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Terminó la cosecha de soja con rendimientos dispares

La escasez de agua en febrero en algunas zonas hizo que algunos lotes alcancen los 35 quintales por hectárea y otros apenas los 12. En maíz, ya recolectaron el 60%.

Por Marcelo Dettoni
| 28 de junio de 2020
Soja. Fue una campaña con altibajos, en la que algunos lotes fueron castigados.

Con la llegada de junio, finalizó la cosecha de soja en San Luis, mientras que el maíz de primera transita ya el 60% de la recolección total. Según los datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la provincia tuvo 237 mil hectáreas cubiertas con la oleaginosa, de las que alcanzó a cosechar 220.050 en el cierre de la campaña, con un rinde promedio de 12,5 quintales por hectárea, tras obtener 274.991 toneladas.

 

En cuanto a maíz, lleva trilladas 190.263 hectáreas de un total de 325.500 sembradas. Por el momento representan 1.237.987 toneladas, con un rendimiento que se acerca a 65,1 quintales por hectárea. Pero estos son números generales de un organismo con sede en Buenos Aires, que coinciden con los datos que envió a la revista El Campo el ingeniero Ramiro Gonçalvez, quien maneja dos zonas específicas junto con su colega Ana María Llanes.

 

Ellos, por su cercanía y experiencia en el semiárido, aportan además otros detalles técnicos que les sirven a los productores puntanos para ir mejorando su planificación anual, porque toman en cuenta los detalles que influyen en los rindes y los márgenes de cada región de San Luis.

 

Una de las zonas en las que tienen campos en asesoramiento es la que abarca El Amparo, Cuatro Esquinas, La Petra y La Cumbre (Zona 1), donde los guarismos son los expresados líneas arriba: 100% de la soja ya cosechada y un maíz que transita el 60% de la etapa de trilla, aunque hay que diferenciar el de primera del tardío, que viene ganando terreno en los últimos años.

 

“En cuanto a maíz de primera, el avance de cosecha está un poco más adelantado, ya llega al 70% en la Zona 1. En general con muy buenas condiciones para la recolección, con rindes que vienen levantando su piso progresivamente”, contó Gonçalvez, quien los llevó a números concretos: “En los peores lotes están en 55 quintales por hectárea, y en los mejores llegan a 95 quintales”.

 

En cuanto al maíz tardío, el ingeniero agrónomo aseguró que “luego de varias heladas consecutivas y de gran intensidad, se empezaron a levantar los lotes de segunda. Como habíamos anticipado en el informe anterior, fueron muy susceptibles a la sequía de febrero, por lo que sus rindes se encuentran entre 40 y 60 quintales por hectárea”.

 

En soja ya está todo terminado en esta zona serrana, con variabilidad climática y buenos campos para la agricultura. “Debido a la falta de agua y la irregularidad general de esas precipitaciones, podemos decir que los rindes fueron desde los 12 a los 35 quintales, con un promedio general establecido entre los 19 y los 20”, aseguró el profesional. Nótese que los rindes que maneja la Bolsa de Cereales están en el piso de lo conseguido por estos campos.

 

Gonçalvez también maneja establecimientos en Eleodoro Lobos y Comandante Granville, que él denomina como Zona 2. Allí la cosecha de maíz se encuentra con un 65% de avance, adelantada para la época, pero se explica en la sequía estival y la aparición de heladas tempranas. Por supuesto, los rindes responden a esta variabilidad y van de los 15 a los 55 quintales. “No había grandes expectativas porque la campaña fue muy complicada, pero aún así esperábamos un poco más”, lamentó el asesor, quien sabe que el semiárido guarda estos sinsabores en algunos años en los que el clima no responde, sobre todo con un mínimo de agua.

 

En soja también terminaron con la trilla y la realidad es la misma que la del maíz, con rendimientos que en algunos casos tocaron los 25 quintales y en otros apenas los dos, con lotes que directamente se perdieron.

 

Como es habitual, en base a la experiencia de una campaña muy difícil, el ingeniero agrónomo deja algunas sugerencias para tener en cuenta en el futuro. “Debido a los bajos rindes del maíz, nos encontramos con espigas muy pequeñas, que se caen de la plataforma, por lo que es aconsejable cerrar al máximo las ‘chapas’ del maicero”, aseguró. En cuanto a los maíces totalmente defoliados, y por ende con removilización, “es mejor seguir la humedad de cerca y tratar de cosechar lo antes posible para evitar el volcado de plantas”, completó.

 

Llanes pidió “tener en cuenta que comienza el periodo de barbechos, en los cuales hay que estar muy atentos con el monitoreo de lotes. Es la herramienta básica que nos ayudará a tomar las decisiones adecuadas para la planificación de lo que viene”, contó la ingeniera agrónoma. “El monitoreo debe hacerse con la finalidad de evitar llegar tarde al control de las malezas. También es bueno contar con registros de años anteriores de cada lote, porque ese ordenamiento beneficiará la planificación y la toma de decisiones de los productores”, completó el concepto.

 

Para definir una estrategia para realizar un control químico de malezas, Llanes cree que lo primero que se debe hacer es “definir cuál es la maleza más problemática que complica nuestros lotes, conocer su época de emergencia o rebrote  y tener claro cuáles son los herbicidas que aseguran un buen control sobre la misma”. En el final de la charla, recordó que “para el manejo de la resistencia, hay que rotar y mezclar los sitios de acción de los herbicidas. Esa es una premisa básica para el control químico de cualquier tipo de maleza”.

 

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