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CIDAL anunció que cierra sus puertas y 65 obreros se quedarán sin trabajo

El personal, en su mayoría mujeres, exigen el pago de sueldos adeudados e indemnizaciones. Temen que los empresarios abandonen la planta.

Por redacción
| 08 de octubre de 2019
Angustia. El personal está compuesto, en su mayoría, por mujeres jefas de familia. Aunque temen quedarse sin trabajo, si eso ocurre, exigen ser indemnizados. Fotos: Martín Gómez.

La alegría que generaban sus bombitas ‘Bombucha’ en el carnaval, salvo un milagro, no volverá jamás. Y la razón es que las manos que las hacían están quietas hace un largo tiempo lo mismo que las máquinas fruto del lamentable cierre de CIDAL San Luis, la fábrica que producía diversos productos de látex, entre ellos los globos de agua que, al llegar al verano, eran un tesoro ansiado por miles de chicos de todo el país.

 

Desde el jueves pasado, los 65 obreros –en su gran mayoría mujeres jefas de familia- se quedarán sin trabajo a raíz de la decisión de los empresarios de cerrar la fábrica de manera definitiva.

 

Según los empleados que dialogaron con El Diario de la República, la patronal les adeuda todo el mes de setiembre, el medio aguinaldo y en caso de despedirlos, quieren que les paguen la correspondiente indemnización.

 

El calvario de los obreros comenzó hace unos meses cuando la fábrica redujo notablemente su producción de globitos de agua (Bombucha), globos de cotillón y preservativos de marcas como ‘Camaleón’ y ‘Exotic’, entre otros. A raíz de esa merma los propietarios comenzaron a pagarles los sueldos en cuotas, por semana.

 

Al mismo tiempo no respetaron las paritarias anuales ni pagaron los bonos que el sector privado abonó a sus trabajadores el mes pasado. Mucho menos el medio aguinaldo. Los 65 trabajadores esperaron una respuesta positiva por parte de los empresarios sobre sus reclamos, pero todo fue peor porque los suspendieron a todos durante 10 días sin goce de sueldo.

 

La razón del cierre de la fábrica -según los empleados- no es otra que la feroz crisis económica que padece el país y que ya aniquiló a cientos de plantas fabriles en toda la Argentina. En CIDAL la materia prima es el látex que es importada y el incremento del dólar multiplicó su valor lo que puso en jaque toda la producción.

 

“Estamos haciendo una guardia de la planta. Para evitar eso que es común acá en el Parque Industrial. Que traigan camiones, carguen todo y se vayan.  Somos sesenta y cinco trabajadores en total que ahora estamos haciendo guardias. Rotamos las veinticuatro horas. Estamos así desde el jueves de la semana pasada cuando nos anunciaron el cierre de la fábrica”, explicó Diego Olguin, jefe de ingeniería de la planta y vocero de sus compañeros.

 

“Venimos con anomalías desde hace un tiempo. No estamos cobrando los sueldos, no cobramos el aguinaldo no tenemos ART, no pagaban las cargas sociales por lo cual tenemos las obras sociales cortadas. Tampoco pagaron los bonos y no entramos en ninguna paritaria. A partir de ahí lo último fue hicieron fue suspendernos diez días sin goce de haberes”, agregó.

 

“Fuimos a Relaciones Laborales y tuvimos una audiencia en la que participó un abogado de la empresa. Él nos nos comunicó que la fábrica iba a cerrar y pidió un cuarto intermedio hasta este jueves que viene a las doce. Durante este tiempo los accionistas decidirán qué hacer y nos comunicarán lo que ocurrirá. Nosotros estamos en huelga total a la espera de que nos comuniquen si será un despido para todo el personal ver qué pasará”, opinó Olguín.

 

“El problema de CIDAL es que no tenemos la materia prima para producir. No hay látex que es la materia prima principal. Es un producto importado y la suba del dólar afectó mucho la compra de la materia prima. Por ese tema veníamos produciendo de forma intermitente. Producíamos y  cortábamos y volvíamos a producir. Pero ahora hace un mes que estamos parados.

 

“Afuera no hay trabajo. Si nos despiden perderemos nuestra fuente de trabajo. Somos sesenta y cinco personas, la mayoría son mujeres jefas de familia. Lo primero que dijeron fue que cerrarán. Por eso pedimos lo que nos deben y la indemnización. No pedimos nada que no sea nuestro. Acá hay gente con hasta treinta años de servicio que estaba próxima a jubilarse. Nadie quiere quedarse sin trabajo, por eso tenemos esperanza de que todo esto solo sea un mal sueño y la situación se normalice”, pidió, como en un ruego, el vocero de los trabajadores que hacían las ‘Bombuchas’.

 

 

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