor muscular”, recordó.

 

El sufrimiento del actualmente campeón en la categoría autos del CaNav, junto a su hermano Juan Cruz, finalizó en el vivac de Salta, tras la suspensión de la Etapa 9 (Tupiza- Salta), cuando decidió ir a un fisioterapeuta para hacerse unos “masajes descontracturantes”, “el ‘tipo’ era un capo, apenas me tocó se dio cuenta que tenía un problema en la vértebra. Me mandó a hacer una tomografía y salió lo que tenía. Ahí el cuerpo médico tomó la decisión de no dejarnos seguir, era mucho riesgo”, comenta Ramiro.

 

“El momento del abandono fue angustiante, pero no quedaba otra. Iba tomando miorrelajantes”, subraya el mercedino, que luego de su llegada a Villa Mercedes, vía aérea Salta- Buenos Aires con transbordo hacia San Luis, se hizo atender en el Hospital Privado de Córdoba, en donde más allá de la fractura le manifestaron que tuvo “mucha suerte porque la vértebra quedó bien apoyada, se comprimió, no se desfasó en altura por lo que no requiere una operación. Ahora hago rehabilitación con una rutina de gimnasio y natación, no va a ver complicaciones, aunque el médico me dijo que van a seguir doliendo un tiempo”.

 

 

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