Muchos funcionarios de la Municipalidad de San Luis ya expresaron su deseo de candidatearse para suceder a Enrique Ponce, que no puede volver a ser electo intendente. Francisco Petrino, María José Domínguez y Enrique Picco, entre otros, manifestaron su intención ante los medios, pero el primero en materializar ese deseo fue Carlos Ponce. Justamente el hermano del actual jefe comunal les sacó ventaja con la apertura de una sede en calle Bolívar al 500. Y para que el eventual cambio de apellido en el poder no se sienta, lleva el nombre "Ponce 2019"...
Carlos confía en ser el postulante que mejor represente al oficialismo municipal en base a sus pergaminos recientes, que lo ubican como el "bombero" de la gestión en áreas que necesitaban un golpe de timón urgente: SerBa, recolección de residuos y Transpuntano, la empresa de transporte que hoy preside. También hace gala de que conoce la Comuna como pocos porque además trabajó con tres ex intendentes: su padre homónimo, Daniel Pérsico y Alfonso Vergés.
Como promesas de campaña ya embandera trabajar para continuar con la ejecución del "plan maestro" en agua potable y cloacas, dos servicios que necesitan una revisión constante por todos los problemas que surgen a diario y por el constante crecimiento de la ciudad. "Si San Luis sigue expandiéndose, en cinco años o antes se necesitará ampliar las plantas potabilizadoras", vislumbró.
Por lo pronto, mientras sus compañeros de gabinete se quedan en anhelos, Ponce ya largó y puso primera. Y de yapa la sede también sirvió para desnudar la aspiración de su hermano menor de querer ser gobernador.


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