El acusado por femicidios en Chaco tiene una coartada, según su familia

Olga Florentina Ibarra afirma que es imposible que su sobrino, Cristian Javier Sabaliche, haya asesinado a quien era su pareja, Leylén Magdalí Ailén Romero, y a una amiga de ella, Fátima Elizabeth Florencio, en Chaco, su provincia de origen. Y lo dice de modo literal: ayer, en contacto telefónico con El Diario, la pariente del acusado por el doble femicidio aseguró que cuando ocurrieron los crímenes su sobrino estaba en Quines, con ella y su familia. Más aún: narró que habían llegado a la localidad puntana juntos, días antes, y compartió con este medio una foto de los pasajes que el joven pagó para ir de Rosario a Quines, donde figuran los datos de identidad de él, además de la fecha del viaje. 
Los cuerpos de Leylén, de 22 años, y de Fátima, de 18, fueron hallados el domingo 8 de abril en la zona rural de Quitilipi. Sus allegados, que habían denunciado su desaparición, reconocieron los cadáveres el martes 11. 
Según consignó el Diario Chaco, la fiscal que investiga el caso, Liliana Lupi, confirmó que en la autopsia determinaron que no tenían signos de abuso, que murieron degolladas y que la data de muerte sería de cuatro o cinco días antes del hallazgo, es decir, entre el martes 3 y el miércoles 4 de abril. 
Olga contó que ella y su esposo llegaron hace un par de años a Quines, buscando un mejor horizonte. Él está empleado en una carpintería, y había hablado con su patrón para que Sabaliche, de 32 años, empezara a trabajar allí. “Mi sobrino no tenía ni para el pasaje. Pero mi marido habló con el dueño y él giró la plata para que pudiera comprarlo y se viniera a Quines”, explicó. 
La idea de Cristian, dijo, era hacer algo de dinero y mandarle a Leylén, para que adquiriera los pasajes y viajara a San Luis con la hija que tienen, de 3 años. 
Olga vino de Chaco junto a Sabaliche porque hacía aproximadamente un mes que ella estaba en su provincia. Contó que se trasladó con su marido en moto, en una travesía que se extendió por unas 21 horas, para ir a visitar a su madre por su cumpleaños y ver a un pariente con problemas de salud. Yendo de ese modo gastaban menos que en colectivo. 
Su esposo regresó a San Luis en moto, porque tenía que trabajar, y ella se quedó unos días más con su familia. 
“Con Cristian salimos de Machagai, en Chaco, el miércoles 28 de marzo a las 17. Llegamos a Rosario el jueves 29 a las 7 de la mañana, más o menos, no recuerdo de modo exacto. Después tuvimos que esperar hasta las 20:45 para tomar el colectivo a San Luis”, resumió la mujer. 
Dijo que pasaron buena parte de la jornada en la terminal de ómnibus de Rosario, por lo que es posible que hayan quedado registrados por las cámaras de seguridad. 
Refirió que llegaron a la Estación de Interconexión Regional de Ómnibus (Ediro) San Luis el viernes 30 a las 6 de la mañana, y que a las 10 tomaron el colectivo de la empresa “Blanca Paloma” que los llevó hasta Quines, a donde arribaron cerca de las 13. 
Era la primera vez que Sabaliche venía a Quines. “A mí me venía bien que me acompañara, ya que venía cargada con artesanías para vender, así que él me ayudaba con eso”, indicó. 
Al día siguiente de arribar, es decir, el sábado 31 a la noche, Sabaliche y su gente cenaron en lo de un conocido. “Nos amanecimos ahí”, recordó la mujer. Hay fotos de esa reunión, en las que el joven imputado aparece junto a un allegado, con la carne que asaron. 
En los detalles de la imagen figura que fue tomada el sábado 31 de marzo a las 10 PM. Aunque la función de la ubicación no está activada, la foto fue hecha por un hombre que reside en Quines desde hace muchos años, que la publicó en su Facebook después de que la noticia de la detención estuvo en todos los medios del país. 
“El lunes 2 Cristian empezó a trabajar en la carpintería. El dueño, el señor Mercado, tiene anotadas inclusive las horas que hizo esa semana”, aseguró Olga. 
Contó que el sábado, al finalizar la jornada laboral, Cristian fue con una prima al tragamonedas de la localidad, para despejarse y entretenerse un rato. La tía dijo que Sabaliche jugó unos pesos y ganó, y que para poder cobrar el premio, tuvo que darle sus datos de identidad a un empleado que se los solicitó. “Ahí también quedó registrado. Y si hay cámaras, también debe haber quedado filmado”, estimó la pariente. 
El lunes 9 les llegó la noticia de los crímenes. “Nos avisó mi cuñado. Cristian se puso mal, muy mal. En realidad, todos nos pusimos mal. No podíamos creerlo. Me decía ‘tía, decime que no es cierto’. Está shockeado. No sabe qué puede haber pasado, porque su pareja era una chica muy buenita. A la amiga no la conozco, no sabemos nada de ella”, aclaró.
Olga refirió que cuando fue detenido por los policías de Quines, su sobrino tenía en su billetera el pasaje original, el que usó para abordar junto a ella el colectivo en Rosario y que los trajo a San Luis Capital. “Tiene todos los datos: fecha, nombre, apellido, todito”, aseguró. 
Le recomendó conservar ese documento, del cual ella guarda una copia. Y Olga tiene, además, su propio boleto de Rosario a San Luis y también el comprobante del viaje hecho desde la Ediro a Quines en “Blanca Paloma”. 
Además, “si revisan en las comunicaciones de los teléfonos, como sé que se puede hacer, van a ver que ahí consta que mi marido le pidió que venga a Quines a trabajar con él”, indicó. 
 “A las autoridades judiciales de Chaco me gustaría decirles que mi sobrino es inocente. Aquí hay testigos que lo han visto, que saben que ha estado trabajando acá. Les diría que hagan justicia realmente, para que por primera vez les creamos un poco. Cristian tiene todas las pruebas de que es inocente. Vino conmigo, y estaba viviendo conmigo. Da mucha impotencia, les pido que busquen a los verdaderos responsables”, instó.