12°SAN LUIS - Jueves 25 de Abril de 2024

12°SAN LUIS - Jueves 25 de Abril de 2024

EN VIVO

Cuestionan el procesamiento de un acusado de doble asesinato

Simón Pérez y Paulo Muñoz fueron atacados durante un asalto en un paraje del departamento San Martín. La defensa de Diego Becerra, uno de los acusados, apeló el fallo. Asegura que no hay prueba directa que lo señale como autor. 

Por redacción
| 24 de noviembre de 2019
Becerra. Fue detenido el 10 de noviembre en una doma, en Juana Koslay. Foto: Archivo.

Después del procesamiento con prisión preventiva que la jueza Penal de Concarán, Patricia Besso, le dictó hace diez días a Diego Martín Becerra por un doble homicidio perpetrado en el paraje Cerros Negros en 2015, otro abogado, Guillermo Sánchez Pagano, se sumó a la defensa. Tras leer la resolución, él está convencido de que a la magistrado “le vendieron carne podrida” y que con base en ello dispuso el procesamiento, que ya apeló junto al otro defensor, Andrés Fernández. “Me parece que la jueza decidió sobre su voluntad subjetiva y no sobre la lógica objetiva, y lo que está en juego no es menor, es la libertad de una persona”, consideró. 

 

Según la reconstrucción hecha por la jueza, en el asesinato de Simón Pérez, de 92 años, y de su hijo de crianza, Paulo Muñoz, de 59, intervinieron al menos dos personas. Para ella, uno es Becerra, de 38 años. Para establecer otras posibles participaciones, la magistrado dispuso que se conforme una comisión policial que estará abocada al caso, según contó Sánchez Pagano. 

 

Para ella, los crímenes ocurrieron el 26 de junio a la tarde en el campo de Pérez, ubicado en ese paraje rural de Las Chacras de San Martín. En su auto, un Ford Fiesta diesel blanco, Becerra fue hasta la propiedad junto al menos un cómplice con una clara intención, la de asaltarlos, ya que tenía el dato de que días antes Pérez había vendido hacienda, dijo Besso. Señaló que el rodado, que fue secuestrado, fue descripto y reconocido por testigos. 

 

Para poder engañar a las víctimas, uno de los asaltantes fue con ropa de policía. Eso se presume ya que en la tranquera de acceso, los investigadores hallaron una gorra de policía. 

 

En el fallo, además, citó el testimonio de un efectivo, que aseguró haber recibido un chip en el que presuntamente estaba grabada la comunicación que un hombre mantuvo con otro que le pedía que le consiguiera ropa de policía para poder concretar el asalto. Esa comunicación dataría de 2013, lo que a Besso le dio la pauta de que el atraco en lo de Pérez se planificaba desde mucho antes. 

 

Ya adentro de la propiedad, los delincuentes redujeron a Pérez en la humilde cocina, atándole las manos. Un vecino lo rescató luego, aún con vida. A Muñoz lo condujeron a unos 300 metros de la casa, donde también fue atado. Lo ejecutaron de un tiro. Besso indicó que lo sacaron de la vivienda porque, como suele ser hábito entre la gente de campo, él escondía plata en la zona serrana. Cree que la tenía en bolsas de fideos. Cerca del cuerpo hallaron envoltorios de este tipo.  

 

Según lo declarado por una sobrina de Muñoz, pocos días antes el anciano obtuvo unos 200 mil pesos, producto de la venta de animales. La pariente dijo que, con cierto temor a sufrir un asalto, él le dio ese monto para que se lo guardara, y que le entregó también casi 50 mil pesos. La jueza razona que los asaltantes golpearon mucho a Pérez para que revelara dónde estaba la gran suma, y que a Muñoz lo mataron para procurar la impunidad. 

 

Además de algo de dinero, los delincuentes escaparon con una rastra con las iniciales del anciano y una linterna, que fue reconocida por dos familiares de Pérez, dijo Besso. Elementos de ese tipo fueron hallados durante un allanamiento en la casa de los padres de Becerra, en Pampa del Tamboreo. 

 

“Con un voluntarismo extremo, la jueza hace coincidente el resultado de una de las pericias que se hizo sobre la rastra, en la que dice que ‘ilusoriamente’ se ve una P (sería correspondiente a la inicial del apellido Pérez), con lo declarado por una sobrina de Pérez, que reconoció el objeto. Además, la pariente dijo ‘es igual’, que no es lo mismo que decir ‘es la rastra de Pérez’. Sobre la linterna, no tenemos que probar que Becerra la compró en el trueque, ellos tienen que probar que es la de la víctima”, refirió. 

 

Una semana después del robo, Becerra le pagó cerca de 24 mil pesos en efectivo a un mecánico de San Luis que le rectificó el motor del Ford Fiesta, que se habría roto después del asalto. La magistrado cree que ese pago se hizo con dinero producto del delito. 

 

 

Las críticas que hace la defensa 

 

“Para nosotros, la valoración de la prueba está muy tergiversada —aseguró Sánchez Pagano —. Por ejemplo, se menciona a un hombre que le pide por teléfono ropa de policía a otro señor. Esta defensa considera que el que solicita la ropa es autor, y no puede ser testigo. Hay más de un grado de sospecha de que actuó. Es el que lo coloca a mi cliente en el hecho al nombrarlo, lo trae de los pelos en una conversación”. 

 

“Por otro lado, el chip mencionado no está incorporado en la causa —continuó el letrado—. Entendemos que el policía ha incumplido con los deberes de funcionario público, ya que supuestamente le entregaron un chip con el relato de hechos que iban a suceder y se lo guardó, y estaba obligado a hacer la denuncia y a entregarlo a la Justicia”. 

 

Al parecer, por esa información que le llegó al efectivo, luego hubo un procedimiento en la zona, e inclusive los agentes fueron a lo de Pérez, quien les dijo que en su casa no había sucedido nada extraño. 
Según Sánchez Pagano, uno de los testigos vio un auto blanco y no lo pudo reconocer, pero luego, en sede policial, sí lo hizo. 

 

Por otro lado, también le parece cuanto menos llamativo que “un año después, apareció un mecánico de San Luis que dijo que a su taller fue un hombre, que resulta ser familiar de los fallecidos, y le comentó que Becerra estuvo implicado. Qué casualidad que es el mismo taller donde Becerra rectificó su auto”. 

 

“Que un trabajador que se dedica a hacer alambrados haya pagado en efectivo 24 mil pesos por la rectificación y que se haya considerado que esa es parte de la plata que le robaron a las víctimas no es lógico. No hay congruencia”, opinó. 
 También tiene sus reservas sobre la declaración que un vecino de las víctimas dio de modo reciente. “Dice haber visto, en la fecha en la que fueron los crímenes, a dos hombres caminando por la sierra cerca de la casa de Pérez y después a otros dos que lo seguían. El hecho fue en 2015, y ahora se acuerda de eso. Es un testimonio que debió ser tomado en el momento del hecho”, consideró.  

 

 “Acá los indicios no me hablan de la culpabilidad o la participación de Becerra. No hay semiplena prueba. La prueba utilizada no es directa, es indiciaria. No hay un grado de certeza de que sea el autor”, dijo. 

 

LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo