15°SAN LUIS - Martes 30 de Abril de 2024

15°SAN LUIS - Martes 30 de Abril de 2024

EN VIVO

El drama de los alimentos perdidos

Por redacción
| 01 de diciembre de 2021

La producción de alimentos perdidos o desperdiciados representa anualmente más del ocho por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo, aunque en el caso de América Latina y el Caribe no existen datos que permitan determinar cifras exactas y evaluar la situación real por país.

 

La pérdida de alimentos se refiere a la disminución de la masa de comida que tiene lugar en las primeras etapas de la cadena de suministro, desde la cosecha y la producción hasta que se distribuye. Los desperdicios, en tanto, son las pérdidas que suceden cuando los alimentos se comercializan y se consumen.

 

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), de todos los alimentos que se producen en el mundo 14 por ciento se pierde y 17 por ciento se desperdicia.

 

Para los especialistas resulta inaceptable la pérdida de esos alimentos cuando en la región “el hambre y la inseguridad alimentaria siguen siendo un enorme desafío”.

 

Sin ir más lejos, entre 2019 y 2020 hubo un incremento del hambre de 2 puntos porcentuales y en inseguridad alimentaria un incremento de 9 puntos porcentuales.

 

Para reducir pérdidas y desperdicios de alimentos, el primer desafío que enfrenta la región es medirlos. Sin embargo, varios especialistas coincidieron en que no hay datos de calidad sobre cuánto se pierde y desperdicia exactamente.

 

Hasta ahora, los datos disponibles sobre las pérdidas provienen de estimaciones nacionales muy heterogéneas pues responden a las prioridades que tiene cada país y no a protocolos regionales. “No son datos reales”, aseguró la FAO.

 

Lo mismo ocurre con los reportes de desperdicios. De acuerdo con el Índice de Desperdicio de Alimentos 2021 del Programa para el Ambiente de Naciones Unidas (Pnuma), únicamente 17 países en el mundo tienen datos de alta calidad.

 

Ellos son Alemania, Australia, Austria, Canadá, China, Dinamarca, Estonia, Ghana, Italia, Malta, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Arabia Saudí, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos. Ningún latinoamericano.

 

La falta de datos tiene consecuencias en las cifras finales: “Las estimaciones previas subestimaban la magnitud del desperdicio de alimentos por parte de los consumidores”. La cantidad de desperdicios en la realidad es más del doble que la reportada previamente.

 

La FAO generó nuevas metodologías que podrían mejorar la cantidad y calidad de datos disponibles. Estos protocolos establecen por primera vez definiciones claras sobre pérdidas y desperdicios, así como directrices, métodos estadísticos y pruebas de campo específicas y adaptables a las necesidades de cada país.

 

El esfuerzo por medir pérdidas y desperdicios debe ser mucho más contundente en la región, no solo porque tiene un efecto en la seguridad alimentaria, sino porque al ser uno de los Objetivos para el Desarrollo Sustentable, los países están obligados a reducir a la mitad el desperdicio y las pérdidas para 2030.

 

¿Por qué los países deberían invertir en medir sus desperdicios? Porque ayuda a crear argumentos para el cambio; priorizar los puntos claves en las cadenas de suministro; evaluar el impacto de intervenciones específicas; y más importante aún, ayuda a los países a monitorear su reducción para 2030.

 

LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Temas de nota:

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo