SAN LUIS - Jueves 16 de Mayo de 2024

SAN LUIS - Jueves 16 de Mayo de 2024

EN VIVO

Quedó viuda y sigue con un oficio que lleva cuarenta años

Elsa Vargas fundó una bicicletería con su marido, Rogelio Olivares, quien falleció hace un año. Hoy recuerda su historia y cuenta que la esencia sigue intacta, mientras trabaja con su hijo.

Por redacción
| 31 de mayo de 2018
A punto de rodar. Elsa sale todas las mañanas a hacer compras, al médico o al banco. Y lo hace en bici, su transporte favorito. Fotos: Héctor Portela.

Todo se ve como hace cuarenta años, cuando Rogelio Olivares, de la mano de Elsa Vargas, su esposa, comenzó a emparchar y armar bicicletas. Los cuadros en lo alto del local, las herramientas bien enumeradas sobre  la pared, el centrador fijo en la morsa y un escritorio lleno de cámaras, cubiertas y otros accesorios que hacen que la mística y la esencia siga de pie. En el Día del Bicicletero, a poco más de un año del fallecimiento de Rogelio, su fiel compañera asegura que siguió con el negocio porque la historia se lo pidió. Tras haber pasado momentos buenos y malos con su esposo, Elsa continúa la labor junto a uno de sus cuatro hijos, el único varón, que también se llama como su padre.

 

“Me apasiona estar acá", dijo la mujer. "Cuando comencé, mi marido me dejaba hacer lo básico, emparchar o inflar una rueda, y ahora mi hijo hace los trabajos pesados y yo sigo asistiendo en lo simple, pero vengo todos los días”, comentó la bicicletera de 68 años, quien además pedalea con frecuencia y a veces llega hasta el centro. "Todos me dicen que estoy loca, porque voy muy rápido", contó entre risas, mientras trataba de terminar de centrar una rueda.

 

Elsa vive en el barrio El Criollo, donde siempre estuvo el comercio, sobre la avenida Presidente Perón al 1600. Asegura que fueron los únicos en dedicarse a ese rubro en la zona y confesó que a Rogelio todos lo conocían por “Kelo”. “Él era albañil y como el trabajo estaba un poco flojo decidió armar este taller, que comenzó más pequeño, con algunas herramientas que él tenía y luego compró lo que faltaba. Al principio fue duro y no la pasamos muy bien, pero después nos acomodamos y logramos vivir muchos años de este trabajo. Hasta nos pudimos hacer la casa”, recordó la mujer.

 

Pese a haberse quedado sin su gran compañero, Elsa le sonríe a la vida y cuenta que su rutina no cambió. "Sigo trabajando acá y, de paso, preparo la comida todos los días", afirmó.

 

Sus tres hijas formaron familia y ya no viven con ella, pero todas tuvieron un gusto especial por el ciclismo, sobre todo Leticia, la más grande, quien compitió de forma profesional. "Desde muy pequeña andaba en bicicleta. Tenía cinco años y competía con los varones, no le quedaba otra porque fue una de las primeras mujeres en correr en Villa Mercedes. Llegó a ser subcampeona de Cuyo", mencionó Elsa.

 

En cuanto al uso de las bicicletas, Vargas sostuvo que antes era más habitual ver a la gente montada sobre las dos ruedas, sobre todo a los mayores, ya que era también un medio de transporte más frecuente para ir al trabajo. “Ahora se le da más utilidad para el deporte, pero en este último tiempo recibimos clientes que trajeron a arreglar su bici y nos comentaron que el aumento de los servicios y del combustible los obligó a pedalear para ir al trabajo”, comentó.

 

LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo