Triunfan en Estados Unidos con la venta de comidas argentinas

Cuando la pandemia comenzaba a acercarse a América, Fabricio Menocheo junto con su familia tomó la decisión de dejar el país, mudarse a Estados Unidos y abrir un restaurante de comida argentina y uruguaya que ahora es un éxito en Florida. El puntano confesó que extraña las costumbres de su ciudad natal, sus familiares, amigos y el Club EFI Juniors, donde ellos colaboraban y sus hijos jugaban al fútbol.

En marzo, Fabricio, su esposa Natalia y sus cuatro hijos, Martina, de 22 años, Matheo, de 16, Gerónimo, de 10, y Valentino, de 8, llegaron a Estados Unidos para comenzar una nueva vida. El coronavirus ya era una amenaza, pero no impidió que la familia se arriesgara. "Fue cuando comenzaba todo lo de la pandemia, al principio fue muy difícil por lo que pasaba a nivel mundial, lamentablemente Estados Unidos es el país con la mayor cantidad de contagios en el mundo y ahora el Estado de Florida se convirtió en el epicentro de este nuevo pico", contó.

En San Luis, Fabricio se dedicaba a la gastronomía y continuó con su profesión en el país norteamericano, sumando veinte años de experiencia. "Cuando en una oportunidad viajamos a visitar a una hermana de mi esposa, nos pareció un lugar hermoso y pensamos que podíamos traer aquí nuestra cultura gastronómica, ya que no hay otros restaurantes que ofrezcan comidas tradicionales de Argentina y Uruguay", explicó.

Ese viaje fue hace dos años y en ese momento comenzó a gestarse el proyecto "Pampa, South American Kitchen" en la ciudad de Saint Augustine, en Florida. "Es una ciudad muy hermosa, tranquila y muy visitada todo el año por turistas", mencionó Fabricio.

El comienzo de esta aventura familiar no fue fácil, dado que entre la mudanza, la adaptación al país y el nuevo emprendimiento, estaba la COVID-19. "En nuestro local usamos la modalidad de la mayoría de los restaurantes: cerrado para el consumo dentro del negocio, pero con el sistema pickup (recoger), el cliente llega en su coche al estacionamiento, tenemos pizarras con los menús y precios, llaman por teléfono, hacen su pedido y se lo acercamos al coche sin tener contacto", contó. Además deben cumplir con las medidas de seguridad como el uso del tapabocas, alcohol en gel y el distanciamiento social, al igual que en Argentina.

“Viajamos a visitar a una hermana de mi esposa y pensamos que podíamos traer nuestra cultura gastronómica", dijo Fabricio, quien contó que en Florida es difícil hacer amigos y disfrutar momentos como en Argentina.

 

El emprendimiento de la familia les propone a los estadounidenses la degustación de platos clásicos. "Todos nuestros productos son de elaboración propia, no hay nada industrializado, es lo que en Argentina le llamamos comida casera, la gente de acá le dio un gran reconocimiento", mencionó Fabricio. Empanadas, choripanes, flan con dulce de leche y alfajores de maicena son algunas de las comidas típicas argentinas que los habitantes de Florida saborean.

El puntano dijo que la parte buena de vivir en Estados Unidos es la oportunidad de crecimiento, la tranquilidad, la estabilidad y la posibilidad de darles un futuro distinto a sus cuatro hijos, quienes extrañan su país, pero se adaptan bien. Sin embargo, el cambio que hicieron tiene su parte negativa: "La gente de acá es muy cálida, cordial, respetuosa, pero es muy cerrada y es muy difícil hacer amigos o compartir un momento como estamos acostumbrados en Argentina. Juntarse con amigos o visitar a alguien sólo para charlar, eso acá no se da", expresó Fabricio.

Además confesó que lo que más extraña de San Luis son las costumbres, a su familia, su madre María Elena y a sus amigos. "También extrañamos al querido Club EFI Juniors, donde solíamos colaborar con mi esposa y mis hijos jugaban al fútbol", señaló.