Recomiendan cuidar a bebés y ancianos de los golpes de calor
La médica Sandra de la Vega explicó que se manifiestan con dolor de cabeza, náuseas y taquicardia.
Cuando se pronostican tres o más días con temperaturas por encima de los 30 grados, como sucederá ahora en la provincia, el Servicio Meteorológico Nacional emite una alerta naranja para que la población tome precauciones y evite ser víctima de los golpes de calor. La población de riesgo son los niños de hasta dos años, adultos mayores de 70 y personas con afecciones cardíacas, hipertensión o enfermedades no transmisibles, como la diabetes.
Lo primero que se debe evitar es exponerse al sol entre las 11 y las 18; pero, en caso de tener que hacerlo, se recomienda usar sombrero, anteojos para el sol (de óptica) y aplicarse protector solar de, por lo menos, un factor 30. También es recomendable usar ropa fresca y de colores claros e hidratarse permanentemente. Los niños de hasta dos años y los adultos mayores de 70 es necesario que eviten, sí o sí, exponerse al sol.
Sandra de la Vega, médica integrante del Subprograma Promoción y Prevención de la Salud, comentó que es muy importante la hidratación durante estos días: “Lo recomendable es tomar por lo menos ocho vasos de agua por día, que equivalen a dos litros. En cambio, no hay que tomar jugos, gaseosas o alcohol porque no cumplen la función de hidratarnos y además nos generan calor interior en el cuerpo”.
Si además está previsto hacer alguna actividad física, la doctora aconsejó “tomar antes y después esa misma cantidad de agua; y hacerlo siempre fuera de los horarios pico: antes de las 11 de la mañana y después de las 18”.
La especialista señaló que, si bien el golpe de calor no muestra un signo específico, provoca una variedad de síntomas: “En estos días de altas temperaturas, el organismo tiene un mecanismo de defensa ,que es la transpiración. Por eso, si no ingerimos suficiente agua, corremos el riesgo de deshidratarnos, sufrir dolores de cabeza, tener náuseas y el corazón empieza a generar lo que se llama taquicardia o palpitaciones”. Por ello, insistió en hidratarse para que el cuerpo pueda seguir regulando su temperatura. “La deshidratación, tanto en los niños como en adultos mayores, es mucho más rápida, porque los bebés dependen de un adulto para ingerir agua, y a los abuelos tenemos que cuidarlos porque son un poco reacios a tomarla. Debemos ofrecerles agua cada una hora para que tomen al menos medio vaso cada vez”.
Si una persona presenta un cuadro de fuerte dolor de cabeza o náuseas y está consciente, “lo primero que hay que hacer es que tome agua, sobre todo si uno viene de estar en la vía pública. También quitarse parte de la ropa para lograr que se ventile el cuerpo en la zona de las axilas, el cuello y la ingle. Y no hay que automedicarse, porque en la medida que los síntomas vayan desapareciendo con solo tomar agua, es mejor. Pero si persisten, entonces hay que consultar a un médico del centro de salud más cercano a su domicilio o recurrir a la guardia de clínicas o sanatorios”.
Otro aspecto a tener en cuenta es la comida, porque muchos aprovechan para almorzar en los espejos de agua o en las piletas. La médica indicó que “si vamos a ingerir alimentos fuera de casa hay que tener en cuenta la cadena de frío. Por ejemplo, si vamos a consumir algún sándwich, se recomienda llevar todos los ingredientes separados y armarlos en el lugar al momento de comerlo. Usar heladeras con refrigerantes y comprar las bebidas en el mismo lugar o en alguna despensa cercana porque al transportarlas esas sustancias alimenticias sufren descomposición que nos pueden generar algún proceso gastrointestinal”.
Como las personas tienen que estar más tiempo dentro de su vivienda, lo ideal es mantener oscuras las habitaciones, usar el aire acondicionado en 24 grados (para no generar cambios bruscos de temperatura con el exterior, ya que eso no es aconsejable) o mantener el ventilador a velocidad media. Y, en caso de ser posible, propiciar la ventilación cruzada entre puertas y ventanas. “Si se cuenta con un patio de tierra o césped se los puede regar a la mañana temprano o por la noche para mantener fresca esa parte de la vivienda. En lo posible, tener las ventanas con tela mosquitera para evitar que ingresen moscas y otros insectos”, dijo De la Vega.
También aclaró que el golpe de calor afecta a las personas que tienen patologías crónicas no transmisibles, como quienes sufren de hipertensión, que tuvieron algún infarto, insuficiencias cardíacas, diabetes o problemas renales. “Estos pacientes deben tener más cuidado de no exponerse en los horarios pico, tomar agua y comer alimentos livianos, en lo posible frutas y verduras. Y, por supuesto, lavarlos muy bien para evitar las diarreas estivales”.


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