Una denuncia por abuso ha puesto a sudar a un príncipe

La Guerra de Malvinas guarda historias que todavía no han sido contadas. Y traumas que los sobrevivientes, incluidos algunos del bando enemigo, todavía no superan. El príncipe Andrés de Inglaterra, piloto de helicóptero de la Royal Navy durante el conflicto, pretende sacarle rédito a una de esas secuelas para defenderse de una acusación de abuso sexual. Según la denunciante, el príncipe sudaba mucho aquella noche en que tuvo el encuentro íntimo con ella. El tercer hijo de la reina Isabel II aduce que el estrés que sufrió en combate le generó un problema de salud: inhibió su capacidad de sudar. Y eso probaría, según él, que la mujer miente.

Andrés, de 59 años, ha quedado envuelto en el escándalo que rodeó a su amigo, el multimillonario estadounidense Jeffrey Epstein, amigo también de Donald Trump y Bill Clinton, investigado por numerosos casos de abuso sexual infantil, por haber montado una red de pederastas que sometía a menores en sus mansiones de Florida, Islas Vírgenes y Nueva York. Epstein fue detenido este año y el 10 de agosto apareció muerto en una cárcel correccional de Nueva York. La teoría oficial es que se suicidó, pero hay quienes sienten legítimo derecho a desconfiar de esa versión.

Destapada la olla de los abusos que involucraban al magnate, no tardó en ser mencionado el detalle que Epstein era amigo íntimo del príncipe Andrés de York. Y que al hijo de la reina del imperio británico solían verlo en la casa del pederasta. Virginia Giuffre, de 35 años, ha denunciado que en 2001, cuando tenía 17 años, fue abusada por Andrés, hecho favorecido por Epstein, que la había llevado junto a otras ocho chicas a una orgía.

Anhidrosis. Así se llama la afección en la que el príncipe inglés espera hallar salvación. Es la incapacidad para transpirar y si bien en la mayoría de los casos es un problema hereditario, en otros puede ser originado por algunos medicamentos o por un trauma psicológico. A esta última vertiente de su supuesto mal ha apelado el hijo de la reina. Dice que lo contrajo en la guerra del Atlántico Sur, mientras combatía contra las fuerzas argentinas.

“No sudaba porque había sufrido lo que describiría como una sobredosis de adrenalina en la guerra de las Malvinas, cuando me dispararon, y simplemente era casi imposible para mí sudar”, dijo Andrés a la BBC de Londres, en una entrevista concedida con el propósito de limpiar su imagen pero que, según refieren medios de prensa ingleses, habría tenido el efecto contrario.

“Solo porque hice una serie de cosas recientemente estoy empezando a sudar nuevamente”, dijo el príncipe. Aludía, obviamente, a que supuestamente su problema de salud está desapareciendo. Pero si uno fuera malpensado bien podría interpretar que lo que lo ha puesto a sudar es haber sido acusado de algo tan grave.