Raúl Manavella: Sinónimo de gol
A los 10 años fichó para Estudiantes. Nunca jugó en Cuarta ni Reserva. Se fue a Independiente de Avellaneda, Chile, Mendoza, Córdoba y Naschel. Hizo 543 goles. Las lesiones lo retiraron de las canchas.
Raúl Manavella es uno de los máximos artilleros del fútbol puntano, delantero de Sportivo Estudiantes, jugó en Independiente de Avellaneda, en Chile, Mendoza, Córdoba y clubes de San Luis, retirándose de las canchas por las continuas lesiones cuando tenía resto para dar. Hizo más de 543 goles y su sola presencia marcaba la diferencia: excelente cabeceador. Pese a su altura mostraba mucha agilidad y era aguerrido a la hora de defender una posición en el campo de juego.
Siempre fue "Albiverde", donde llegó a los 10 años para jugar en las inferiores, fue en los tiempos en que las divisiones eran Quinta, Cuarta y Reserva.
Su amor por el fútbol lo encontró jugando en una canchita de la calle Caseros entre Bolívar y Lavalle, un predio de la familia Palmiotto. "Había que saltar unos tapiales para poder llegar, también jugaban otros niños que con el tiempo, fueron verdaderos protagonistas del fútbol sanluiseño de aquella época; Benjamín Ianizzotto (que jugó en el Torino de Italia y otros clubes de Europa), los hermanos Miranda, "Pela", "Chiqui" y "Luchi", dos de ellos mellizos. Éramos una gran banda, todo el día jugando. Ahí me vieron los dirigentes de Huracán y me quisieron llevar pero el ingeniero Torres y Andrés Ferrando de Estudiantes fueron más rápidos". Y suelta una sonora carcajada.
Pese a que prácticamente la canchita estaba el barrio de Defensores del Oeste, nunca Manavella vistió esos colores, pese a que tenía amigos en esa institución y compartió algunos amistosos, pero no pasó de ahí.
"Mi debut en Primera? Fue el verdadero sueño del pibe y comenzó en Los Bretes", manifiesta. "Por esos años, las inferiores de Estudiantes jugaban en la cancha de Los Bretes, y lo conducía Andrés Ferrando, tenía por compañeros a Antonio Camargo, Jorge Atilio "El Tero" Muñoz, "Toto" Varela, "Coco" Baudry, Vicente Cavallera, José "Potrillo" Fernández, Virgilio y Juan Parenti y Víctor Hugo "Catrera" Quiroga, entre otros amigos.
Don Ferrando manejaba una camioneta denominada "La Justicialista" hasta la cancha Colón, que también le decían Plaza de las Pulgas pero en realidad se llamaba plaza Jorge Newbery.
"Nos subíamos a un árbol y de ahí veíamos los partidos. Recuerdo que un domingo, jugaban Estudiantes y Lafinur, en un momento dado, se arma un lío en el área de Lafinur, discuten y se pegan Carlos 'El Turco' Salomón y 'El Gordo' Del Barco Muñoz que era un gigantón. Los expulsaron y le dieron tres fechas a cada uno".
"Durante la semana, le avisaron a Ferrando que yo jugaría en Primera División. Fue tremendo, no sabía qué hacer, tenía 14 años. El día del partido inconscientemente miré para el lugar donde siempre estaban mis amigos de la Quinta División. La cancha estaba llena fue contra Victoria, ganamos 2 a 1 con un gol mío y otros de 'Cuto' Moyano, no lo podía creer, al partido siguiente nos enfrentamos a Racing (la partera Urtubey era la presidenta) le ganamos 4 a 0 con dos tantos míos, los otros, el ingeniero Torres y Spagnuolo, el tercero con Lafinur fue empate, uno a uno". Relata memorioso.
En 1955, el campeonato de Primera División se jugaba a tres ruedas, las dos primeras completas, todos contra todos y la tercera los mejores seis u ocho equipos, que definían el campeonato. Para el ex jugador todo era nuevo, estaba sorprendido. La casa de la familia Alejandrino -fanáticos de Sportivo Estudiantes- era usada como de vestuarios, tenían que cruzar la avenida España que era de tierra, ese año, la Quinta División salió campeón de la Liga. "Fue todo muy rápido", dice el "Flaco".
"Yo era un purrete al lado de los monstruos que tenía el equipo, ese año jugué solo tres partidos y tenía que jugar en mi división, Pero se fue Ferraresi a La Pampa y yo que nunca había jugado en Cuarta ni en Reserva, me llevaron a Primera, me sentaba al lado de ellos en los vestuarios. En 1956, y con la ida de Ferraresi, creí haberme ganado el puesto, en el equipo estaban; 'Pululo' Curioni, los hermanos Juan U-baldo 'Varallo' Parnisari y su hermano José, un muchacho Pérez de La Florida, Marcelo Séptimo 'El Manco' Ratto, Roberto 'Tito' Jardel, 'El Pitiña' Lucero, el ingeniero Torres, yo, Spagnuolo y 'Cuto' Moyano".
Su juventud y olfato para el gol rápidamente trascendió las fronteras del fútbol puntano y se lo llevaron a Independiente de Avellaneda, tenía 17 años y jugó varios partidos en Tercera División, entre sus compañeros jugaban Bernao, De la Mata y Avallay, y dejó su marca en las redes: hizo 17 tantos.
