"Talabatuka", un nuevo grupo percutivo de Merlo

El verano ya se instaló definitivamente en el Valle del Conlara y la temporada turística comenzó a vibrar de igual manera que los tambores que llevan colgados los percusionistas de "Talabatuka", la orquesta de batucada brasileña que en la Villa de Merlo resuena en los corazones de sus integrantes y, sobre todo, en los oídos de sus oyentes.

Desprendidos de la escuela itinerante "Percuchingón", dirigida por el baterista Javier Canolik y que tiene una reconocida actividad en la movida de la localidad, desde agosto de 2018 los músicos conquistan los espacios del taller con sus coloridos ritmos del país vecino.

"Somos doce personas las que conformamos el grupo. Lo convertimos en una banda con un repertorio armado que ensayamos desde los comienzos. Dentro de la formación tenemos timbales, repiques, redoblantes y zurdos de primera, segunda, tercera y cuarta",  explicó Belén Magnante, miembro de la batucada que desde octubre del año pasado se presenta como conjunto estable. Como sus ascendentes, están dirigidos por Canolik.

Aunque este tipo de música suele escucharse en pleno carnaval veraniego, la orquesta se presentó durante todo el año y contagió su calor en teatros, espacios públicos, y escenarios de todo el Conlara.

En días nublados o durante calores intensos, Javier y sus alumnos salen a las calles para compartir con el público sus interpretaciones, siguiendo al pie de la letra la "ley del ritmo", una especie de norma que Canolik implementó en los principios de "Percuchingón" y que hoy persiste en su nueva creación.

"Gracias al ritmo se hace posible la permeabilidad. Cuando todo funciona de manera correcta la energía fluye y todo se transforma. El ritmo rompe las rutinas y produce movimientos únicos que logran estabilizar no solo a los músicos sino también a quienes nos escuchan”, aseguró el director.

Luego de radicarse en Merlo y elegir la localidad para demostrar sus estudios musicales, Canolik formó la escuela itinerante "Percuchingón", que sorprendió hace algunos años en la Fiesta del Sol, el mayor encuentro musical de la localidad.

Al pasar cinco años de trabajo intenso, presentaciones por el interior y fuera de la provincia y formar alumnos de todas las edades en el arte de la percusión, Canolik decidió darle rienda suelta al proyecto de batucada que hoy se posiciona como uno de sus trabajos más fuertes. "Participamos en diferentes encuentros de nuestra localidad y también realizamos dentro de la escuela de 'Percuchingón' fiestas de percusión donde invitamos a diferentes músicos colegas que nos ayudan a complementar la batucada y el sonido de los tambores con otros géneros latinoamericanos", expresó Belén, que es dirigida por Javier durante los cuarenta minutos que, en promedio, duran los recitales de la agrupación.

Es tanta la actividad que tienen los tambores que el grupo se presenta con frecuencia en la Villa de Merlo. La demostración más reciente se llevó a cabo el sábado en un bar de la localidad. "Realizamos intervenciones a la gorra y sentimos que la gente se contagia de nuestra energía y el retumbe del tambor. Lo que espero de todo esto es que quienes nos escuchen se unan a nosotros y formemos una comunión en base a la percusión", concluyó Canolik, quien descubrió su amor por la batería a los ocho años y desde entonces recorrió el mundo para presentar su arte y, a la vez, capacitarse y esparcir sus conocimientos.