La era digital ahora va por los bancos

Los bancos 100 por ciento digitales no paran de hacerle frente a los tradicionales y, para imponerse en un mercado sumamente competitivo, lanzaron cuentas bancarias sin costo de mantenimiento.

Para los que no saben bien de qué se trata, los bancos digitales son empresas financieras como son los tradicionales, pero que se desarrollan y operan a través de internet. Sus oficinas son aplicaciones para celulares que se descargan del Play o App Store y atienden a sus clientes, sin límite de horario ni paros bancarios.

En Argentina ya hay por lo menos tres: Wilobank, Brubank y Rebanking. Ofrecen cajas de ahorro y tarjetas de débito y crédito sin costo de mantenimiento. También algunos dan créditos y plazos fijos. Y como son empresas en crecimiento, por el momento darán las mejores posibilidades para atraer la mayor cantidad de clientes.

La diferencia con las fintech (en español, tecnología financiera) es que están regulados por el Banco Central, por lo que deben cumplir con todas las obligaciones y normativas que rigen para el resto de las entidades. De hecho, sus cajas de ahorro poseen una clave bancaria uniforme (CBU) en lugar de la clave virtual uniforme (CVU) como las de financieras digitales.

A diferencia de sus ancestros -los bancos tradicionales-, no poseen sucursales ni homebanking ya que todas las operaciones se realizan desde su aplicación, por celular o chat, incluidos los reclamos.

Ser usuarios es muy fácil, el alta se hace por teléfono y solo basta con subir una foto del DNI y una selfie para verificar la identidad del cliente.

Según datos de Iproup. com Wilobank tiene la mayor cantidad de clientes, 80.000, de los cuales la mitad también tramitó una tarjeta de crédito. Rebanking, por su parte, tiene cerca de 25.000 y 3.100 de ellos obtuvieron tarjeta de crédito. Mientras que Brubank contabiliza apenas unas 10.000 cajas de ahorro.

Otro extra que ofrecen Wilobank y Rebanking es que remuneran los saldos en cuenta de los clientes, es decir que dan una rentabilidad del 20 al 25 por ciento anual solo por tener el dinero parado en una caja de ahorro. También dan plazos fijos con tasas que superan el 50 por ciento al de casi cualquier banco tradicional.

Estas alternativas sobresalen en momentos de crisis, cuando pagar de más no es una opción. Probar no cuesta absolutamente nada.

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