Manavella quería volver a San Luis, y su padre que continuara jugando en Buenos Aires donde tenía futuro. No era fácil, el joven parecía que extrañaba el calor del hogar paterno donde no le hacían faltar nada, incluso su padre le marcó la cancha cuando volvió, estaba enojado por su inesperado regreso, no lo quería dejar entrar a la casa.
En realidad, "El Flaco" ya era suplente del mendocino Luis Fabián Artime y don Raúl, no entendia su regreso.
Estudiantes lo dio en préstamo a Huracán Las Heras de Mendoza donde jugó con Madeira que venía de Argentinos Juniors, Manuel Ibáñez, Lumbia, Chavetta, Diez, Imverno Amaya y Oviedo, era un muy buen plantel. Su amigo "El Turco" Carlos Salomón ya jugaba en Deportivo Maipú también de la Liga Mendocina.
Ahí conocieron su contundencia a la hora de marcar y pasó a jugar a Belgrano de Córdoba, hizo dos goles, de "prima" le dieron una motoneta marca Vespa. Tenía 19 años y en poco tiempo tendría que cumplir con el Servicio Militar. A los 20 fue incorporado a la V Brigada Aérea de Villa Rey-nolds en Villa Mercedes y jugó para Jorge Newbery siendo otra vez goleador: 27 tantos.
Sportivo Estudiantes sabía que tenía un muy buen jugador y apareció la posibilidad de que pasara al fútbol chileno. Vinieron a buscarlo del Deportivo O'Higgins de la ciudad de Rancagua. Su fútbol le dio al equipo chileno 27 tantos que sirvieron para enriquecer su carta de presentación. De Chile pasó a Atenas de Río Cuarto, a esta altura de su vida y siendo muy joven se había convertido en un trotamundos del fútbol. Los diarios de la época resaltaron su estirpe goleadora y lo bien que "va por arriba".
"Cuando debuté en Primera había grandes jugadores y me hice amigo de Salomón que siempre me aconsejó bien, me decía como había que poner el cuerpo y como flexionar las rodillas para elevarse mejor y que cuando la pelota viniera la cabeza la tenía que direccionar a la pelota".
Fueron grandes consejos de quien con los años se hicieron grandes amigos. Entre pases y pases, Manavella volvía al club de origen: Estudiantes. Jugaba una temporada o un torneo y volvía a preparar las valijas. Su inmediato destino fue Deportivo Naschel de la Liga Futbolística del Valle del Conlara, Manolo Suárez era el técnico y lo invitó a que se sumara al nuevo proyecto futbolístico de esa localidad que lo adoptó como su ídolo, hizo 82 goles en dos años.
Los dirigentes no lo podían creer. "Teníamos un equipazo, ganamos todo lo que jugamos, de San Luis íbamos, el técnico 'Manolo' Suárez, el mendocino Raed que venía de La Paz, Chávez, los tres arqueros, Quiroga, Camargo, hermano de Antonio y Leyes y allá estaba el brasileño Joao Lima, siempre nos trataron como a reyes, nunca nos hicieron faltar nada y el cariño de la gente estaba de manifiesto cada paso que dábamos, fueron extraordinarios".
Manavella le rinde un homenaje a ese excelentísimo jugador que fue "Manolo" Suárez a quien recuerda como a un hermano de la vida que le dio el fútbol: Sportivo Estudiantes jugaba un partido amistoso con Huracán de Parque Patricios y entre los jugadores, venía "Manolo" Suárez, suplente de Néstor "Pipo" Rossi, que posteriormente fue una gran figura en River Plate. El sanluiseño estaba "tapado" por semejante figura y lo vendieron a Instituto de Córdoba, posteriormente a Juventud Unida de San Luis y al poco tiempo a los "Albiverdes".
El nueve eterno del equipo de Aristóbulo del Valle y Estado de Israel, volvió a su casa ya casi en el final de su carrera, y los dirigentes lo prestaron al Sporting Club Victoria donde anotó 22 tantos, "La pólvora estaba seca todavía, dice y me quedé en ese club a quien dirigí con orgullo".
Para el final, Manavella tiene un reconocimiento para los dos ex presidentes del equipo "Albiverde", "Tuve la suerte de conocer y vivir en un club como Estudiantes con dos señores presidentes que se alternaban en el cargo, Pedro Benoza y Héctor Odicino, que de fútbol -a lo mejor- no sabían mucho pero eran tan organizados, detallistas y querían tanto a la institución que eran un ejemplo para todos, transformaron la entidad en una gran familia 'Albiverde', y lo fue por muchos años".
Raúl Manavella que nunca en su vida hizo un gol de penal, dejó de jugar a los 35 años, y sus últimos partidos fueron en el Sporting Victoria totalizando 22 años de carrera deportiva. Se destacó siempre por su contundencia en la red. Muchas veces sufrió severas lesiones y cientos de foules.
Hoy, cumple funciones deportivas en el club de sus amores (fue el ideólogo y fundador del museo institucional) donde su hijo Raúl es el actual presidente.
Hoy el deporte puntano tiene una deuda de honor con uno de los máximos artilleros del fútbol cuyano.


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