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Un caso delicado, y sin final conocido

Por redacción
| 19 de octubre de 2018

Julián Assange (1971) es un periodista y programador australiano, nacionalizado ecuatoriano, conocido por ser el fundador, editor y portavoz del sitio web WikiLeaks, que entre 2010 y 2012 hizo temblar a la diplomacia, a centenares de corporaciones y a decenas de líderes mundiales, a través de la divulgación de información secreta.

 

En junio de 2012 Assange se refugió como asilado en la Embajada de Ecuador en Londres, para evitar, en principio, ser extraditado a Suecia, que lo reclamaba para enfrentar acusaciones por supuestos delitos sexuales que finalmente no prosperaron.

 

Pero Assange teme que si deja la legación pueda ser detenido y extraditado a Estados Unidos por difundir miles de secretos oficiales de ese país a través de su página web. Además la justicia británica mantiene una orden de prisión en su contra por violar condiciones de su fianza dentro del caso abierto en Suecia.

 

Cuando le otorgó el asilo, el gobierno ecuatoriano afirmó haber analizado la petición en términos de defensa de los derechos humanos más que por cuestiones meramente políticas, considerando que la vida de Assange peligraba y peligra con una hipotética extradición a Estados Unidos, donde está vigente la pena de muerte.

 

El 4 de diciembre de 2017, ocho días antes de ser naturalizado ecuatoriano, Assange dio por terminado el asilo; en el marco de una estrategia de Ecuador que resultó fallida: pretendía convertirlo en diplomático en sus embajadas en Londres y luego en Moscú.

 

Londres rehusó reconocer esos nombramientos y Quito, donde una diputada opositora pidió el retiro de la nacionalidad, los declaró nulos.

 

Assange se mantiene como asilado en virtud a que “el Estado es quien de manera soberana otorga y retira el asilo a una persona”, según el canciller José Valencia.

 

El último capítulo de un caso tan delicado como incierto, ocurrió durante la semana, cuando Ecuador negó haber sido presionado por funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas(ONU) para que aceptara restablecer el acceso de Internet a Assange, quien desde marzo está incomunicado.

 

La cancillería expresó en una nota de prensa que “rechaza con indignación” informaciones difundidas por páginas digitales de que el presidente Lenín Moreno se reunió con altos responsables de la ONU para tratar el caso Assange. “Nada más alejado de la verdad: Ecuador es un Estado soberano, que toma sus decisiones de política exterior con autonomía y mirando solo la defensa de sus intereses nacionales, con estricto apego al derecho internacional”, señaló.

 

En medio de la polémica, el ex juez español Baltasar Garzón, que lidera el equipo de defensa de Assange, llegó el mismo día a Ecuador para participar en una actividad académica sobre derechos humanos.

 

El portal ecuatoriano Código Vidrio divulgó esta semana un protocolo de Quito que fija reglas para las visitas a Assange y establece que sólo “tendrá acceso a Internet conectándose al servicio Wifi” de la embajada.

 

Ecuador anunció en marzo que había cortado “los sistemas” de comunicación “con el exterior” del australiano por faltar a su “compromiso escrito de no publicar mensajes que constituyeran una injerencia en la relación (de Ecuador) con otros Estados”. El país sudamericano aún no informó si el servicio había sido restablecido.

 

Según el protocolo, notificado a Assange en agosto, Ecuador no será responsable de las expresiones del periodista y el incumplimiento de las normas para visitas, comunicaciones y hasta de salubridad derivará en la “terminación del asilo”.

 

El documento también indica que Ecuador no pagará desde diciembre próximo, gastos de alimentación, cuidados médicos, lavandería y otros generados por la “estadía” de Assange en la embajada.

 

WikiLeaks informó que “Ecuador iba a poner fin al régimen de aislamiento al que está sometido Assange” luego de una reunión de Moreno con representantes de la ONU. Mientras la cancillería dijo que el mandatario “ni siquiera conversó” sobre Assange con el Alto Comisionado para los Refugiados (Acnur), Filippo Grandi, y el relator especial para la Libertad de Expresión, David Kaye, quienes visitaron Ecuador días antes. El misterio persiste en el caso Assange.

 

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