Eran las 20 del miércoles 20 de febrero. Durante la presentación del Frente Unidad Justicialista, en una reunión en la sede del peronismo local, Alberto Rodríguez Saá aceptó volver a ser candidato y en su discurso coló una mirada actual que tiene que ver con un viejo reclamo, que, como si fuera una parábola, se dio en su gestión y va camino a resolverse dentro de su administración, pero tres años después del fallo.
Frente a la militancia, en el partido y para cerrar la reunión expuso textual:
—Un breve aviso.
—Estamos viviendo horas de mucha alegría en San Luis porque la Corte Suprema nos dio la razón (Dictaminó que la Nación le tiene que devolver a la Provincia 16.600 millones de pesos por descuentos incorrectos a la coparticipación).
—Es muy difícil que te entiendan o confíen en vos cuando decís: No firmo un Pacto Fiscal, que trae aparentes beneficios y que significaba renunciar a los derechos. Significaba que la Provincia se arrodillara resignando sus derechos.
—Es muy difícil que te entiendan.
—Es más fácil llamarte loco y decir: "¿Cómo no firma?"
—Y no lo hicimos, no firmamos.
—Y por ahí alguno que firmó ese Pacto Fiscal ahora está diciendo: "Mirá, San Luis todo lo que tiene, las esperanzas y el futuro que tiene".
—Por eso yo les pido a los que resulten electos legisladores de nuestro frente, sean provinciales, concejales, también a nuestros intendentes, los que nos acompañan ahora acá y los que triunfen en las próximas elecciones y mañana, estemos juntos aquí.
—Tenemos que trabajar juntos para que esa deuda se pague y tengamos los dineros en San Luis, y juntos decidamos con generosidad y sabiduría los destinos de esos fondos. Que siempre deben ser para el progreso de la Provincia y para beneficiar a los más humildes.


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