La cuarentena no frena a los recolectores de residuos
Doscientas personas trabajan en toda la ciudad. Una cuadrilla desinfecta los camiones recolectores.
Papá, tené cuidado en la calle, el bicho (por el coronavirus) está afuera”, dicen los hijos de Brian Rosales, un empleado del servicio de recolección de residuos, cada vez que sale a trabajar. Los pequeños de 3 y 5 años entienden la complejidad de la pandemia; por eso están orgullosos del servicio que brinda su padre a los puntanos. “Estamos para dar lo mejor a la gente. Salimos con un poco de miedo, pero luchamos con mis compañeros para venir al trabajo todos los días”, expresó Rosales.
De acuerdo a lo que informó el director de Recolección de Residuos de la Municipalidad de San Luis, Mauro Lucero, el aislamiento obligatorio no interrumpió el desempeño del personal. Un total de 200 trabajadores cumplen recorridos a lo largo de 22 zonas, de domingos a viernes. El primer turno sale a las 19 y el segundo a las 22:30. También hay una salida a las 6 que se encarga de los sectores que no fueron cubiertos por los turnos anteriores. Los vehículos mecanizados se encargan de las calles céntricas, mientras que los que circulan con los corredores que arrojan la basura, lo hacen en el resto de los sectores y también en el centro. Cada camión junta 5 mil kilos de desechos por día en cada zona. Actualmente hay una flota de 13 camiones en condiciones de circulación.
El Diario de la República hizo un recorrido y compartió unas horas con el personal para registrar cómo son las actividades. A lo largo del camino, pese al horario nocturno, muchos vecinos salieron a colaborar con los corredores; la mirada de admiración de los más pequeños fue una constante.
“El despliegue no tiene interrupción y los chicos lo tienen claro, es servicio esencial, la gente genera residuos todo el tiempo. Trabajamos exactamente igual que en los días previos al coronavirus. Hacemos los mismos recorridos y horarios, solo que hubo un giro en el cuidado con barbijos, alcohol en gel, jabones y guantes, mantenemos todas las medidas de seguridad”, señaló Lucero.
Más allá de las medidas personalizadas para cada empleado, hay una cuadrilla de desinfección que aplica soluciones específicas dentro de los vehículos de recolección, en las cabinas y en los sectores externos. También hubo charlas para concientizar sobre el distanciamiento.
“Tenemos camiones con un equipo de compactación; esto nos permite recolectar mayor cantidad de basura porque se prensa y se continúa el recorrido. Además poseemos contenedores dispersos por toda la ciudad; son 40 en total, tienen 5 metros de largo y es donde la gente arroja los escombros. En paralelo están los contenedores metálicos de un metro que se encuentran en el barrio ATE, donde se ubican los monoblocks. Se disponen allí porque es muy difícil poner canastos pequeños”, explicó.
Otra de las áreas con las que cuenta la recolección es la de los residuos diferenciados, donde se junta vidrio, cartón y plástico, entre otros elementos. Antes de la cuarentena se hacían recorridos de lunes a viernes, por la mañana y por la tarde, en puntos fijos como comercios, hospitales y algunos edificios que diferenciaban la basura. Ahora se hace tres veces a la semana y solo en los CAPS.
Otros héroes
Los puntanos celebran las tareas de las distintas profesiones y servicios que, pese al riesgo, siguen con su aporte cotidiano. Entre todos los héroes anónimos están los recolectores de residuos. “Me siento orgulloso de lo que hacemos; a veces salimos con un poco de miedo, pero hay que mantener la calma. Gracias a Dios tenemos todos los recursos para estar bien; mi viejita, pobrecita, está orgullosa de lo que hago. Siempre reza por mí y está pendiente de todo”, dijo Rosales, el empleado que se desempeña como corredor, es decir, arroja las bolsas de basura al camión.
“Muchas veces me he cortado con vidrios. Le pedimos a la gente que nos ayude, que no tire cosas con las que nos podamos lastimar, que desinfecten las bolsas con lavandina, que no las sobrecarguen de peso. Necesitamos que se cuiden y que nos cuiden, para que podamos cuidarlos desde nuestro lugar”, agregó.
Cristian Villegas es chofer. Explicó que le preocupa el escenario del coronavirus, pero expresó que la actividad le deja satisfacción. “Cuando los corredores suben y arrojan las bolsas da inseguridad porque no se sabe qué pueden contener, pero hacemos lo mejor que podemos con mis compañeros para dar mejor seguridad e higiene”, afirmó.
Aseguró que sus hijos y su esposa sienten admiración por su rol: “Hago este sacrificio por ellos".
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