Joaquín Arbe disfruta su presente con la mira puesta en Tokio 2020

Suele decirse que los niños vienen con el pan bajo el brazo. Y esa frase se hizo realidad en la vida de Joaquín Arbe. Un día después de que lograra en la Maratón de Buenos Aires la clasificación a los Juegos Olímpicos Tokio 2020, nació su tercer hijo. "Quizá fue por la emoción que había vivido toda la familia un par de horas antes", cuenta. 

Arbe (29 años), oriundo de Esquel, será uno de los grandes protagonistas de la 1ª edición de la UPrO Corre que se disputará mañana en Villa Mercedes. Será su segunda carrera tras aquel 22 de septiembre de 2019, cuando voló por las calles porteñas y congeló el reloj en 2h11m02s. Después solo corrió los 15K de New Balance en San Juan, en donde ganó.Desde su ciudad natal,  a horas de emprender el viaje en avión rumbo a Buenos Aires y luego vía terrestre hacia nuestra provincia, habló con El Diario. 

"Tras la Maratón de Buenos Aires, y dado el resultado, optamos por descansar hasta fin de año en lo que se refiere a objetivos fijos. Por eso, actualmente estoy trabajando en mi casa y entrenando solo en un turno, como para mantenerme. El año pasado fue bueno. Pude ganar dinero que me permitió invertir en materiales. Tengo tres hijos, mi casa era chiquita y tenía una sola pieza, así que ahora estamos trabajando para terminar dos piezas más", contó. 

—¿Podés vivir del atletismo?
— Desde el año pasado me acomodé bastante bien. Podía trabajar en casa y no hacía falta hacerlo en changas. Mis tíos tienen obras de construcción y cuando les decía que me den una mano, trabajaba con ellos. Así que todo lo que aprendí en albañilería, ahora lo hago en casa. 

—¿Cómo llegás a UPrO Corre?
— No tenía en los planes correr en Villa Mercedes, pero llegó la invitación con tiempo; y además, siempre me atendieron muy bien en San Luis. Sé que será muy dura porque estarán los dos mejores corredores que hay en 10.000 metros como son Julián Molina y Federico Bruno. Será una carrera dura, con buenas marcas. Espero poder prenderme con ellos. Yo me siento bien, claro que no estoy como hace dos meses atrás, pero espero poder dar pelea. La realidad es que hasta diciembre no estaré entrenando en doble turno con un objetivo fijo. Pero estoy competitivo. Además, me viene bien porque después me quedo una semana en Buenos Aires para el 17 de noviembre correr el Campeonato Nacional  de Media Maratón en Mar del Plata.

—¿Cómo fue el momento de cruzar la meta en Buenos Aires y saberte clasificado a los Juegos Olímpicos?
— Fue emocionante. Nunca pensé hacer la marca mínima directa. Es muy difícil correr en ese tiempo, debajo de 2h11m30s, ya que la bajaron en más de 4m con respecto a Río 2016. Me tenía fe para correr en 2h13 y pelear los puntos, que era tener una marca buena y tratar de correr el Nacional de Media y alguna afuera, como por ejemplo en Sevilla, en febrero. Esa era la planificación para intentar ir a los Juegos. Nunca pensamos correr de esa manera en Buenos Aires y conseguir la marca directa. 

— ¿Cómo fue la planificación?
—Yo tenía 2h20m en La Pampa, marca que hice corriendo solo y sin entrenar ordenadamente. Entonces quería correr en la Maratón de Buenos Aires para buscar un buen tiempo. En febrero arranqué con Jorge Basiricó, charlamos la posibilidad de subir a Cachi, algo nuevo para mí. Fui a presentar notas, a pedir subsidios, vendí bonos para hacer esa preparación. Subí 20 días antes de la Media Maratón, medio apretado de tiempo,  sin saber cómo me sentiría al bajar al nivel del mar. En la altura me costaron las dos primeras semanas. Bajé dos días antes y salió bien. Entonces para el Maratón hice lo mismo. La segunda estadía salió más llevadera, los trabajos salieron óptimos. Fue una gran experiencia. Ahí estuvo la clave porque mejoré mi marca en Media Maratón y logré el tiempo en Maratón. En enero subiré de nuevo.

— ¿En qué te cambió tener a Jorge Basiricó como entrenador? 
—Necesitaba a alguien que me ordenara, que esté encima mío para que no me distraiga con otras carreras como hice siempre. En un mes capaz entrenaba para Media Maratón y me iba a correr en pista. O capaz corría pista y me iba a la montaña. Empecé a entrenar con él, confié en su trabajo y fue positivo para mí.

—¿Y ya te imaginás lo que será estar en la línea de largada en Sapporo (allí será la Maratón en Tokio 2020)?
—Es un sueño solo pensar estar con los mejores del mundo. Quiero disfrutarlo porque me costó mucho.