15°SAN LUIS - Miércoles 24 de Abril de 2024

15°SAN LUIS - Miércoles 24 de Abril de 2024

EN VIVO

Lucas Fernández, el quinense que enamoró a “La Lepra”

No para de crecer en Independiente Rivadavia. Tiene 21 años y juega de delantero. Quiere consolidarse en Primera y sueña con la Selección Argentina.

Por Daniel Valdés
| 20 de julio de 2020
A fuerza de goles y buenos partidos, se ganó un lugar en la Primera del equipo mendocino.

Lucas Fernández siempre soñó con ser jugador de fútbol. A los 3 años andaba con la pelota bajo el brazo y se prendía a jugar con sus amiguitos; no importaba la edad de los compañeros, el tema era jugar. Y el sueño de ese nene de Quines se cumplió. A los 13 se fue a probar a Independiente Rivadavia. Su potencia y su velocidad enamoraron a los entrenadores de turno, quienes dieron el visto bueno. Hoy, con 21 años, Lucas es titular en el primer equipo y una de las joyitas que tiene la institución mendocina.

 

A los primeros pasos los dio en el club del pueblo: Unión Quinense. En esos tiempos, ya marcaba la diferencia y todos veían sus cualidades para jugar en otro nivel. Los goles que hacía cada fin de semana eran el comentario en Quines. Todos hablaban de ese delantero potente que dejaba en el camino a los rivales como si fueran conos de entrenamiento. Le veían pasta. Esas buenas actuaciones se repetían en los "picados" del colegio y, en los recreos, los compañeros lo querían elegir para su equipo. Deseaban tener de su lado a Lucas. En los Intercolegiales, el Instituto San José de Quines siempre era un rival de cuidado, porque entre sus filas tenía a este delantero potente y veloz que hacía la diferencia.

 

 

 

“Si volviera a nacer, elegiría el fútbol de nuevo. Nací con una pelota bajo el brazo y disfruto mucho jugar”

 

 

 

"A los 13 años decidí irme a probar a Independiente Rivadavia. Mi papá (Roberto) vive en Mendoza y le dije que deseaba ser futbolista. Me probé y quedé. Empecé en las inferiores y una semana más tarde ya estaba jugando en las categorías de AFA. Fue todo muy rápido", contó Lucas a El Diario de la República.

 

El tiempo fue pasando y cada día se afianzaba más en el equipo. Matías Minich le vio condiciones y lo subió a la Primera local ("La Leprita"). El quinense no sintió el cambio de categoría y siguió metiendo goles y asistencias. Minich, conocedor del puesto y quien supo jugar en Deportivo La Punta, le enseñó algunos tips de delantero y eso hizo crecer mucho más a Lucas. "Fue el DT que más me marcó. Está en todos los detalles, con él crecí mucho. Y a otro entrenador que le debo mucho es a Gabriel Gómez, quien me hizo debutar en Primera Nacional", aseguró.

 

Está haciendo las primeras armas, pero le dio muchas alegrías a Independiente Rivadavia. Es un jugador explosivo, de esos que saben aprovechar sus momentos. "Mi mejor partido fue con Platense. Ganamos 4-1. Yo hice el tercer gol. Ese día me salieron todas y le fui muy útil al equipo", contó.

 

 

 

“Matías Minich y Gabriel Gómez fueron los entrenadores que más me marcaron y me enseñaron”

 

 

 

La mayor virtud que tiene es la potencia. Es un punta con fuerza. Va para adelante siempre. Mide 1,73 metro y ataca muy bien los espacios. Es de esos hombres que juegan bien con y sin la pelota. No es goleador nato, pero es de hacer goles importantes, como el que le convirtió a Alvarado el día que Independiente ganó 3-2. "El partido estaba empatado. Nosotros dominamos, pero no había formar de entrarles, hasta que en el último minuto me quedó una pelota y pude meter el 3-2. A ese gol lo voy a recordar siempre, no por la calidad sino por la importancia; fue en el último minuto del juego", aseveró Lucas.

 

Dice que si volviera a nacer, elegiría el fútbol de nuevo. Entrena duro todos los días. Es un pibe que sabe lo que quiere. Asimila muy bien lo que desea el DT. Siempre se queda un poco más en las prácticas para pulir detalles. Le gusta escuchar y aprender. Es muy profesional. De chico soñó con ser futbolista. Hoy, la vida le da esa chance y no la quiere desaprovechar. Independiente Rivadavia es el trampolín para pegar otro gran salto. Más temprano que tarde, llegará esa oportunidad.

 

Lucas Fernández, el quinense que enamoró a "La Lepra" mendocina, tiene sueños de Selección. Y dicen que a los sueños, para alcanzarlos, primero hay que perseguirlos. Tiene todo para triunfar; es solo cuestión de proponérselo.

 

 

LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo