Un gesto solidario para una nena con parálisis cerebral
Sasha Ludmila Benitez Alanis tiene 8 años y necesita una silla postural, un bipedestador, unas félulas y una cama ortopédica. Su mamá organiza rifas para reunir fondos.
Gracias a la solidaridad de Sirur Maluf, el joven deportista que quedó parapléjico por un accidente, la necesidad de Sasha Ludmila Benitez Alanis, una nena de 8 años que tiene parálisis cerebral, cobró visibilidad. Ella aún necesita una silla postural, un bipedestador, unas félulas y una cama ortopédica. Durante el fin de semana durante el Festival del asador en Nogolí la mamá de Ludmila organizó una rifa en la que pudo recolectar dinero para achicar los costos.
"Me crié en Nogolí, conozco a los vecinos, entonces se me ocurrió pedirle permiso a la intendenta y no dudó en ayudarme. Armé cinco canastas familiares, con ayuda de la gente. Recibí la colaboración de la radio 'Será por tí, será por mí'. Estoy muy agradecida con todos", expresó Soledad Alanis, y aseguró que pudo juntar 24.300 pesos.
La mutual pone el 90 por ciento del costo de la silla," yo tengo que hacerme cargo del resto. Por eso necesitamos seguir organizando las rifas, me van a donar un huevo de Pascuas, y vamos a rifarlo. El 16 voy a tener concretamente la cantidad que necesito porque estoy esperando el presupuesto de todo", explicó y especificó que lo que va recaudando es para el resto de los elementos (el bipedestador, unas félulas y la cama ortopédica).
"Gracias a la gente voy juntando de a poquito. Sirur me dio fuerza para comenzar este camino, tengo una amiga, Lorena, que está colaborando. Estamos pensando en armar una especie de agrupación para ayudarles a los niños que tienen lo mismo que la mía, a buscar y gestionar este tipo de elementos ortopédicos que no se consiguen", afirmó.
Ludmila cotidianamente asiste al Centro de Día "Ailén" de la ciudad de La Punta. "Aprende a independizarse, dentro de lo posible, y tiene muchos médicos: kinesiólogos, fonoaudiólogos, especialistas en psicomotricidad y hace natación. Ella se siente feliz, la pasan a buscar a las 7:40 y, no es porque soy su mamá, pero tiene una luz inmensa. Le pone ganas y alegría a todo", aseguró Soledad, que trabaja como no docente en la escuela Normal Mixta y que vive con sus dos hijos y su abuela, ya que sus padres la abandonaron cuando era pequeña.


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