Chicos en continuo movimiento

Con un entusiasmo desbordante, el equipo de básquet adaptado del Club Sociedad Española practicó durante las últimas semanas para el partido amistoso que tendrán en Río Cuarto contra Los Halcones de UNRC, en el que viajarán 10 jugadores, las 2 profes y 6 familiares para asistir durante la travesía. No hubo caso que pudieran concentrarse: las risas y la buena onda copaban el ambiente cada vez que se juntaban a practicar.

El equipo, dirigido por las profesoras Mariana Luberriaga y Flor Magnano, entrena los martes y jueves de manera habitual en el estadio “Pablo Zorrilla”, un combo que va desde los 9 años a los de más de 40, formado por María Milagros “Mili” Suárez, Albina Yamile Torres, Manuel Gonzalo Pereyra, José David Gatica, Elías Emanuel Tello, Raúl Marcelo Décimo, Ramiro Alejo Paglialunga, Ramiro José Suárez, José Luis Gatica, Tomás Bautista Pérez Moyano, Miguel Dalmiro Sosa, Jonatan Leandro Brathering, Eric Josué Vega, Juan Agustín Viñals, Juan Carlos Fúnez y Carlos Wenceslao Benítez.

Como en cualquier grupo de amigos, al llegar al club, estos noveles deportistas se juntan para ponerse al día y reír antes de empezar a entrenar.

“Estar en inactividad para una persona en esa situación es terrible”, dicen ellas, que conocen, y como necesitan un espacio que los contenga, Sociedad Española les brinda lo necesario.

Licenciada en kinesiología y fisioterapia, Luberriaga es entrenadora Nivel Uno de básquet convencional -a las categorías de los más chiquitos- hace cuatro años en el club, pero básquet adaptado hace uno. Precisamente el 3 de agosto comenzó con un sueño que de a poco lo convirtió en realidad. “Cuando terminé de cursar, realicé tesis en las lesiones más frecuentes en el básquet y el vóley en silla de ruedas”, recordó Mariana. “Me gusta mucho la neurología y así intenté relacionar las dos cosas que me encantan: la neurología y el básquet. Presenté el proyecto para dar básquet en silla de ruedas, me dieron el horario y empezamos con Flor”, sintetizó la joven de 27 años.

A su lado, Magnano (25 años) estudia kinesiología, y aunque hace un año está a la par de Mariana con este proyecto, se conocen hace más de una década porque jugaban al básquet en el club. “Fuimos compañeras mucho tiempo”, dijo con una sonrisa, “hasta que ella se lesionó y no jugamos más juntas”, contó Flor, quien sigue picando la pelota en la Primera Femenina.

“Compartimos una pasión, estudiamos la misma carrera y desde el principio esto fue un plus”, recordó Magnano, y entre ambas se dividen las tareas para entrenar al equipo.

Asistir a un entrenamiento es verlos enfrentar con confianza este desafío que les impuso la vida. “Tienen historias muy fuertes, pero las que más me impactan son la de los chicos que tienen una vida común y corriente, como todos, y por un accidente de tránsito, que es lo más común, queden en sillas de ruedas”, agregó Mariana, fortalecida tras meses de tratar situaciones similares. “Intento que cuando vengan, canalicen sus problemas, pero es difícil en los primeros años”, resaltó la entrenadora ante el obstáculo que muchas veces se autoimponen, porque psicológicamente, “hacer un deporte es lo último que se le va a cruzar por la cabeza”. Pero los deportistas van y le demuestran cuánto pueden avanzar.

Y ambas profesoras se ponen a la par, ya que cuando falta un integrante para el equipo, las profes se sientan para rodar por el parquet con los jugadores.

Cada primer martes de mes se realiza el “Clásico Español”, una tradición que es celebrar un partido contra los profesores, técnicos y jugadores de la Primera de Básquet del club, un divertido evento en el que todos participan en igualdad de condiciones, y al que asisten otros jugadores, familiares y amigos de los protagonistas.

Las entrenadoras también demuestran que tienen que ser firmes en la educación. Cuando les toca arbitrar un partido, las reglas son las mismas y se respeta hasta la mínima infracción. “Es para que entrenen y sepan cómo desempeñarse dentro de la cancha, porque en un partido oficial les van a cobrar todo”, aseguró Luberriaga. Este sábado se verá si el equipo prestó atención en clase. El triunfo es superarse cada día y lo logran con un entusiasmo genuino.