10°SAN LUIS - Martes 14 de Mayo de 2024

10°SAN LUIS - Martes 14 de Mayo de 2024

EN VIVO

Hay unas tres pintadas por cuadra en el centro de la ciudad

Arruinan fachadas, portones e ingresos de casas particulares, locales comerciales y centros médicos.  

Por redacción
| 27 de mayo de 2019
A la vista. La esquina de Junín y Caseros, en la capital, víctima del vandalismo de las pintadas. Foto: Leandro Cruciani.

Los grafitis pueden ser una expresión artística o, simplemente, un cartel que ensucia una pared. Todo cambia si se hacen en los lugares permitidos o con las autorizaciones correspondientes. El Diario de la República realizó un relevamiento dentro de las cuatro avenidas de la ciudad en donde detectó que, en algunas zonas, en cada cuadra es posible encontrar unas tres pintadas que afectan a viviendas, locales comerciales y consultorios médicos. En el Juzgado de Faltas municipal aseguran que existe una ordenanza en la que se pueden encuadrar estas contravenciones y que son los inspectores quienes deben labrar las actas de infracción para las posteriores sanciones. 

 

El recorrido se hizo desde calle Constitución hasta Presidente Perón y desde Belgrano hasta Lavalle. En las primeras aproximaciones es fácil detectar que la zona comprendida desde calle Constitución, entre Belgrano y Lavalle, hasta San Martín muestran mayor cantidad de pintadas que el sector que está del otro lado del microcentro. Allí, se contabiliza un promedio de tres grafitis por cada cuadra. Los casos testigos muestran, por ejemplo, una vivienda de ladrillos vistos en la esquina de Junín y Caseros, en la que pueden verse menciones de nombres y siglas acompañadas por números. En el frente de esa misma esquina, sobre una pirca de bloques que sostiene una reja, un aerosol negro también dejó su marca indeleble. 

 

 

Si bien las pintadas tienen muchas temáticas, las que más se repiten tienen que ver con las promociones y su necesidad de querer exhibirse.

 

 

Las muestras que marcan la diferencia entre el arte y el vandalismo son evidentes. La persiana de un local a tan solo una cuadra de las casas recién mencionadas expresa la felicidad de una promoción de egresados (de otras épocas), que quisieron pasar a la posteridad. Al lado, en la esquina de Pringles y Caseros, un prolijo centro de belleza, propiedad de Denise Munuain, muestra en uno de sus laterales una vidriera ploteada que fue arruinada por las famosas pintadas, seguramente en algunas de las conocidas serenatas que las escuelas acostumbran a hacer como un forma de despedirse de un ciclo, que a veces termina por arruinar los comienzos de otros. "El grafiti está hace dos años. Hacía una semana que había inaugurado.

 

Llegué una mañana y me encontré con la nueva decoración que no había elegido para mi emprendimiento. En sus momento publiqué una foto en las redes sociales para averiguar de qué escuela se trataba. Nunca supe y finalmente decidí dejarlo así para que no vuelvan a pintarla", recordó Munuain, y agregó que la inversión que había hecho era grande y que  no contaba con el dinero para reparar el daño. 

 

 

En promedio, una lata de 20 litros de pintura látex para exteriores cuesta unos 2 mil pesos. A eso hay que sumar la mano de obra, que va de los 2 a los 4 mil pesos, dependiendo de la longitud de la pared.

 

 

Unos pasos más allá, letras que parecen siglas (LGP) se pueden ver estampadas sobre un moderno portón de madera. Se trata de una vivienda ubicada sobre Caseros que tiene una pared de color naranja, en la que también escribieron las mismas insignias. Otro ejemplo puede verse sobre Ayacucho, casi Caseros, en donde un portón negro tiene firuletes en color blanco que ocupan toda la superficie de la abertura. 

 

La odontóloga Flavia Engler, que tiene su consultorio sobre calle Mitre, contó cómo fue que "Valdivias" quedó como parte de la fachada de la casa en la que trabaja a diario. "A fines de 2017, en la serenata, la escuela Bazán pintó primero el portón y luego la pared contigua a la puerta de ingreso. Al principio sentí mucha indignación. Luego me resigné y, por protección, no volví a pintarlo", explicó y comentó que en un estudio de abogados en la vereda del frente, donde hay una parada de colectivo, quienes esperan rayan las paredes con corrector de lapiceras y otras pinturas. 

 

Las muestras de la falta de respeto a la propiedad privada no terminan. El juez de Faltas municipal, Alejandro Ferrari, en diálogo con El Diario, explicó que hay una ordenanza, la 2555/94, que en su artículo 11 contempla de manera genérica sanciones por daños materiales o problemas vinculados a la higiene en lugares públicos y en la propiedad privada. "No es necesario recibir denuncias de los vecinos. Los inspectores municipales pueden actuar de oficio. No tengo recuerdo de que hayamos recibido actas de infracciones por estos temas", aseguró Ferrari. 

 

El sector que va de San Martín hasta Sucre, entre las mismas calles relevadas, muestra un aspecto de mayor prolijidad sobre todo en la parte del microcentro, en donde mantienen limpias las fachadas de los locales comerciales. Al cruzar Maipú, el panorama mejora respecto de zona del oeste del muestreo. Allí, las pintadas existen pero de manera más aislada. En promedio, quienes transiten por esas sendas encontrarán una pintada por cuadra.     

 

 

Marco legal

 

Según las referencias del marco regulatorio que existe en la ciudad, la ordenanza 3031/2006 explica que a partir de la  norma   2018/88 se establecen pautas y reglamentos para la publicidad política, específicamente, en la que se insta a pedir autorización a los propietarios de los frentes para propaganda. Por su parte, en la legislación 3150/2008, en el artículo Nº 9 se amplía y complementa la ordenanza 2555/94, allí es posible encuadrar las contravenciones referidas a las pintadas en lugares públicos y a aquellas que atenten contra la propiedad privada.  

 

 

Las quejas de los propietarios

 

En los primeros días de marzo, una nota de El Diario de la República reflejó que, durante el "primer día del último año", los alumnos  del Instituto Causay realizaron  pintadas en algunas viviendas del barrio Visitadores Médicos y Cerros del Sol. 
Los propietarios de las casas llevaron a cabo la denuncia en la Comisaría Séptima de la ciudad. Después, se dirigieron a la sede del Centro Educativo Causay, en la esquina de Riobamba y Quines, para consultar quiénes se iban a hacer cargo de pagar los arreglos por los daños causados.

 

La  promoción "Cambarios 2019" había utilizado un aerosol de color celeste sobre las paredes de las viviendas. Además, en un lateral de piedra laja asentaron otra marca con colores estridentes.   

 

Tres vecinos de esa zona del este de la ciudad fueron los que finalmente se reunieron con la directora del Instituto Causay, Silvia Rodríguez. Sin que se pudiera tener constatación del monto del  arreglo, quedó en claro que el gasto quedaría por cuenta de la institución o, en su defecto, por los padres de los osados jóvenes que, sin que les temblara el pulso, apretaron el aerosol para hacer las pintadas. 

 

Quien recorra hoy las calles Alfredo Palacios, Los Arces y Bases de la Constitución de ese barrio podrá corroborar que ya no quedan rastros de la acción de los jóvenes del Instituto Causay, que a fin de año habrán terminado sus estudios secundarios. 

 

LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo