El uso del celular al manejar provoca el 35% de los accidentes

La necesidad de estar permanentemente conectados lleva a las personas a utilizar el celular en cualquier momento, sin tomar dimensión del peligro que podría ocasionar. Para poner música, hablar o ver mensajes, el dispositivo siempre se encuentra al alcance de la mano, incluso hasta para manejar. Según datos proporcionados por el principal Miguel Molina Montaño, jefe de Accidentología, el 35 por ciento de los accidentes que se producen en el radio céntrico son causados por el uso del teléfono móvil a la hora de conducir.

Miguel Montaño explicó que existen tres factores que inciden en los siniestros viales. Uno es el factor humano, que refiere al 80 por ciento de los accidentes; las fallas en el vehículo representan el 15 por ciento; y el 5 por ciento restante corresponde a las imperfecciones del entorno o de las vías de circulación.

Además, aclaró que dentro de los accidentes provocados por el error humano el 40 por ciento se debe a la desatención y el resto a infracciones viales, como por ejemplo, no respetar las normas de tránsito o ignorar las señalizaciones. “Ambas son decisiones del conductor porque este prefiere tomar el teléfono y no estar atento al camino”, resaltó.

 Asimismo, expresó que aunque el conductor utilice el “manos libres”, su atención está puesta en el auricular y, por ende, su reacción ante el peligro no será la misma que cuando no lo utilice.

Carina Bernal, licenciada en Criminalística y Accidentología del Poder Judicial, detalló que se analizan todas las variables que pueden intervenir en un accidente. “Una persona en condiciones normales está atenta al camino, a las señales de tránsito y a la vía en general. Si maneja en ruta a 100 kilómetros por hora, significa que está avanzando veintisiete metros por segundo, y ese es el tiempo que demora en reaccionar frente a un peligro”, detalló. Sin embargo, agregó que a una persona desatenta le llevará más segundos y, por lo tanto, más metros reaccionar. “Estas son los variables que analizamos cuando se produce un accidente”, concluyó.

Bernal explicó que en la ciudad la distancia se reduce a nueve metros por segundo, en el que el cerebro deberá tomar una decisión, tocar bocina, hacer señas de luces, frenar o volantear. “Si el conductor habla con otra persona, usa el celular o se agacha para buscar algo no tendrá tiempo suficiente para evitar el siniestro”, manifestó.

También aseguró que al contestar la llamada con el “manos libres”, la cabeza tiene que pensar en dos acciones, responderla y prestar atención al camino. "El problema es que quien está al volante avanza más metros sin reaccionar al peligro, lo que aumenta las posibilidades de embestir a un peatón, si continuamos con el ejemplo del manejo en la ciudad". 

El valor de estar atentos

No prestar atención al volante puede cobrarse vidas, pero los precios de las multas también son bastante elevados. Miguel Montaño detalló que las infracciones se miden en unidades fijas y que cada unidad equivale al precio de un litro de nafta de la estación de servicio más próxima al lugar en  donde se cometió la infracción. Hoy, la gasolina ronda los 41 pesos, por lo cual, la multa más grave puede llegar a costar cerca de 200 mil pesos.

Además, especificó que una vez que la Policía labra la infracción, queda a disposición del juez precisar el valor final de la multa.

Los vehículos, hoy, promueven el uso de la tecnología durante el manejo. Ya sean pantallas LCD, GPS, como también dispositivos bluetooth, que le permiten al usuario vincular el teléfono al estéreo del auto y, de esa manera, realizar llamadas, escuchar música y mandar mensajes de texto sin tocar el celular, lo que parece ser una solución a las distracciones al volante. Pero como se analizó anteriormente, todas estas “posibilidades” lo único que hacen es retrasar el tiempo de reacción frente a un peligro.